* Desde 1982 padece penurias financieras y desatención gubernamental, dice
Cárdenas: la educación superior, abandonada
* Las políticas aplicadas han sido fuente de enormes tensiones para estudiantes y académicos, apunta
Juan Antonio Zúñiga, enviado, Puebla, Pue., 21 de enero * Los gobiernos priístas de los últimos tres sexenios impulsaron un proyecto educativo que pretende que la dinámica de un mercado con fuertes distorsiones, en el marco de una economía frenada, determine el futuro de la educación superior, señaló aquí Cuauhtémoc Cárdenas.
En la sede de la Universidad Autónoma de Puebla, el candidato presidencial de la Alianza por México presentó un diagnóstico que incluye parte de su programa gubernamental hacia el sector educativo con propuestas específicas, sustento histórico y metas definidas en el que puntualiza que las consecuencias de políticas deliberadas para restarle importancia a la educación superior que llevaron a cabo Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, "han sido la fuente de enormes tensiones en las que estudiantes, académicos e incluso autoridades han sido objeto de cambios que deterioran la naturaleza del trabajo y dañan las relaciones entre los diversos sectores de las universidades e institutos".
Cárdenas planteó que la gratuidad de la educación no se reduce a evitar los aumentos de cuotas o desaparecerlas, y subrayó que "es obligación del Estado garantizar a los estudiantes que lo requieran apoyos económicos, alimenticios e incluso de alojamiento, para que puedan ingresar, permanecer y completar sus estudios superiores. Su compromiso es cumplir académicamente".
En el diagnóstico sobresale que actualmente sólo 16 de cada 100 mexicanos, con edades entre 20 y 24 años, participan de la educación universitaria, en tanto que 84 por ciento restante ha quedado literalmente al margen de esta posibilidad por problemas derivados de las políticas económicas aplicadas. Entre sus conclusiones, Cuauhtémoc Cárdenas afirma que para darle un carácter pleno de autonomía a las universidades es necesario acabar "con la complicidad entre gobernantes y administradores de la educación que ha impedido sanear las finanzas y los procesos administrativos".
Grave restricción al gasto educativo
Diagnosticó que "las instituciones públicas de educación superior se han desarrollado en un marco de penurias financieras y desatención gubernamental desde 1982. El gasto federal en este rubro cayó más de 20 por ciento en términos reales de 1982 a 1999, y las carencias económicas se reflejan dramáticamente en un deterioro de 7 por ciento en el gasto por alumno de licenciatura y posgrado durante esta última década, con una caída notable de casi 40 por ciento en lo que va del sexenio".
Esta desatención gubernamental y la política de restricción presupuestaria propiciaron que entre 1982 y 1999, la matrícula de educación superior en el sector privado registrara un crecimiento de 250 por ciento, con una elevación sólo durante la última década de 148 por ciento; de tal manera que el universo estudiantil de las universidades privadas pasó de representar 14 por ciento en 1982, a 28 por ciento en 1999.
En contraste, apuntó, "la matrícula en las instituciones estatales ha caído 36 por ciento de 1989 a 1999; en tanto que las universidades autónomas y federales registraron un crecimiento de 30 y 69 por ciento, respectivamente, en el alumnado en el mismo periodo. Por el lado docente, la planta magisterial de las universidades privadas creció 160 por ciento, en tanto que en las estatales, el número de profesores y catedráticos registró una reducción de 50 por ciento; en las escuelas de educación superior federales el aumento fue de 33 por ciento y en las autónomas de 49 por ciento.
En la actualidad, dijo, más de la mitad de los estudiantes de licenciatura se encuentran inscritos en carreras del área de ciencias sociales y administrativas; 30 por ciento en ingeniería y tecnología; menos de 10 por ciento en disciplinas médicas; 4.5 por ciento en humanidades y educación; menos de 4 por ciento en ciencias naturales y exactas, y, por debajo de 3 por ciento en ciencias agropecuarias.
Preguntó: "ƑCorresponde esto a las necesidades de desarrollo y de equidad en nuestro país? La oferta educativa se ha expandido, por decisión gubernamental fundamentalmente en el sector privado, que ha priorizado el desarrollo de instituciones orientadas a las disciplinas económico-administrativas que para cumplir su función docente requieren de una inversión mucho menor que aquellas relacionadas con las ciencias naturales, médicas, exactas, agropecuarias, ingenierías y demás áreas relacionadas con el desarrollo de tecnologías".
"Los profesores e investigadores también han sufrido las consecuencias", precisó, e inmediatamente después indicó que en el caso de la UNAM, donde los salarios son superiores a los de la mayoría de las instituciones del país, la percepción de un profesor de tiempo completo del más alto nivel cayó 72 por ciento entre 1975 y 1987.
