* Rechaza el anuncio de disidentes para formar un organismo paralelo
Somos los únicos interlocutores ante rectoría: CGH
* Invita a todos los estudiantes para que asistan hoy a sus escuelas a debatir la solución al paro
Roberto Garduño, Karina Avilés y Gustavo Castillo * No existe otro interlocutor de las autoridades universitarias más que el CGH. En respuesta al anuncio de un grupo de estudiantes disidentes en el sentido de formar una organización paralela, la postura de los paristas fue el rechazo total.
Carlos Serrato, vocero del movimiento estudiantil, invitó a todos los estudiantes a que este jueves acudan a sus escuelas y participen en las asambleas para debatir la solución al conflicto.
La postura del consejo estudiantil en torno a los sucesos de ayer fue de rechazo, porque sólo ''se permitirá la realización de asambleas dentro de las escuelas y facultades hasta que el CGH sea quien convoque a ellas''.
Serrato aceptó que todo estudiante que desee ingresar hoy a su plantel podrá hacerlo ''para cerrarle el paso al acarreo y a otras cosas que son perjudiciales, porque ello generaría una situación en la que el conflicto en lugar de solucionarse únicamente se postergaría, quedaría latente y en cualquier momento resurgiría''.
Por otra parte, el CGH dio a conocer la versión de las escaramuzas que se suscitaron ayer en el campus universitario y en las escuelas periféricas:
"10:45, se presenta un grupo de porros encabezado por Luis Javier Guerrero Guerra (el lanzapetardos) en la entrada principal. Al menos dos de estos sujetos traían armas de fuego. Los acompañaba José Manuel Covarrubias (funcionario universitario). De inmediato comenzaron a insultar para luego pretender romper las vallas. Simultáneamente nuestros compañeros de Derecho dialogaban con otros estudiantes explicando la situación actual del movimiento, llegando a acuerdos para la realización de un foro de discusión. A unos 20 metros, vehículos de judiciales merodeaban en los alrededores...
''A las 10:30 de la mañana, afuera del edificio B de la Facultad de Química se concentraron cerca de 250 personas, entre personal de confianza, investigadores, profesores y estudiantes. Estaban presentes algunas autoridades de la facultad y aprovechando la presencia de universitarios los incitaban a realizar una asamblea para retomar las instalaciones, promoviendo el enfrentamiento. El comité de huelga los persuadió de que así no se iba a resolver nada y sólo se caía en el juego de Gobernación de promover el enfrentamiento entre universitarios...
''Condenamos al rector y a quien le ordenó ųZedillo-Labastidaų convocar a los universitarios a retomar las instalaciones, en un claro acto de provocación que a todas luces desembocaría en una confrontación directa entre universitarios, que si no pasó a mayores fue gracias a la prudencia con que se condujo el Consejo General de Huelga. A ellos los responsabilizamos de cualquier confrontación.
''Este dispositivo fue orquestado desde Gobernación, en un claro pacto con estudiantes miembros del PRD para realizar asambleas simultáneas para levantar la huelga'', concluye.
* Unos 4 mil moderados respondieron a la convocatoria y llegaron a CU
Antiparistas y cegehacheros celebrarán asambleas abiertas
* Tras varios momentos críticos de insultos y forcejeos, acordaron empezar hoy los debates
Roberto Garduño, Karina Avilés, Georgina Saldierna y José Antonio Román * Las acusaciones y advertencias entre estudiantes de la UNAM arrinconaron en un callejón sin salida los exhortos a la conciliación y el entendimiento para acabar con el conflicto más oneroso en la máxima casa de estudios. En los accesos a Ciudad Universitaria se dibujó un escenario que nadie deseaba: colocar frente a frente a los integrantes del Consejo General de Huelga (CGH) y antiparistas. Pero fueron los mismos alumnos quienes desactivaron aquellos indicios de confrontación.
Separados por montones de tierra, cascajo y alambradas, los estudiantes de ambas tendencias se enfrascaron en un interminable intercambio de agravios que llegaron a los empujones, descalabrados e incursiones a las facultades de Química y Medicina.
