* Tras intensas negociaciones en Montreal, acuerdan el Protocolo de Cartagena
Signan 130 países acuerdo sobre bioseguridad
* Con el convenio las naciones pueden prohibir la entrada de transgénicos sin enfrentar sanciones
Notimex y Afp, Montreal, Canadá, 29 de enero * Tras una semana de intensas negociaciones, unos 130 países del planeta adoptaron este sábado por la madrugada en esta ciudad el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, que regulará el comercio de organismos genéticamente modificados (OGM).
Este primer acuerdo prevé en principio que los países que estimen que los OGM son capaces de poner en riesgo el entorno, podrán rechazarlos, sin ser sometidos a penalizaciones internacionales. El Protocolo sobre Bioseguridad regulará el movimiento transfronterizo de los productos de la biotecnología que puedan tener efectos perjudiciales para la conservación y diversidad biológica.
Además, incluye el importante Principio Precautorio, que reconoce que ante la falta de certitud científica sobre la inocuidad de los OGM, los países tienen derecho a prohibir su entrada.
"Este es el primer acuerdo adoptado en el marco de la Convención de Río sobre la Diversidad Biológica, suscrita por 176 países" miembros de la ONU, indicó el ministro colombiano de Medio Ambiente, Juan Mayr Maldonado, quien presidió la Conferencia de Montreal.
El acuerdo fue alcanzado "tras una semana de conflictos, pasiones, entusiasmos, buenas ideas y también, de tristezas", dijo Mayr, quien se congratuló de que "se lograron resolver en Montreal los problemas cruciales" que bloquearon las primeras negociaciones en Cartagena, en 1999.
Esta es la primera vez que la comunidad internacional adopta un acuerdo para imponer restricciones al comercio internacional de productos transgénicos, ya sea semillas, plantas, peces, microbios o productos agroalimentarios, con miras a proteger el medio ambiente.
El Protocolo de Cartagena se suma a una serie de tratados sobre el medio ambiente adoptados en los últimos años para regular el comercio de especies en vías de extinción, de desechos tóxicos, o de productos químicos peligrosos, tales como los clorofluorocarburos, responsables del calentamiento del planeta.
Las negociaciones, que duraron todo el día y la noche del viernes, se intensificaron en la madrugada del sábado, cuando se dio el toque final entre la Unión Europea y el llamado Grupo de Miami, liderado por Estados Unidos, el mayor productor de productos transgénicos del mundo.
Este grupo ųen el que participa Argentina, segundo mayor productor del mundo, Canadá, Australia, Chile y Uruguayų dio la batalla hasta el final para tratar que el Protocolo sobre Biodiversidad quedase subordinado a las regulaciones internacionales sobre el libre comercio.
Las reglas sobre el libre comercio fueron establecidas por la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo que no incluye entre sus objetivos la protección del medio ambiente.
Los países europeos se aliaron con las naciones en vías de desarrollo y lograron imponer controles en sus importaciones de transgénicos, que van más allá de la actual legislación sobre libre comercio auspiciada por la OMC.
Este protocolo "demuestra que Estados Unidos no es el líder del mundo en el campo del medio ambiente", afirmó a reporteros el ministro danés de Medio Ambiente, Svend Aucken, y agregó que "sin la Unión Europea este acuerdo no habría visto el día".
Varias delegaciones latinoamericanas ųentre ellas las de México, Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuadorų se congratularon de que el protocolo dé "un marco jurídico legal a nivel mundial" que les permitirá defender su biodeversidad, que consideran una de sus principales riquezas.
La Unión Europea y los países en vías de desarrollo consideraron "una victoria" que el acuerdo incluya el "principio de precaución", tema que provocó duros enfrentamientos durante las negociaciones.
La organización ecologista Greenpeace se congratuló este sábado del acuerdo, que calificó de "un paso histórico en el combate contra el daño al medio ambiente causado por los transgénicos".
Pese a que Montreal ha sido la sede de las negociaciones y de la adopción del protocolo, éste lleva el nombre de Cartagena porque fue en esa ciudad colombiana donde se realizaron, en febrero de 1999, las primeras negociaciones, que concluyeron con un estrepitoso fracaso.
El acuerdo fue adoptado mientras manifestantes ecologistas gritaban "vergüenza al grupo de Miami", "vergüenza a Canadá, a Estados Unidos, a Argentina".
El grupo de Miami ha sido señalado de ser el culpable del fracaso de la reunión en Cartagena, y de representar los intereses de la poderosa industria de la biotecnología.