* Detrás de Africa, Europa oriental y Medio Oriente
América Latina tiene la peor distribución del ingreso: BM
Reuters, Cancún, Q. Roo, 3 de febrero * Reducir la pobreza y la desigualdad es un imperativo ''moral y práctico'', dijeron líderes de finanzas del Hemisferio Occidental, al inaugurar la Tercera Reunión de Ministros de Hacienda del Proyecto del Area de Libre Comercio de las Américas. Directivos del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización de Estados Americanos (OEA), destacaron que el crecimiento logrado por América Latina en la década de los noventa no redujo la pobreza en la región, la cual inclusive creció en 40 millones de personas.
El presidente del BM, James Wolfensohn, dijo que ''incluso con crecimiento, la pobreza sigue siendo un enemigo obstinado''. Persiste un alto desequilibrio en la región, reflejado en el hecho de que, desde inicios de la década, el 20 por ciento más pobre de toda la población recibió 3.5 por ciento del ingreso, mientras 20 por ciento de los más ricos se benefició con más de 55 por ciento de la renta total, lo que convierte a América Latina en la región con el más bajo nivel de distribución del ingreso en el mundo --en Africa se destina 5.2 por ciento del ingreso a los más pobres, en Europa oriental y Medio Oriente el 5.8.
El funcionario anticipó las conclusiones de un estudio elaborado por el organismo que preside, según el cual ''los niveles de pobreza, como porcentaje de la población total, virtualmente no cambiaron desde mediados de 1980, la década perdida''.
Dijo que más de una tercera parte de la población de América Latina permanece en la pobreza. El número absoluto de pobres ha crecido en más de 40 millones para totalizar 180 millones, casi la misma cifra de la población de Brasil. De esta cantidad, 78 millones, entre los que se cuentan el 80 por ciento de los 30 millones de indígenas del continente, viven en la extrema pobreza incapaces de sufragar una dieta básica diaria.
El presidente del Banco Mundial culpó a las malas administraciones gubernamentales de la situación imperante, pero también a la corrupción y a la falta de aplicación de planes imaginativos en materia desarrollo social y económico.
Wolfensohn consideró que la pobreza sigue siendo uno de los mayores retos para la región y apuntó que para combatirla es precisó desarrollar esquemas basados en la participación de todos los sectores de la sociedad, comprometidos a trabajar en común para crear más empleos y combatir la corrupción.
Al encuentro también asisten Michel Camdessus, director gerente del FMI, y Enrique Iglesias, presidente del BID. Durante la sesión inaugural, el primero se refirió a la frágil situación fiscal de la región, a los insuficientes índices de capitalización en los bancos y, en especial, a la pobreza. Aunque expresó su confianza en que la recuperación económica de América Latina se afiance gradualmente, llegando a un crecimiento del 4 por ciento. Existe una interacción entre crecimiento y bienestar social que ha sido, debemos reconocerlo, ''a menudo descuidada y que podemos y debemos aprovechar mejor'', dijo el saliente director del FMI.