Aquel maremágnum respondió a una convocatoria que se convirtió en el centro de la polémica, elaborada el domingo pasado por estudiantes de los moderados para que la comunidad universitaria que permanece sin intervenir en el conflicto se presentara en sus planteles a discutir el futuro de la huelga.
Desde ese día, el CGH rechazó ese llamado pues, adujo, fue elaborado por la Secretaría de Gobernación, y por esa razón no permitiría el ingreso al campus universitario, pues sólo las asambleas de cada escuela tienen el mandato para citar a sus plenos.
Febril movilización de paristas
Fuera de esos pronunciamientos, ayer ocurrió un hecho sin precedentes en nueve meses de huelga. Desde las 10 horas, en los accesos de Insurgentes, avenida Universidad y Cerro del Agua, cientos de alumnos --4 mil según los moderados de la red-- se dirigieron allí desde sus domicilios, de las sedes de las clases extramuros, de sus trabajos y hospitales donde realizan el servicio social. Mientras se concentraban en esos lugares, al interior de la UNAM se vivió un clima de tensión y febril movilización de mil 500 huelguistas. Colocaban en las barricadas cuanto material hallaban a su paso. Reforzaban las alambradas. Hacían vallas humanas. ''šNo pasarán!, šNo nos moverán!'', entonaban a coro.
Antes de las 11 horas, por el Paseo de las Facultades --al lado de la colonia Copilco-- un grupo de alumnos de la Facultad de Química saltó la barda, otros pasaban por un orificio en la puerta que comunica con Odontología. En cuestión de minutos estos alumnos se reagruparon y corrieron hacia su plantel: ''ya entramos y no nos sacarán'', gritaban, mientras cruzaban la explanada de la Facultad de Medicina.
En medio de la excitación llegaron hasta Química, ahí demandaron a sus compañeros huelguistas --que no sobrepasaban la docena-- que les abrieran la puerta, pero no accedieron. Los gritos y las amenazas comenzaron. La mayoría de los antiparistas obligó a los del CGH a abrir el portón. Y comenzó una asamblea de los que demandan la reapertura de la máxima casa de estudios y los que mantienen la huelga, pero no encontraron una salida.
Aquella incursión se conoció en cuestión de minutos. Grupos de huelguistas que resguardaban las principales entradas a la universidad se movilizaron hacia Química; también aquello se dio a conocer en la facultad: ''compañeros, ya vienen los del CGH, y nos van a sacar a madrazos''. Los antiparistas se reagruparon y corrieron de nuevo hacia el Paseo de las Facultades. Al llegar a la barda que divide a la colonia Copilco con el campus, formaron una hilera y caminaron hacia el acceso de avenida Universidad, donde lograron salir.
Todo quedó en descalificaciones
Para entonces, en ese lugar la concentración de estudiantes antiparistas de las facultades de Derecho, Economía, Odontología y Filosofía había crecido y en cualquier momento, se temía, podían ingresar a Ciudad Universitaria. Pero del otro lado, sólo divididos por la barricada, los huelguistas enfrentaban el tumulto... afortunadamente no se dio un paso al frente... sólo descalificaciones:
--šAquí no hay más que una, o ellos o nosotros! --gritó un antiparista.
--Yo estoy en contra de ustedes que quieren entrar a huevo, šy así no van a pasar! --replicó un huelguista.
--Si pasa algo, nosotros te responsabilizamos --adujo el antiparista.
--ƑDe qué nos responsabilizan...?; nosotros también queremos la universidad abierta, pero con dignidad--respondió el mismo huelguista.
Ahí se dio el primer signo de la conciliación que parecía lejana. Los integrantes del CGH acordaron dejar pasar a una comisión de los antiparistas para discutir y llegar a un acuerdo. Los estudiantes que antes se acusaban, minutos después estudiaban una solución, que a pesar de las diferencias y percepciones sobre lo que sucede en la UNAM sobrevino con un compromiso para reunirse en sus asambleas abiertas mañana, debatir el futuro de la huelga. Ese fue el primer punto crítico que se desactivó.
