* Repudio silencionso a la violencia, en Madrid
Contra ETA, más de millón y medio de manifestantes
* Partidos nacionalistas no participaron en la movilización
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 23 de enero * Una manifestación silenciosa de más de un millón y medio de personas fue la respuesta de la sociedad madrileña a la más reciente acción violenta de la organización armada vasca ETA. La marcha estuvo encabezada por el presidente español, José María Aznar, el líder de la oposición socialista, Joaquín Almunia, y los tres ex presidentes de gobierno Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González. Los partidos políticos nacionalistas no participaron en esta protesta, la más grande de las 200 celebradas en los últimos dos días.
ETA hizo estallar el pasado viernes un coche bomba en el barrio madrileño Virgen del Puerto, una colonia habitada en su mayoría por militares y guardias civiles, en la que el grupo armado ha perpetrado ocho atentados en los 30 años de conflicto. La última acción de ETA mató al teniente coronel Pedro Antonio Blanco, y fue la primera tras el rompimiento, el pasado 3 de diciembre, de una tregua de 14 meses, la más larga jamás decretada por la organización.
La manifestación comenzó en la Plaza de Colón y finalizó en la Puerta de Sol. La gente marchó en silencio, con las manos pintadas de blanco y llevando pancartas con consignas como "Vascos, sí; ETA, no".
Una vez que la cabeza de la marcha llegó a la Puerta del Sol, el actor vasco Imanol Arias leyó un comunicado en el que aseguró que "la responsabilidad íntegra de este crimen es de ETA. Son responsables quienes han matado, y se convierten en sus cómplices quienes lamentan esa muerte pero se niegan a admitir que no hay excusa alguna que la justifique". Esto fue una alusión a la coalición Euskal Herritarrok, (EH, marca electoral de Herri Batasuna, considerada ala política de ETA), que lamentó la muerte de Blanco.
El actor vasco terminó su lectura con el grito de "šViolencia no! šTerrorismo no! šBasta ya! šQue dejen de matar! šETA kanpora (fuera)! šIros! šNo os queremos!".
El presidente español, José María Aznar, reiteró a su vez que la lucha contra el terrorismo será, para todos, "larga, dura y difícil", mientras su ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, dijo que "el gobierno está dispuesto a dialogar en la medida que ETA no mate" y entregue las armas. Explicó, sin embargo, que el Ejecutivo "no está dispuesto a dejarse coaccionar por las reivindicaciones políticas de unos asesinos".
El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Joaquín Almunia, aseguró a su vez que pese a que España está a semanas de celebrar elecciones legislativas, todos los sectores del pueblo español "tenemos que debatir y confrontar nuestras ideas ante los ciudadanos, la lucha contra los violentos, la lucha contra los terroristas y a favor de la paz, la defensa de la democracia y de la dignidad". El ex presidente socialista Felipe González pidió la "unidad para acabar con esta banda de mafiosos criminales".
El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el gobierno local), Xabier Arzalluz, criticó desde Bilbao la actitud de los partidos españolistas y del gobierno por "echar" sobre su formación política "el estigma de la violencia". Subrayó que cuando los no nacionalistas hablan de buscar la unidad de los demócratas, lo que quieren realmente "es que nos separemos unos de otros, quieren la docilidad del PNV, pero habrá que ver quién de verdad es demócrata".
Arzalluz rechazó ayer la exigencia del gobierno español y de las filas socialistas para que su partido rompa con el pacto de legislatura que tiene con EH y que disuelva el Pacto de Lizarra, foro democrático que aglutina a las formaciones nacionalistas del País Vasco, Navarra y el País Vasco francés.
El ministerio del Interior, en tanto, distribuyó hoy en todas las comisarías del país dos retratos robot de los sospechosos de haber perpetrado el atentado del viernes, elaborados con base en testimonios de testigos, y que también fueron difundidos en los medios de comunicación.