Ť Compilación de relatos editada por Planeta/ Mortiz


El cuento es tan rico que tiene absoluta libertad: Lara Zavala

Ť Escasas, las publicaciones mexicanas interesadas en el género

Arturo Jiménez Ť Al parecer una tradición compiladora nace con la publicación de Los mejores cuentos mexicanos. Edición 1999, selección hecha por Hernán Lara Zavala y editada por Planeta/ Joaquín Mortiz. Se trata de un libro con 19 relatos de igual número de escritores, divididos en cuatro temas: de amor y erotismo, de remembranzas y educación sentimental, negros y policiacos, y de fantasía.

De esta selección, tomada de revistas y suplementos culturales -a la manera de la editorial estadunidense Hoghton Mifflin, que en 1915 comenzó esa sana costumbre de publicar compilaciones y que hoy publica unos 300 cuentos anuales- habla Lara Zavala, quien de entrada señala que se encontrarán nombres conocidos y extraños.

Escribir para atraer al lector

-En un país de cuentistas, debió ser ardua esa tarea de filtración.

-Hay una paradoja en eso, pues siendo este un país de cuentistas y poetas (y reconocemos el talento de novelistas y dramaturgos, pero el cuento se nos da con mayor naturalidad), son muy pocas las publicaciones interesadas en el cuento. Por eso el libro es una especie de extrañamiento. Salvo dos o tres publicaciones culturales que con constancia difunden cuentos, en las demás esto es muy raro, incluso en revistas de prestigio, por ejemplo Letras Libres o la extinta Vuelta. Uno de los cometidos del libro es motivar a encargados de publicaciones y editoriales para que publiquen más cuento.

''En cuanto a la pregunta, había más de un centenar de cuentos y se tuvo que hacer un cernido. El criterio tiene que ver con razones literarias, con lo que me parece un buen cuento. Aunque en ello, sin duda, hay un elemento de subjetividad.

''Traté de ser totalmente objetivo no sólo en mi criterio estético, sino también en el ético: pasar por alto las tendencias de grupos, grupúsculos e incluso los nombres reconocidos. Si no conocía a una persona, no me importaba. Ahora, en la selección aparecen algunos destacados cuentistas, pero por méritos propios."

-En esta compilación conviven tres o cuatro generaciones de escritores.

-Es un aspecto que me interesaba mucho. Nuestro país cuenta con una gran creatividad y vitalidad. Y contra lo que muchas veces se piensa, de que las generaciones se adueñan de ciertos periodos, una de las ventajas presentes es que la generación joven, que viene muy pujante, está conviviendo con una generación consagrada, como José María Pérez Gay, José Joaquín Blanco o Angeles Mastretta.

-Al parecer los criterios literios se apegan al cuento clásico, por ejemplo, en cuanto a la estructura.

-Diría que el cuento es un género tan rico que tiene absoluta libertad. Pero pensé: primero que jale al lector. Aunque dentro de esos cuentos puede haber algunos que sean más morosos. Después, que esté bien escrito, que tenga tensión dramática, que pinte bien a sus personajes y que planteé una buena solución.

La inspiración es una necesidad

-Incluyes una ''sorpresa", a cargo de Josefa Murillo, escritora veracruzana.

-Este cuento se publicó originalmente en la Revista de la Universidad. No tenía ficha y hablaba un poco de las nostalgias de una mujer en el fin de siglo. Me imaginé que se trataba de una persona mayor haciendo esta rememoración. Lo elegimos y después Alberto Arriaga y yo investigamos de quién se trataba. Hablamos a la revista y nos dijeron que la persona había muerto, pero pensamos que eso había sucedido en el curso del año. Y no, resulta que ella vivió en el siglo pasado.

-Eran reflexiones de fin del siglo XIX.

-Lo cual muestra que los fines de siglo no son muy diferentes unos de otros. En los archivos hay cuentos olvidados que pueden rescatarse y resultar buenos y vigentes.

-Se habla mucho de la diferencia cuento-novela, incluso se define a uno respecto de la otra.

-Son géneros casi hermanos, sin embargo, son diferentes. Hay buenos cuentistas que a veces no dan el toque de la novela. Hay muy buenos novelistas que a veces no dan el toque del cuento. La diferencia fundamental es de aliento. La novela tiene aliento largo y el cuento, corto. Y esa diferencia hace que sus reglas sean un tanto diferentes. Borges decía que la diferencia fundamental es que la novela trata más sobre los caracteres de los personajes y el cuento, más bien, habla de incidentes. Pero, además, pienso que el cuento necesita una inspiración, y en eso se acerca a la poesía, que la novela no necesariamente debe tener.

-Aunque en una buena novela no debe sobrar ninguna línea, en un buen cuento esa regla es radical.

-Sí. Todo debe encajar. De principio a fin tiene que haber un elemento orgánico.