Ť Realizador de La ley de Herodes, filme que se estrenará el viernes 18


En la UNAM se rescribe otro capítulo del autoritarismo en México: Estrada

Ť Estamos condenados a la repetición cíclica de nuestra historia y sus tragedias, dice el cineasta

Ť Todavía no canto victoria, pues falta que el largometraje se enfrente con el público, señala

Yanireth Israde Ť Parece una broma siniestra, pero no lo es: ''Un día abres los ojos y el país que parecía haberse quedado atrás, sigue ahí. Cambian las caras, no las actitudes; varían los actores, no el guión. Parece que estamos condenados a repetir nuestra historia y nuestros trágicos errores cíclicamente", afirma el realizador Luis Estrada, cuya película La ley de Herodes resulta más que oportuna ahora, cuando la ley del ''te chingas o te jodes'' goza de cabal salud.

estrada-luis-3-jpeg Imposible no hablar de la UNAM, la herida está muy fresca. ''Se vuelve a escribir otro negro capítulo del autoritarismo en México", dice Estrada, y aun cuando advierte que el problema de la Universidad es añejo, complejo y que hubo muchas ''manos negras", considera inaceptable el encarcelamiento de los estudiantes. ''Les aplicaron la ley de Herodes".

''No dejar títere con cabeza''

El viernes 18 de febrero se estrenará en territorio nacional su filme, una comedia negra que levantó revuelo hace unos meses, cuando se intentó boicotearla. La ley de Herodes -acepta Estrada- ''no deja títere con cabeza". Arremete lo mismo contra el PRI, la Iglesia, el PAN, los gringos rapaces, la corrupción, la pusilanimidad humana y lo que por ahí se escape.

Que la película estuviera lista y a punto de proyectarse en este momento histórico fue algo casual, indica el realizador, pues tal vez hubiera podido filmarse desde 1996 pero se logró hasta 1998. ''Ahora creo que tiene posibilidades de verse con una óptica diferente a 1996, porque éste es un momento determinante para el futuro del país, en el que se decidirá si en verdad estamos condenados a iniciar este milenio con los mismos personajes, actores y guión de la película que ya conocemos".

-ƑPor qué elegiste un tema político para tu cuarto largometraje?

-Fueron diversos los motivos; uno de ellos, la devaluación de 1994. Cuando ocurrió me puse a reflexionar y al documentarme en la historia del país, advertí que en México es muy raro que ocurran cosas nuevas. En realidad suceden las mismas con diferentes actores y caras, como si estuviéramos ante una serie de espejos. Presenciamos sucesos que ya pasaron y que nos vuelven a ocurrir una y otra vez; a partir de esta reflexión del eterno retorno y de las crisis que parecen no acabar, decidí hacer el filme.

''Me concentré en un momento muy importante de la historia de México: el periodo de Miguel Alemán Valdés, un hombre inteligente y perverso, que casi definió las reglas del sistema político que ahora padecemos. El fue nuestro primer presidente licenciado, el primer universitario que llegó al poder y estableció ese matrimonio diabólico que es la política de los negocios y los negocios de la política.

''Quise hacer una fábula acerca de ello y decidí que lo mejor era emplear un tono de comedia negra, porque a final de cuentas la mejor comedia de este país la han hecho los políticos. Y decidí contar una fábula sin moraleja, para que cada quien tuviera la suya.

''Y es que no hay nada que odie más que las cintas proselitistas o con mensaje; por eso no hay héroes, todos son malos y peores, y pretendí que no hubiera identificaciones con los personajes, como en los melodramas.

-En algún momento señalaste que tu película era una reflexión sobre la capacidad corruptora del poder. ƑEste corrompe siempre?

-En un país en el que no hay democracia plena y los límites del poder no están claramente establecidos, sí corrompe siempre. La película es también una reflexión sobre lo que las personas están dispuestas a hacer para obtener ese poder y retenerlo por siempre y para siempre si les es posible. Se vuelve una especie de droga o adicción y una vez que se prueban las mieles del poder no se quieren dejar nunca. Eso puede sintetizar al sistema político mexicano de este siglo, en el que casi podría ser una regla que cada uno de los presidentes quiera retener el poder más allá de su mandato.

-Hace tiempo decías que este país había cambiado, Ƒsostienes la misma opinión después que te enfrentaste a la censura y ante los recientes acontecimientos de Ciudad Universitaria?

-Sí, hay cosas que cambian, lo dramático es lo que se repite siempre, como si estuviéramos condenados a vivir nuestra historia cíclicamente.

-Eso lo enfatizas en tu filme.

-Al repetir de manera idéntica la secuencia de llegada de los tres alcaldes, el propósito es justamente ése: enfatizar que en este país cambian las caras, pero no las actitudes, por desgracia.

Contar lo que ya se sabe, clave del éxito

-Es interesante cómo una historia tan sórdida puede ser contada con tanto humor.

-No debería decirlo, pero es lo que más me gusta de mi película. Lo mejor de la crítica política que se ha hecho en este país es con el empleo del humor. Más allá de los grandes ensayistas o politólogos, si uno quisiera entender lo que ha sido la vida política de México a lo largo del siglo pasado, debe acudir a la caricatura política, porque ahí es donde mejor se refleja. El filme, a final de cuentas, no es otra cosa que una caricatura, una fábula en la que cada personaje representa algo más de lo que es per se.

''Con La ley de Herodes, al igual que con mis anteriores películas, fui fiel a mi concepción del cine. Ambar, desafortunadamente, no tuvo el eco ni la respuesta que yo hubiera querido, porque tal vez hablaba de cosas que a pocos nos interesaban. La ley..., en cambio, tiene mayor atractivo para el público a pesar de que no cuente nada nuevo, no obstante esa es una de las maravillas del cine: a la gente le gusta que le cuentes lo que ya sabe y por eso son tan exitosas las historias de amor, y también las películas que hablan acerca de tus problemas, de tu historia, de tu país.

''La ley... funciona como un espejo del presente contado a través del pasado, pero que también -y ojalá me equivoque- puede servir como espejo de lo que puede ser el futuro del país."

-A la distancia, Ƒcómo ponderas la censura que viviste?

-No doy por concluido el episodio, todavía falta que la película se enfrente al público. No deseo hacer un uso ni un abuso de lo que ocurrió, pero considero importante no olvidarlo. Debemos estar conscientes de que la censura es algo que potencialmente está ahí, que existe, que se puede manifestar de muchas formas, poner muchas pieles, muchos disfraces, y tenemos que estar alertas. Todavía no canto victoria con la película.

''La ley de Herodes está por nacer, no ha podido enfrentarse al espectador, que para mí es lo más importante. Tengo expectativas de que las personas encuentren una buena película sin las otras etiquetas ni adjetivos que le pusieron a lo largo del camino. Si un día oigo por la calle decir: 'vi una cinta muy divertida que se llama La ley de Herodes', me sentiré satisfecho, más allá del éxito comercial que pudiera tener.

''Si tiene una vida sin incidentes, si no hay manos negras, si resulta entretenida, entonces el largometraje tendrá un final feliz."