Indios alzados
* José Steinsleger *
EN EL AÑO 1500, CUANDO los hombres aún practicaban el ejercicio del asombro, Europa transportaba su cultura en pesados galeones que cargaban libros no menos pesados. Este saber, entendido como el único válido y posible, arrojó los cimientos del comercio global, y hoy se difunde en livianos satélites y programas de computación.
Pero en el año 1 de nuestra era, la mayoría de los pensadores latinos (salvo excepciones de rigor, como la de Lucrecio), creían que el fin de la civilización era inminente. Y como el soldado romano del fin de los tiempos, defendían el imperio económico y cultural que le daba sentido a su existencia, advirtiendo a todos sobre las terribles consecuencias de una civilización cercada poco a poco por la barbarie.
Muchos se refugiaron en el más allá, porque el más acá se descomponía ante sus ojos. Y en lugar de esforzarse por entender las causas de esta descomposición preferían pronunciar la oración fúnebre en homenaje a la civilización en general, antes que admitir la agonía de un modelo de explotación decadente y putrefacto. Cualquier semejanza con la crisis de nuestros días, no es coincidencia.
En el siglo dieciséis, América del Norte y del Sur fue conquistada por pujantes empresas del saber que incluyeron el genocidio frente a los pueblos que encontraban a su paso. Pero en la América hispana hubo mayor capacidad de resistencia. Y no tanto la resistencia al saber en sí, sino a las formas políticas de su instauración.
El protestantismo anglosajón hizo de su empresa una campaña meramente militar. En cambio, el espíritu dual de la España feudal se vio obligado a la celebración de pactos con las culturas que sojuzgaba y que no podía aniquilar por completo. Se resistió. Pero durante 450 años, el colonialismo eurocéntrico, que hasta hoy ve en la cultura una mercancía sujeta al libre-cambio, sostuvo que el saber de los pueblos originarios de América ya nada podía decirnos.
Sin embargo, la franja política de quienes opinan lo contrario crece inconteniblemente. Se resistió y se resiste. Por esto, de los tormentos de Cuauhtémoc y Atahualpa al levantamiento de los indios ecuatorianos, pasando por Seattle y Davos, el común denominador de las rebeliones y protestas gira en torno al "No" a la globalización excluyente.
Adoptando el tono nihilista de un Spengler, un Toynbee o el mismísimo Sartre, la charlatanería de un Anthony Giddens, de un Fernando Savater o de un Francis Fukuyama, eliga usted, los sonámbulos de la decadencia creen que con la "educación" saldremos del marasmo global. ƑY con cuál modelo educativo?
En Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, José Carlos Mariátegui dijo que nuestras revoluciones fueron revoluciones políticas que no cambiaron la estructura de clases, pero sí modificaron la estructura política. En tal contexto, mezquino sería decir que los indios "apenas" representan 10 por ciento de la población del continente. ƑO acaso sus luchas no competen a 70 por ciento de las personas que en América Latina naufragan en la desesperanza y la exclusión de los beneficios globalizadores?
ƑContra qué se alzaron los indios ecuatorianos? En la cédula de la erección de la Real Audiencia de Quito (1563) leemos que: "...Don Felipe por la gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Cecilias, de Jerusalem, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Oceáno; Conde de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña y Bravante y Milán; Conde de Flandes y de Tirol, etcétera.
...Por cuanto Nos para la buena gobernación de la provincia del Quito y otras tierras que de yuso irán declaradas, habemos acordado de mandar fundar una nuestra Audiencia y Chancillería Real que reside en la ciudad de San Francisco de la dicha provincia del Quito y habemos mandado que el nuestro Presidente e Oidores de la dicha Audiencia..."
La extensión de la cita ofrece parte de la respuesta y plantea nuevas preguntas. La más importante: ƑQué diferencias sustantivas existen entre aquel documento y las cartas de intención que el FMI impone a nuestros gobiernos? *