La embestida

* Luis Javier Garrido *

El gobierno "de Zedillo" pretende entregarle "buenas cuentas" al Banco Mundial al terminar el sexenio, y esa obsesión por acelerar la privatización de las industrias petrolera y eléctrica y la UNAM explica la cerrazón oficial ante el Consejo General de Huelga, la embestida de inicios de 2000 contra los estudiantes, y la forma en la que ha desbarrado el rector De la Fuente, quien habiendo podido resolver el conflicto en unos cuantos días, no ha hecho otra cosa que actuar como un instrumento del "sistema" para prolongarlo, con la pretensión insensata de aplastar al movimiento estudiantil, con el fin de tener vía libre para desmantelar a la Universidad Nacional.

1. La disputa por la UNAM, que es parte central por la de la Nación, ha entrado en una fase crítica, y la responsabilidad de que se alargue el conflicto y de que haya una vez más un riesgo de violencia es, otra vez, de las autoridades.

2. El caso del rector De la Fuente resulta patético, pues logró dilapidar en muy corto tiempo su escaso capital político. De la Fuente llegó a la rectoría en noviembre con un fuerte handicap en su contra, no sólo por su militancia priísta y su cercanía con Ernesto Zedillo, quien lo impuso en el cargo, sino porque, como titular de Salud, había suscitado múltiples escándalos por sus programas de esterilización forzada de mujeres indígenas. Ante la obstinación de su predecesor por negarse a dialogar con los estudiantes y prolongar el conflicto tenía, sin embargo, la posibilidad de adquirir una cierta autoridad al lograr una solución rápida por la vía del diálogo, pero esta oportunidad la tiró por la borda al equivocarse de manera garrafal: en vez de aprovechar su cercanía con el poder para convencer a Labastida y a Zedillo de las necesidades de la UNAM, subordinó su gestión a sus directrices y optó por una salida de fuerza disfrazada.

3. De la Fuente empezó a perder toda autoridad moral cuando, sin razón alguna, retiró de manera unilateral, en diciembre, a su delegación de los encuentros del Palacio de Minería y se negó en enero a regresar al diálogo con los estudiantes, desconociendo de esta manera su firma en los acuerdos del 10 de diciembre, que lo comprometían a que el diálogo con el CGH, y sobre los seis puntos del pliego estudiantil, constituían "la única vía" para solucionar el conflicto: quedando como un hombre sin palabra. La expectativa de levantar la huelga con una solución de fuerza encubierta como "democrática" no hizo en los siguientes días más que llevar al rector a un creciente desprestigio.

4. El plebiscito, que iba a ser supuestamente "democrático", se organizó como un operativo de Estado, que ni en la forma ni en el fondo fue democrático. La consulta no fue libre, pues se organizó con base en una serie de presiones inadmisibles entre universitarios, que fueron engañados, pues no podían votar la propuesta, además de que se les hizo creer que con la iniciativa se estaba respondiendo a las demandas del CGH, siendo que no era así, y que sólo se les conminaba a avalar una propuesta que, entre otras cosas, planteaba convalidar la violación de la rectoría al orden constitucional al desacatarse el principio de la gratuidad de la educación pública superior. El resultado no pudo ser en consecuencia más que el fracaso estrepitoso de De la Fuente, pues a pesar del amedrentamiento, más de la mitad de la comunidad universitaria repudió su plebiscito. Cuando la noche del 20 el representante de Consulta Mitofsky, empresa que ha convalidado todos los fraudes del PRI, anunciaba en vivo ante los micrófonos de Televisa, hacia las 21:15 horas, que habían votado "más de 400 mil universitarios", era evidente que las cifras no les iban a cuadrar, como lo confirmaron las caras largas de De la Fuente y de sus colaboradores poco después y los números que hubieron de reconocer: menos de la mitad de los universitarios había votado, e aun en las poco confiables cifras oficiales, a pesar de las presiones y manipulaciones, sólo 39.2 por ciento de la comunidad había aceptado la propuesta oficial.

5. El operativo de Estado que ha pretendido derrotar al movimiento estudiantil y mantener los programas neoliberales en la UNAM quedó al descubierto muy pronto, como lo evidenció la revista Proceso (núm. 1212). El plebiscito, se dice ahí, fue decidido en la Secretaría de Gobernación, instrumentado por las autoridades federales y la rectoría, y contó con el pleno apoyo del PRD y del gobierno del Distrito Federal, con lo que se confirma que el rector De la Fuente está violentando seriamente la autonomía de la UNAM al buscar la intervención de autoridades federales y locales y de un partido político --el PRD-- en la vida interna de la UNAM. "Gobernación --afirma Proceso-- intervino en la determinación, organización y culminación del plebiscito", y fue en Bucareli, subraya, donde se pactó el apoyo de las autoridades capitalinas y de los cuadros perredistas a este nuevo plan que pretende derrotar a los estudiantes. El plan acordado ahí supone que las autoridades de la UNAM y el PRD, actuando en estrecha connivencia, organizarían asambleas en las escuelas para "levantar la huelga", a cambio de lo cual los perredistas recibieron el ofrecimiento de que serían los interlocutores de las autoridades en un congreso universitario del cual se excluiría al CGH.

6. El plan de Bucareli tenía de entrada, sin embargo, una falla que evidenciaba al rector. El anuncio pomposo hecho por De la Fuente en San Ildefonso el lunes 24, de que dialogaría con el CGH sólo con el campus abierto, entrañaba un absurdo, pues el diálogo demandado desde hace nueve meses es, obviamente, para levantar la huelga.

7. Un rector que busca imponer sus políticas con la intervención del gobierno federal y de un gobierno local y de su partido no puede tener la confianza de una comunidad, y por eso a nadie extrañó el papelón que hizo De la Fuente al tratar de penetrar en Ciudad Universitaria el martes 25 para llevar su plebiscito al CGH, en un acto de clara provocación, y el hecho de que fuese repudiado en este intento, que los medios sin excepción calificaron como un sonado "fracaso" de las autoridades.

8. Como a nadie tampoco extrañó la fallida intentona de tomar las instalaciones, orquestada por la rectoría y los "moderados" el miércoles 26, ya que a su llamado sólo acudió una minoría, y en sólo 17 de 37 escuelas, según el canal 40, y la amplia difusión que se hizo de este nuevo operativo de Estado, sólo mostró que los contingentes iban acudillados por burócratas, y que antiparistas y militantes del PRD se hallan ya luchando juntos con el mismo objetivo.

ƑY a quién pudo extrañar por lo mismo que los miembros del PRD, que detentaban las instalaciones del CUEC y de la ENEO, las entregaran en ese mismo operativo a la Policía Federal Preventiva para tratar de hacer creer que era a consecuencia del plebiscito, a pesar de que lo habían anunciado desde semana atrás?

9. ƑQué credibilidad pueden tener asambleas convocadas por las autoridades para que levanten la huelga, como la de la Facultad de Veterinaria, ordenada por su propio director el miércoles 26 en La Jornada (pág. 48)?

10. El operativo oficial ha ido con todo, sin importar los riesgos de violencia que entraña, y si en Chiapas el gobierno buscó enfrentar a indígenas con indígenas, aquí trata de oponer a estudiantes contra estudiantes. De ahí la exigencia, cada vez mayor a las autoridades para que, pasada su ofuscación, se sienten a la mesa de diálogo para que la huelga se levante cuanto antes. *