* Sólo se recaudaron $400 con la carrera en memoria del waterpolista


De poco sirvió la muerte de Omar, dice su madre

* Los ganadores de la desprotegida competencia no donaron sus premios

Jorge Sepúlveda Marín * Con apenas la mínima protección de una patrulla y una ambulancia del Gobierno del Distrito Federal se efectuó la carrera de casi 12 kilómetros del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM) al Zócalo de esta ciudad, donde sólo participaron 30 corredores varones y cuatro mujeres. Ni siquiera entorpecieron el tránsito vehicular de la lateral del Periférico ni de Reforma, y poca gente se dio cuenta de la prueba.

La carrera tuvo como principal objetivo recordar el primer aniversario de la muerte del waterpolista Igor Omar Ortega, quien se ahogó en la alberca del CDOM, aunque la Procuraduría de Justicia capitalina deslindó de cualquier responsabilidad a las autoridades del Comité Olímpico Mexicano.

Otro de los fines era recaudar fondos para iniciar la cruzada y brindar atención médica a los deportistas de alto rendimiento o comprar una ambulancia, pero apenas se recolectaron 400 pesos de las inscripciones de la carrera, ya que la premiación a los tres primeros sitios de ambas ramas equivalió a 3 mil 500 pesos, pagados con la donación de dos firmas privadas.

La corrida fue por la lateral de Periférico hasta entroncar con Reforma, y de allí al Zócalo por Juárez. Los atletas debieron respetar luces rojas de semáforos, impacientes conductores y el incesante tránsito de la ciudad, ya que fueron pocos los automovilistas que se enteraron de la competencia, que a decir de los participantes no llegó ni a los 12 kilómetros, ya que el ganador, Joel Cruz, la terminó en 34:07 y Martha Jiménez en 39.40 minutos, aproximadamente. Ninguno de los ganadores donó su premio, ya que de eso viven, aseguraron.

Afuera del CDOM, familiares y amigos del waterpolista fallecido montaron una ofrenda con su fotografía, encendieron una veladora y colgaron moños negros de 50 centímetros de largo en la reja. Hubo mantas también, donde se leían peticiones de otorgar más y mejores servicios médicos, seguros, y los recursos necesarios para evitar lo peor. Al parecer, de "poco o nada sirvió la muerte de Igor Omar", insistió la madre del infortunado atleta, Socorro Rivera.

El CDOM lució gruesas cadenas y candados en sus dos entradas principales, por aquello de que por ahí andaba Salvador El Halcón García, quien siempre pone al personal de vigilancia en máxima alerta.