Mil niños de ese país, secuestrados por familiares cada año

 

Riesgos del síndrome Elián en EU

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 26 de enero * Funcionarios estadunidenses temen ahora que el caso de Elián González, más allá de sus implicaciones inmediatas para el niño, su familia y la política bilateral con Cuba, tenga serias consecuencias negativas en asuntos parecidos, así como también para rescatar a los cerca de mil menores estadunidenses secuestrados por familiares que ahora se encuentran en el extranjero.

"Este tipo de casos podría ocurrir de nuevo", advirtió el presidente, Bill Clinton, hace unos días. "No sólo se trata de Cuba ni sólo de este pequeño niño. Es probable que se den muchas de estas cosas en el futuro al incrementarse los flujos migratorios". Lo que el presidente estaba describiendo como un problema a futuro, por cierto, ya es presente. El Servicio de Inmigración y Naturalización reportó que 585 niños fueron devueltos a sus países el año pasado vía órdenes de deportación, entre ellos 168 a México.

Pocos disputan que si Elián fuera de cualquiera otra nacionalidad, ya formaría parte del total de niños deportados este año. Pero más allá de la peculiar política que se reserva exclusivamente para los cubanos, lo que preocupa a los políticos estadunidenses es que si la acción legal promovida por los familiares de Elián en Miami prospera, siente precedente para todos los otros casos de custodia de niños plagiados o que llegan ilegalmente a sus costas.

Pero tal vez aun más preocupante y hasta peligroso es que estas mismas maniobras que se han empleado aquí para mantener a Elián en el país, podrían ser utilizadas contra familias estadunidenses que tratan de recuperar a sus niños secuestrados por un familiar y llevados al extranjero.

El Departamento de Estado calcula que cerca de mil niños son plagiados en Estados Unidos por uno de sus padres cada año. Este asunto se está convirtiendo en un tema político importante y el gobierno de Clinton se encuentra presionado por fracasar en el apoyo a los familiares en sus intentos de recuperar a sus niños y lograr que sean devueltos a Estados Unidos.

En octubre pasado, el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara realizó una audiencia para tratar el asunto, y allí la Oficina General de Contabilidad (GAO, agencia del Congreso) criticó al Departamento de Estado por el fracaso para realizar acciones "sistemáticas y agresivas" en pos de recuperar a estos menores, así como también por fallar en utilizar las convenciones de La Haya y otros acuerdos internacionales en estos casos.

 

Incumplimiento y arrogancia

 

Funcionarios del Departamento de Estado han argumentado que intentan hacer más en estos casos, pero que ciertos países aliados no están cumpliendo con lo estipulado en estos acuerdos. Austria, Honduras, México y Suecia son algunos de los países identificados por el Departamento de Estado como los peores violadores de las convenciones internacionales.

"En algunos casos, estos países han hecho caso omiso de sus obligaciones de tomar medidas apropiadas para descubrir el paradero de los niños raptados", escribió la GAO en su resumen. "En otros, sus sistemas judiciales han interpretado la convención de tal manera, que el Departamento de Estado cree minan los objetivos básicos de la convención, de asegurar el oportuno regreso de esos niños a su residencia habitual".

Lo que preocupa a los encargados de estas políticas aquí es el impacto que podría tener el asunto Elián en todos los casos estadunidenses. Si Estados Unidos no cumple con el espíritu de estas obligaciones internacionales, Ƒcómo podrá esperar que otros países aliados lo hagan?

La columnista del Washington Post Judy Mann detecta un tipo de arrogancia especial en el comportamiento de los legisladores estadunidenses que apoyan la posición de las organizaciones cubanoamericanas conservadoras.

"El secuestro es contra la ley. Que los cubanos en Miami, que jamás han conocido a Elián, lo tomen como suyo, cuando su padre desea que sea regresado, es escandaloso", escribió. "Pero aún más escandaloso es ver a miembros del Congreso correr hacia esta locura y tratar de abrigar el secuestro con la respetabilidad. Lo que están mostrando al mundo es que la arrogancia estadunidense no tiene límites".