Arnoldo Kraus
UNAM: Ƒbotín o motín?
Es muy probable que el conflicto de la UNAM haya generado más desplegados, artículos de opinión, cartas a los periódicos y noticias que cualquier otro brete del México contemporáneo. Incluso quizá más que la causa zapatista. Pueden utilizarse las palabras perpetuo e inútil para describir el movimiento tras la "reunión secreta" que propició el desastre en la época Barnés. Y debe usarse el término desconocimiento criminal para calificar el error ahora convertido en horror. Pocos hubiesen imaginado que en febrero del 2000 la huelga "se solucionaría" desalojando a los paristas por medio de la fuerza. Quienes se ufanan de que no hubo muertos durante el asalto deben contar también con los elementos para explicar las oscuras razones del vía crucis de la UNAM.
Las mejores inteligencias y nuestros representantes más dignos ofrecieron sus opiniones y tiempos durante diez meses. Esos esfuerzos, intentaron, por medio de todos los subterfugios encerrados en la dialéctica de la razón, mediar entre las dos rectorías y el CGH. Su fracaso es evidente.
El ejercicio y el tiempo de todos esos intelectuales y profesores fue brutalmente yermo. La lección es catastrófica: pudo más la policía que el alma universitaria. Lo que empezó por medio del poder acabo igual.
La intransigencia del CGH y los destrozos causados durante la ocupación de la UNAM son reprobables. Igualmente lamentable es su soberbia: no les permitió ver que habían triunfado. Pero hay que recordar que el CGH no nació por generación espontánea: los asociados de Barnés debían haber sabido que atrás de cualquier movimiento estudiantil, incontables grupos sociales, descontentos hasta los límites de la supervivencia, aprovecharían la circunstancia.
Los proteicos rostros del CGH tan sólo traducen el enorme encono hacia la nación. La universidad, amén de ser quizá el blanco más vulnerable y débil, representa la unión, pretexto y coyuntura histórica para que esas voces reprimidas se expresen. La UNAM fue sólo la circunstancia: es más endeble que la Secretaría de Gobernación, más fácil de ahorcar que la Bolsa de Valores, o una presa que por carecer de dueño fue violentada con menos riesgos. ƑHuelga en Conaculta, en Telmex, en Banamex? Aunque el paro en la UNAM no haya trascendido tanto las fronteras como el movimiento zapatista, el golpe del reclamo social de quienes están detrás del CGH ha sido maestro. El linchamiento de la universidad aterroriza: Ƒcuánto más aguardarán quienes sostienen a los paristas para tomar las calles?
En muchos sentidos, la huelga fue un tributo a la sinrazón. Mientras que en el papel no hay nada más alejado del oscurantismo que la universidad, en los últimos diez meses universidad y huelga se convirtieron en sinónimo, ceguera, depauperación societaria y negación de la inteligencia. Nuestra casa de estudios es botín y motín. La lógica ha sido silenciada y las voces independientes tomadas como rehenes de la fuerza gubernamental.
Hace algunos meses, al escribir sobre este mismo problema, pero desde una perspectiva más optimista, utilicé el concepto aporía. Se es optimista hasta que la realidad demuestra otras caras. Ser hoy "positivo" equivaldría a ser ciego. Implicaría pensar en una universidad administrada por la policía. Esos atributos son en nuestros tiempos y en nuestro medio, cualidades y atributos exclusivos de los políticos. Desde mi optimismo pasajero a la vez que retomo la noción de aporía.
Explico para explicarme. Aporía "significa literalmente 'sin camino', o 'camino sin salida'; de ahí, 'dificultad'. En sentido figurado, la aporía es entendida casi siempre como una proposición sin salida lógica, como una dificultad ló- gica insuperable" (Ferrater Mora). ƑEs el conflicto de la UNAM, sobre todo tras la entrada de las policías, una forma de aporía?. Sí, evidentemente sí. Después de las aporías de Zenón de Elea, las de los gobiernos mexicanos, incluyendo la de nuestra máxima casa de estudios (ya da pena escribir esa idea pero ni modo) serán utilizadas como ejemplo.
Aporía UNAM: la proposición de la rectoría de Barnés no tenía ninguna salida lógica: Era una invitación al suicidio colectivo. La lógica del gobierno y de quienes desean privatizar toda la educación era ilógica porque pretendía arrodillar para siempre a los más pobres. Era un camino sin camino y sin salidas porque equivalía a ejercer el poder en un sitio en donde la razón y el diálogo deben prevalecer. Era una dificultad lógica insuperable en unos tiempos me-xicanos cuyas clases media y pobre ya no tienen espacio para malas noticias.
Lamento no haber contado con la fórmula que hubiese ayudado a solucionar el conflicto. La sordera del CGH fue brutal. Ahora tenemos una UNAM contaminada por la fuerza pública y una herida que no cerrará. Es evidente que la acción policiaca ofrece una solución efímera y endeble. Haber inmolado al CGH incrementará el malestar y las acciones de todos los cegehacheros que sin saberlo que son, lo son.