Pero en Cerro del Agua, el otro acceso que da a las facultades de Medicina, Química y Veterinaria, ocurrió la mayor tensión. Cientos de alumnos --ellos calculaban en 2 mil la asistencia-- se congregaron en demanda de la apertura de sus escuelas y de participar en sus asambleas.
Vestidos con batas blancas, la mayoría se acercó a la puerta y ahí comenzó la batahola. Empujones, pedradas que descalabraron a dos estudiantes y los reclamos: ''Queremos entrar, la universidad también es de nosotros'', insistía una joven. ''No van a entrar, porque no los convocó la asamblea en huelga'', era la respuesta de otra alumna.
Entre el tumulto, José Narro Robles exigía calma, demandaba a los dos bandos que se condujeran con serenidad y mediante el diálogo. Pero los ánimos se caldeaban. La presencia de Alejandro Cravioto y Luis Alberto Zarco, directores de las facultades de Medicina y Veterinaria, era rechazada por los huelguistas, pero también aplaudida por los antiparistas. Los prospectos de médicos y veterinarios permanecieron allí hasta entrada la tarde. Finalmente se acordó de palabra que la asamblea de mañana en ambas escuelas será abierta.
En el otro extremo de la universidad, sobre la avenida Insurgentes, los sucesos se repetían. Entre colonos, integrantes de organizaciones sociales, padres de familia, los alumnos en huelga bloquearon la entrada. No permitieron el paso a nadie más que sus compañeros. A los medios de comunicación que siguen día a día las acciones del CGH también les fue impedido el acceso. ''ƑFue acuerdo de asamblea?'', se les cuestionó, pero respondían sin cesar: ''nadie pasa, nadie, no fue acuerdo de asamblea, pero nadie pasa...''.
Hora de catarsis
También, los huelguistas y antiparistas de las facultades de Ingeniería, Arquitectura, Química y Psicología se reconocieron, discutieron y acordaron que mañana regresarán a sus asambleas a puerta abierta, para decidir sobre el conflicto. Pero a escasos metros de ahí el debate seguía, con posturas radicales:
--šQueremos entrar! Nadie quiere que entre la fuerza pública! --advirtió otro antiparista.
--Compañeros, si sale uno solo herido vamos a dar motivos para que entre la policía, ya vieron lo que pasó en el CUEC --contestó otro alumno del CGH.
--šNosotros queremos entrar a las asambleas!, pero si es preciso, también queremos que Zedillo meta manos --replicó otro antiparista.
--No, no, no, no, compañeros. No podemos demandar la violencia del gobierno, discutamos y acordemos --intervino una muchacha antiparista.
Higinio Muñoz, integrante del CEM, permanecía lívido, demacrado y con signos de preocupación. Más tarde comentó que mañana se realizará una asamblea abierta a la comunidad de la Facultad de Ciencias.
Aquello que pasó fue la catarsis, el desborde de nueve meses de huelga que ha cambiado la vida de esos jóvenes. Pero también, a ese clima se sumaron rumores incesantes: que la ENEP-Iztacala, la ENEP-Acatlán y el CCH-Azcapotzalco habían decidido entregar las instalaciones a las autoridades.
A ese panorama se sumó el ir y venir de los huelguistas coordinados por el Llanero solitito, Enrique Cisneros, quien ordenaba a los jóvenes que resguardaban los accesos, pues en la entrada a la Facultad de Economía, por el Paseo de las Facultades, estudiantes antiparistas de Derecho derribaron la puerta metálica, pero cuando intentaban ingresar al campus, un grupo de huelguistas la bloquearon con un automóvil Volkswagen de Auxilio-UNAM, que fue volteado para hacer de su toldo la barricada.
De aquello, que presagiaba una confrontación entre universitarios, resultó entre forcejeos y reclamos un acuerdo para reencontrarse mañana en sus asambleas abiertas, y decidir qué hacer con el futuro de la Universidad Nacional.