* Ofrecieron en la velada del viernes un repertorio poético y profundo


Ana Belén y Víctor Manuel cantaron ante una generación incombustible

* Interpretaron temas que los consolidaron como dueto y material de sus trabajos como solistas

Mariana Norandi * Ella, con un El dœo espa–ol ofreci— dos horas de concierto llamativo vestido rojo; él, con un sobrio traje negro. Ella, con todo el ritmo; él, con toda la fuerza. Cada uno es como es.

Así son Ana Belén y Víctor Manuel, y así se presentaron la noche del viernes, frente a un Auditorio Nacional prácticamente lleno. El dúo español comprobó que estar en México "es, desde hace 30 años, como estar en casa".

Poco después de las 20:30 horas, ambos irrumpieron en el escenario con la interpretación de La puerta de Alcalá, ante un público maduro, perteneciente a una generación de "incombustibles", como la denominó Ana, y a la cual dedicó el tema Yo también nací en el 53.

En esta, su reciente visita, prepararon un repertorio similar al de la gira anterior, Mucho más que dos, aunque en esta ocasión incluyeron temas de los últimos trabajos individuales (Lorquiana, de Ana Belén, y Cada uno es como es, de Víctor Manuel). Así, hubieron temas poéticos y muy bien interpretados de ella y profundos y muy sentidos de él.

Ana cantó a Lorca como una forma de homenaje. Retomó el cancionero del poeta granadino, con estremecedoras letras, deliciosa actuación y música de autores como Leonard Cohen, en Pequeño vals vienés; Joan Manuel Serrat, en Herido de amor, y Fito Páez, en Romance de la pena negra.

Víctor Manuel sigue sensible a su entorno, mediante la denuncia de temas como el servicio militar obligatorio (Cruzar los brazos) o el racismo (Vienen del sur), pero sin dejar de cantarle apasionadamente al amor, porque "mis canciones de amor son muy exageradas. Dicen que si ella me dejara me moriría, pero... es verdad".

El público, que entró muy tranquilo y dispuesto a escuchar el concierto, se fue animando a medida que avanzaba la noche, y acabó levantándose del asiento y coreando cada una de las canciones, tanto de ella como de él. Uno de los momentos más emotivos de la velada fue cuando Víctor, por petición de muchos de los españoles presentes allí, cantó el solemne tema del poeta andaluz exiliado en México, Asturias, que hizo recordar a más de uno su tierra ''verde de montes y negra de minerales''.

Otro tema que no podía faltar es el bolero que Víctor Manuel compuso para la telenovela La vida en el espejo, titulado Con todas las ganas, coreado por Ana y dedicado al productor Epi Ibarra, ya que "él me permitió estar en vuestros hogares, a las 9, durante muchas noches''.

Pero toda actuación en directo está sujeta a errores, como el que tuvo Víctor en la canción A dónde irán los besos, cuando empezaron a tocar los músicos y no pudo entrar la voz. ''Te juro que no me acuerdo la letra'' le dijo a ella. Después, ojeó el atril, se arrodilló de manera divertida pidiendo disculpas al público e interpretó la canción. Al acabarla, justificó su error diciendo simpáticamente: "Me la sabía, lo que pasa es que estaba un poco tembloroso".

La noche del viernes, después de dos horas y media de concierto, Ana Belén y Víctor Manuel demostraron encontrarse en plena forma, con el estilo propio que se caracteriza cada uno.

Cada uno es como es y cada uno canta, interpreta y se conecta con el público a su manera. Pero tanto ella como él, lo hacen, cada vez más, con todas las ganas.