* DINERO
* Aquel febrero...
* El cáncer me da risa
* Monasterio Benedictino
* Enrique Galván Ochoa *
Aquel febrero iba a ser para mí el último del siglo pero también el último de pagar renta por mi lugar en el planeta. Un médico me había venido tratando de amibas pero exámenes más profundos descubrieron un tumor canceroso. En realidad tenía los dos: amibas y cáncer. Muchos de ustedes han vivido de cerca este problema cuando lamentablemente ha atacado a un familiar o un amigo, y saben que con frecuencia es mortal. Mi destino era sobrevivir. El 5 de febrero, mientras otros iban al desfile, yo entraba al quirófano. Salí como El Juli después de una tarde de toros violenta, todo cosido y parchado. Un año después sigo aquí y el monstruo no ha reaparecido. Me sacaron adelante tres notables médicos: Isaías Strygler, gastroenterólogo; Fernando Quijano, cirujano y Víctor Lira Puerto, oncólogo.
Verificación
Cuando me dijeron que la había librado ųnunca solté la mano de Diosų apenas lo podía creer. Lo primero que pensé fue que no había pagado la verificación de mi coche. Con las angustias de aquellos días había andado circulando con el engomado viejo. Pagué la multa y comprobé que no es necesariamente verdadero eso de que sólo hay dos cosas ciertas en este mundo: los impuestos y la muerte. De ésta a veces te libras, pero jamás de lo otro. Enseguida me fijé una tarea en la que fracasaron antes algunos grandes personajes de la historia, como Alejandro Magno, Napoleón y más recientemente Bill Clinton. Me propuse decirle 'te quiero' todos los días a Lucy, mi compañera, por el tiempo que me reste de vida. Su entereza y coraje ųtambién sus lágrimasų me sacaron a flote cada vez que me hundí en la depesión. Les había prometido ųa ella y a nuestra hija Jazmínų que no las dejaría solas todavía.
El Monasterio
Tú no puedes vivir todo aquello ųcon el pilón de seis meses de quimioterapiaų, y volver a tu sillón a esperar la telenovela de las 9 de la noche y decir "el cáncer me da risa". Menos aun si tus médicos te advierten que deberás seguir pasando una verificación periódica ų!otra!ų porque el monstruo es capaz de regresar cualquier día. Se remueven en tu interior muchos pensamientos y emociones que andaban por ahí olvidados y aparecen otros. Buscando la paz de un templo budista hallé por casualidad el Monasterio Benedictino de Ahuatepec, aunque ya dejé de creer que las cosas suceden por casualidad. Encontré a una veintena de monjes viviendo de acuerdo con la regla que implantó hace mil quinientos años el fundador de la orden: ora et labora, reza y trabaja. Está muy cerca del DF, y al mismo tiempo, muy distante en más de un sentido. No he dejado de visitarlo desde entonces y nunca vuelvo a lo cotidiano con el corazón vacío.
Tenemos un e-mail
Atendí tu ruego de quedarte más tiempo por allá pero a cambio quiero que me contestes una pregunta: ƑPor qué tú y mucha gente más me lo piden con tanta vehemencia, como si México fuera una sucursal del Paraíso?
Dios
R: Señor: porque lo es. Nos heredaste a los mexicanos la más hermosa región del universo pero en 70 años de PRI nos han caído mil calamidades: Salinas, Zedillo, el "mocha-orejas", el Fobaproa, una devaluación tras otra y, por añadidura, casi siempre perdemos en el futbol ƑCómo resignarnos a abandonar la vida sin haber conocido otra cosa mejor?
Tel y fax: 5.213.930.81