* Ex prisioneros uruguayos refutan a Sanguinetti


Gelman: la investigación, crónica de un "resultado anunciado"

Reuters, Montevideo, 3 de febrero * El poeta argentino Juan Gelman consideró hoy que la investigación sobre el paradero de su nieto, que habría nacido cuando su nuera estaba detenida en un centro clandestino de Montevideo en la década del 70, es una "crónica de un resultado anunciado".

"En un artículo de prensa publicado en diciembre pasado, fuentes militares afirmaron que se abrió una investigación para cerrar definitivamente una puerta", dijo Gelman en declaraciones telefónicas a la radio uruguaya El Espectador.

"Eso me parece la crónica de un resultado anunciado", agregó el poeta residente en México, quien busca que el gobierno uruguayo investigue la suerte de su nieto.

Marcelo, el hijo de Gelman, y su esposa María Claudia fueron secuestrados en Buenos Aires en 1976, pero la joven, embarazada de ocho meses, habría sido trasladada a Uruguay en el marco de la Operación Cóndor de coordinación represiva entre las dictaduras militares que gobernaban entonces en el Cono Sur de América, y que contemplaba el intercambio de prisioneros según su nacionalidad.

El presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, acusó recientemente a Gelman de insistir en la búsqueda por motivaciones políticas, y aseguró que impulsar públicamente la investigación aleja "la posibilidad de hallazgos".

"Eso significaría que el señor presidente, comandante supremo de las fuerzas armadas, no cuenta con la subordinación y obediencia de las fuerzas que comanda", respondió Gelman, cuya solicitud de investi- gaciones es apoyada por escritores y artistas de todo el mundo, como el premio Nobel Günter Grass.

Precisamente un grupo de uruguayos que estuvo en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, en Buenos Aires, y luego fue trasladado a Montevideo en el marco de la Operación Cóndor, envío este jueves una carta abierta a Sanguinetti, quien asegura que en Uruguay no han desaparecido niños.

En el centro de detención que funcionaba en la sede del Servicio de Inteligencia de Defensa en Montevideo, estos prisioneros "coincidimos con una mujer embarazada a la que nunca vimos", pero cuya atención siguieron "a través de órdenes que un médico daba a la guardia y luego, en los momentos previos al parto, por la orden de traslado recibida telefónicamente y repetida en voz alta por el oficial de guardia. Días después se le pidió a una compañera indicaciones para preparar un biberón".

Además, la denuncia de un soldado, "al que todos reconocimos en 1985 como integrante de la guardia que nos custodiaba en cautiverio, que vio a la mujer embarazada y posteriormente al recién nacido, confirmó la verdad de lo oído por nosotros", dicen en la carta los ex prisioneros, quienes están "dispuestos a brindar, una vez más, nuestro testimonio donde sea necesario".

La ciudadanía uruguaya aprobó en 1989 una ley de amnistía para los militares responsables de violaciones a los derechos humanos, pero también la posibilidad de que el Ejecutivo investigue el destino de los detenidos desaparecidos.