La Jornada viernes 28 de enero de 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Los millones de mexicanos que emocionados se aprestaban a votar el próximo 2 de julio, con la esperanza de cambiar el destino de la nación, deberán refrenar sus ansias de novilleros, pues, según declaró el presidente Zedillo al diario suizo Neue Zürcher Zeitung (Nuevo Diario de Zurich), sea quien sea el próximo titular del Poder Ejecutivo, "difícilmente podrá salirse del actual rumbo que sigue México, tanto en lo económico como en lo político".

 

Así que, a buen entendedor, pocas declaraciones: llámese Vicente o Cuauhtémoc, el próximo será en realidad lo mismo que un Francisco, o un Ernesto, o un Carlos, o un Miguel.

 

Y, ya entrado en confianzas, el Presidente de México confesó al citado diario que ha entrado en una especie de virreinato con Francisco Labastida en cuanto al manejo de los asuntos priístas. El doctor Zedillo dijo que, aparte de compartir el liderazgo del tricolor con el sinaloense, éste tiene "todo" su "apoyo para los comicios presidenciales".

 

La verdad, gastar tanto dinero en elecciones, Ƒpara qué? Si alguien tiene alguna ocurrencia interesante sobre el asunto, favor de enviarla al citado diario suizo, a la sección de correos del lector.

 

Simples coincidencias

 

Francisco Labastida Ochoa ha establecido tres polos afectivos para desplegar su campaña electoral. Uno, desde luego, es su natal Sinaloa. Otro será Yucatán, donde su esposa tiene parentela. Y el tercero es Jalisco, donde el abuelo del ahora candidato a la primera magistratura fue gobernador y diputado constituyente. Uno de los temas delicados en esos tres lugares es el del narcotráfico y sus vínculos con el poder político (en sus tres niveles, federal, estatal y municipal). En su discurso de anteayer en Guadalajara, Labastida decidió insistir en subrayar que de llegar a la Presidencia desatará una fuerte campaña contra ese tráfico de drogas.

 

El entorno en que se dio la reiteración labastidista no fue el mejor. No sólo por las críticas que en Sinaloa han vuelto a recordar la tibieza del ex gobernador en esas batidas cuando estuvo al frente del estado. Tampoco por el hecho significativo de que el delegado general del Revolucionario Institucional en la entidad sea el ex gobernador de Durango Maximiliano Silerio Esparza (recuérdese la existencia de un triángulo dorado: Durango, Sinaloa, Jalisco, al que ahora habría que considerar un cuadrado, al agregar a Colima). Sino, además, por el extraño accidente de una avioneta de la Procuraduría General de la República (PGR), mismo que causó la muerte a cinco personas (dos capitanes aviadores y tres mecánicos), y por la oportuna detección de un paquete explosivo bajo una de las escaleras del popular mercado de San Juan de Dios, según reporte dado en un diario local. No es difícil asociar los incidentes de la capital jalisciense con aquella ocasión en que un avión militar estalló en el aire mientras se daba un espectáculo de acrobacia durante un desfile del 16 de septiembre en la capital del país.

 

Una sospecha sospechosa

 

En Chiapas, decenas de miles de soldados justifican la densidad de su presencia y de sus acciones con la endeble argumentación de que hacen cumplir las estipulaciones de la Ley Federal de Armas de Fuego y de Explosivos. Tan celosas suelen ser en la vigilancia de todo cuanto se refiere a esos temas, que las fuerzas militares son acusadas reiteradamente de cometer excesos.

 

En la ciudad de México, sin embargo, no hubo tal rigor legalista a la hora de atender el presunto riesgo de que hubiese artefactos explosivos en las instalaciones de la UNAM recuperadas por el bando del rector. A pesar de que el celo puesto en el sureste seguramente podía repetirse en la capital del país, no fueron los militares, abiertamente, quienes se encargaron de atender la sospechosa sospecha de las autoridades universitarias, sino las fuerzas paramilitares denominadas Policía Federal Preventiva (PFP), que dirige el tabasqueño Wilfrido Robledo.

 

No debe perderse de vista, por lo demás, la advertencia filtrada ayer mismo de que la policía federal ingresará a terreno de la Universidad Nacional Autónoma de México siempre que haya sospechas de que pudiese haber explosivos. Esas sospechas, como puede verse, están bajo sospecha.

 

Conflictos con la SCT

 

El presidente Zedillo fue especialmente insistente en semanas pasadas en denunciar que, debido a las reasignaciones presupuestales hechas por los diputados federales en diciembre pasado, ya no habría recursos para proyectos gubernamentales en rubros como los de comunicaciones y transportes.

 

En algunas entidades, como Oaxaca y San Luis Potosí, donde gobiernan José Murat Casab y Fernando Silva Nieto, respectivamente, se han producido tensiones por la falta de apoyo económico para asuntos carreteros de parte de la Secretaría de Comunicaciones y Tranasportes, cuyo titular es Carlos Ruiz Sacristán. En Oaxaca se quejan de la persistente falta de mantenimiento en las carreteras de la entidad, en especial en las que van de la capital a Huatulco y a Puerto Escondido. En San Luis Potosí, el diferendo entre instituciones es debido a la falta de recursos federales para construir la anunciada carretera a San Juan de los Lagos.

 

Lo que no se sabe es si tales insuficiencias o malquerencias provienen de los reacomodos presupuestales de diciembre, o si estas reasignaciones han sido usadas como justificación para políticas restrictivas que ya estaban en curso. El misterio no podrá ser develado por San Lázaro, sino por El señor de Los Pinos.

 

Astillas: El pleito del día en el PRD es por las candidaturas a senador correspondientes a las primeras minorías. Sucede que el partido del sol azteca tiene una presencia electoral muy definida en varias entidades, de manera que, donde gobierna, espera ganar todos los escaños de mayoría; pero hay otros lugares donde es la segunda fuerza y, por tanto, correspondería a sus aspirantes ocupar la senaduría que se adjudicará al instituto político que sea la primera minoría. La batalla por las posiciones es feroz. Por lo pronto, va quedando claro que la mejor manera de ser senador por el PRD es no militando en este partido, pues con eso de las alianzas electorales, una posición es para el sol azteca, otra para el PT y las siguientes dos para partidos recién creados que ni siquiera tienen militantes suficientes para hacerlos candidatos... No crea rumores como estos: que Francisco Labastida Ochoa está muy agotado y que su voz se enronquece y debilita cada vez más (en Los Mochis, por ejemplo, hizo un discurso de menos de cinco minutos, supuestamente por respeto a los asistentes a un mitin que se había retrasado mucho)... Alumnos de una escuela del Politécnico desean hacer un par de simulacros de elecciones federales para darse una idea confiable de cómo andan las preferencias respecto a Presidente de la República y jefe del Gobierno capitalino. Para ello, quieren hacer papeletas con los emblemas de los partidos contendientes, pero desean saber si infringirían alguna disposición legal. Seguramente les podrá auxiliar, enviando su comentario al correo electrónico de Astillero, alguno de los muchos jurisperitos que leen esta columna que de vez en cuando acepta convertirse en moderna doctora corazón de la política.