* Crea Putin oficina de información del conflicto


Palabras, cifras e imágenes, "la otra guerra" en Chechenia

* En la estrategia de medios el triunfo es de los independentistas

* Los rusos sólo esperan que Grozny caiga antes de las elecciones

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 27 de enero * En la guerra de Chechenia, con todos los horrores y excesos que se cometen por ambas partes, se libra también una batalla incruenta, en la cual las balas y las bombas son sustituidas por palabras e imágenes que causan gran impacto, pero muchas veces no se corresponden con la realidad.

Verdades y mentiras, confirmaciones involuntarias y omisiones intencionadas se entremezclan ųen las versiones de unos y otrosų para generar un cuadro distorsionado que sólo permite entrever que el gobierno ruso ha sido menos efectivo que el mando checheno en cuanto a una indispensable estrategia de medios.

La preocupante sensación de que Rusia está perdiendo esa batalla ųla del manejo informativoų motivó al presidente en funciones, Vladimir Putin, a crear la oficina de análisis de la información y enlace con los medios para la cobertura de Chechenia, y a conceder a su titular rango de asesor presidencial de tiempo completo.

La función se encomendó a Serguei Yastrzhembsky, quien volvió al Kremlin luego de ser secretario de prensa de Boris Yeltsin; fue destituido en 1998, pero acogido por la coalición opositora liderada por el ex primer ministro Evgueni Primakov y el alcalde de Moscú, Yuri Luzkhov.

Lo cierto es que Putin condicionó el nombramiento de Yastrzhembsky como temporal y le dio carta blanca para contrarrestar los artilugios informativos de Movladi Udugov, el estratega checheno que desde su agencia noticiosa en Internet, Kavkaz-Centr (htp://www.kavkaz.org), fue capaz de hacer creer al mundo que tenía prisionero a un general ruso que llevaba tres días de muerto en una emboscada.

El nuevo portavoz del Kremlin para Chechenia comenzó su misión con una declaración digna de ser reproducida: "Es absolutamente erróneo considerar que existe algún vínculo entre las acciones militares en Chechenia y la campaña electoral, sobre todo, en función del aumento de la popularidad de Vladimir Putin", afirmó Yastrzhembsky.

Esto podría catalogarse como una respuesta a la entrevista que concedió Serguei Stepashin a Nezavisimaya Gazeta, el 14 de enero pasado, en la cual el ex primer ministro ruso (de mayo a agosto de 1999) revela que la decisión de invadir Chechenia se tomó en marzo de 1999, mucho antes de la incursión wahabita en Daguestán y de una serie de atentados en Moscú y otras ciudades rusas, que justificaron la guerra como una "respuesta al terrorismo".

Stepashin admitió que "me estaba preparando para una intervención activa, planeábamos llegar al norte del río Terek hacia agosto o septiembre de 1999", y afirmó que "ello iba a suceder, incluso de no haberse producido los atentados en Moscú".

Yastrzhembsky sí fue categórico al ligar con la campaña electoral el "sesgo tendencioso" que ha tomado la cobertura de la guerra de Chechenia en algunos canales de la televisión local.

Tendencioso o no, es notorio el cambio en el manejo informativo de la guerra de Chechenia en el canal privado NTV y en TV-Centr, que han pasado del apoyo total a las acciones del ejército ruso, a denuncias de falsedad en cifras oficiales de bajas y reportajes sobre soldados heridos.

En los corredores de los estudios de televisión desde donde emite su señal NTV, se comenta que la nueva línea ordenada por el dueño del canal, Vladimir Guzinski, molestó al director general, Oleg Dobrodeiev, quien tomó unas "vacaciones ilimitadas" y podrá volver a su cargo sólo después de las elecciones de marzo.

Hace unos días NTV transmitió un reportaje sobre la reconquista de Argun por los rebeldes, en el que se ve cómo penetran en la ciudad columnas de combatientes sin resistencia alguna de las tropas federales y un joven soldado ruso implora clemencia, mientras un checheno remata con su metralleta a decenas de heridos.

Yastrzhembsky afirmó que el reportaje de NTV es un montaje de imágenes grabadas en 1996 y en él aparecen combatientes chechenos bajo el mando de Yamadaiev, quien actualmente combate en el bando de las tropas federales. Agregó que el soldado ruso que pide clemencia fue hecho prisionero en otra ocasión e intercambiado por un checheno en febrero de ese año.

Así las cosas, los rusos sólo desean que esta guerra no se complique más y Grozny, la capital chechena, caiga pronto. De lo contrario, temen nuevos bombazos en Moscú y otras ciudades.

Las autoridades también quieren declarar el fin de la guerra y, de preferencia, antes de que los ciudadanos acudan a las urnas para concretar, ya en la primera vuelta, las tendencias de intención de voto, que siguen favoreciendo a Putin de manera abrumadora: 62 por ciento, según la más reciente encuesta.