* Se hundirán al mantenerse inflexibles, considera


Imposible, negociar con cubanos de Miami, dice Richard Nuccio

* No tienen apoyo mayoritario, afirma el ex asesor de la Casa Blanca

* Sin salidas de diálogo para poder superar cualquier tipo de crisis

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 26 de enero * El ex asesor de la Casa Blanca para Cuba y tal vez el analista que mejor conoce a los grupos cubanos en este país, considera que no hay posibilidad de negociar con los que radican en Miami ya que mantendrán la línea dura a pesar de que a largo plazo ésta será derrotada como opción política en la relación bilateral.

Richard Nuccio, quien durante dos críticos años fue el asesor especial para asuntos cubanos del presidente Bill Clinton, dice que el caso de Elián González tiene que entenderse dentro del mapa particular de los factores que siempre han definido la política de este país hacia Cuba.

En entrevista con La Jornada, Nuccio subrayó que pese a que los grupos ultraconservadores cubano estadunidenses de Miami no cuentan con el apoyo de la opinión pública nacional ni representan una opción racional para el "interés nacional" en torno a Cuba, aún controlan la política bilateral.

"Les he comentado una y otra vez que a largo plazo están perdiendo la batalla con la opinión pública y que tienen la opción de adoptar sus posiciones al interés nacional de Estados Unidos en torno a la política hacia Cuba, o mantener sus acciones de retaguardia". Pero "ellos se hundirán (al mantener sus posiciones hasta el fin)". Así, la implicación es que no hay espacio aquí para negociar salidas a la crisis por Elián ni en cualquier otra.

Nuccio considera que el poder de los grupos en Miami sobre la política nacional está llegando a su fin. Sin embargo, dice, el caso de Elián no marcará el principio de ese fin; está sólo a la mitad. "El principio del fin fue marcado por la ley Helms-Burton y la muerte de Jorge Mas Canosa.... Esto (la coyuntura) es mediados de ese fin, pero el fin está mucho más lejos de lo que uno pueda imaginar".

El ex asesor y ahora académico y analista dijo que el asunto de Elián debe entenderse en el contexto de la pugna interna estadunidense en torno a Cuba. "Continúa como un asunto que se trata de forma apasionada por un pequeño grupo que le importa la relación con Cuba y una gran mayoría (en Estados Unidos) que le importa poco". Indicó que no se puede medir la racionalidad de las posturas políticas para estos asuntos en torno a la opinión mayoritaria o el interés nacional. "Si a Miami le importara lo que el resto del país opina sobre Cuba, tendríamos una política muy diferente; si a los políticos les importara lo que piensa el resto del país más allá de Miami sobre la política hacia Cuba, ésta seria diferente".

"Esta batalla (por Elián) es entre los legisladores republicanos en Miami y el liderazgo cubanoamericano para ver quién es el vocero de la línea dura. Se ha politizado más por la batalla de liderazgo que se libra en Miami después de la muerte de Mas Canosa... La batalla es sobre la línea dura, no sobre Elián."

En el ámbito nacional, señaló el especialista, la política hacia Cuba se revela en el hecho de que los candidatos presidenciales de ambos partidos se han manifestado a favor de que Elián no sea regresado a Cuba por ahora, a pesar de una opinión pública en sentido contrario. "Los candidatos entienden lo que ha sido cierto durante años: el camino a sus convenciones nacionales pasa por Florida y Nueva Jersey, y en esos estados se necesita el voto de la comunidad cubanoamericana".

Además, señala Nuccio, Elián se ha convertido en otra manifestación de las tendencias que condicionan el debate, y que lo hacen incoherente. "El problema son una serie de objetivos políticos esquizofrénicos en Estados Unidos, y este caso (del balserito) señala nuevamente el estado absurdo de las relaciones Estados Unidos-Cuba. Uno tiene leyes, como la Helms Burton entre otras, que tienen la intención de derrocar al gobierno cubano, y tiene los acuerdos migratorios que dependen de la estabilidad de ese mismo gobierno. La administración que promovió los acuerdos migratorios necesita cierta estabilidad en el gobierno cubano. Aquellos en el Congreso dedicados a este asunto desean que estallen esos acuerdos y desestabilizar a ese gobierno".

De hecho, uno de los objetivos secretos de los congresistas anticastristas y los grupos de Miami, con el caso de Elián, es destruir esos acuerdos migratorios, señaló Nuccio.

Advirtió que el problema de que la política bilateral sea manejada de esta manera es que en cualquier momento puede estallar una crisis con consecuencias muy serias. Por una lado, la dinámica poco racional sobre Cuba en Estados Unidos, y por otro la posibilidad creciente de una maniobra mal calculada de Fidel Castro. "Recuerden, yo estaba en el cuarto donde Clinton consideraba la opción de bombardear La Habana (después del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate), y la gente, incluyendo al propio Castro, no saben qué tan cerca a eso llegamos".

"Fidel sabe bien lo que quiere, Estados Unidos no sabe lo que quiere. Esto puede llevar a un escenario desastroso". Esto, según Nuccio, puede causar una grave crisis en cualquier momento, particularmente si Fidel Castro no calcula bien, especialmente durante un ciclo electoral estadunidense.