Agregó que "de entonces a la fecha, los salarios base se han recuperado en una mínima proporción sin alcanzar siquiera 50 por ciento del nivel adquisitivo que tenían en 1976. Con toda intención, el gobierno y las administraciones universitarias han deprimido los salarios y limitado su crecimiento por debajo de la mínima remuneración legal, y se ha buscado con ello instrumentar una política eficientista, que supuestamente compensa los bajos niveles salariales con suplementos como el Sistema Nacional de Investigadores y los programas de estímulos".
De ahí, Cárdenas pasó a una evaluación cualitativa del quehacer magisterial y de investigadores en las universidades. "Estos programas, que supuestamente miden la productividad en las tareas de docencia e investigación, han tenido efectos nocivos que desvirtúan las prácticas académicas; los tiempos y contenidos de ellas se condicionan a la finalidad de obtener mayores puntajes en las evaluaciones; la selección de temas de investigación responde más a las posibilidades de publicación en el extranjero que al impacto de las mismas en los problemas nacionales, la innovación tecnológica o el desarrollo de una ciencia básica, que responda a la realidad del aparato científico y tecnológico de nuestro país".
Así reconoció una realidad que vive el personal académico en los centros de enseñanza superior no privados, por lo cual "se ve envuelto en una situación de competencia con sus colegas y en inumerables procesos de evaluación desgastantes, que los distraen de sus actividades sustantivas". Concluyó que "en suma, la actividad docente y de investigación se ha convertido en una acción individualizada, ajena en muchas ocasiones a la sociedad y a sus problemas, y distante del ideal de trabajo compartido entre académicos y estudiantes".
Pero aclaró que a pesar de las dificultades "en la mayoría de los casos, los investigadores y docentes universitarios cumplen con sus tareas académicas con empuje, honradez y calidad".
Sobre la premisa de que en el nivel medio superior y superior, hasta el posgrado, es necesario que el Estado vuelva a asumir su responsabilidad como promotor y como el proveedor más importante de la educación, el candidato presidencial de la Alianza por México presentó sus metas de gobierno en la materia, las cuales no se limitan exclusivamente a ofrecer más recursos económicos.
Para ampliar la cobertura en estos niveles, planteó como reto de su gobierno que al finalizar el sexenio ésta llegue al menos a 50 por ciento y que alcancen las aulas universitarias y terminen sus estudios 30 por ciento de las personas de entre 20 y 24 años.
En congruencia con lo que ha señalado a lo largo de su trayectoria política, Cárdenas reiteró que la educación pública debe ser realmente gratuita como lo señala la Constitución, y apuntó: "Estamos en contra de que a partir de la desatención del gobierno se pretenda trasladar los costos de la educación a los individuos, es decir, a los estudiantes y a sus familias". También aclaró, con los pies en la tierra, que cumplir con este principio "plantea retos claros en el terreno del financiamiento educativo".
Propuso que para alcanzar el financiamiento adecuado de las instituciones de educación superior, se ampliarán las asignaciones presupuestales a los centros educativos y de investigación, para lo cual se establecerá "una asignación fija del PIB a este rubro con porcentajes establecidos para cada uno de los niveles educativos, en particular, el de la educación superior". Y se promoverá "que las universidades negocien paquetes presupuestales multianuales (para cuatro o cinco años, por ejemplo) que consideren tasas de ajuste a las asignaciones federales en función de indicadores inflacionarios y de tipo de cambio".
Como los recursos gubernamentales no son suficientes para cumplir esta aspiración se comprometió a que su gobierno establecerá formas de financiamiento innovadoras para allegar recursos a las escuelas normales, las preparatorias y universidades. Para ello ų precisóų "propondremos al Congreso de la Unión el establecimiento de un sistema de exenciones fiscales a empresas e individuos que inviertan en la investigación y en la formación de profesionales y maestros en cualquier tipo de institución".
Cárdenas se comprometió también a plantear desde el inicio de su gobierno una amplia disposición para que los actores fundamentales del proceso educativo en las universidades discutan a nivel nacional y propongan al Congreso de la Unión un proyecto de ley de educación superior que cuente con un amplio consenso y refleje sus aspiraciones, expectativas y realidades. Estableció también como principio que para ello es necesario eliminar "la injerencia nociva del gobierno en los procesos de decisión de los universitarios y, particularmente, en la designación de autoridades y administradores, para acabar con la complicidad entre gobernantes y administradores de la educación, que ha impedido sanear finanzas y procesos administrativos".
Su gobierno establecerá como principio "reivindicar la educación superior como el fundamento de un proyecto cultural, en el cual se sustente una nación democrática, justa, equitativa y soberana". Asumimos el compromiso, manifestó, de impulsar este esfuerzo para que por encima de todas las cosas permita preservar y transformar, "para hacer de nuestros centros de educación superior, el espacio de vida y reflexión en que se deposita la historia y la conciencia crítica de nuestra nación".
Cárdenas estuvo en Izúcar de Matamoros, donde unos 3 mil campesinos le ratificaron su apoyo, y luego se dirigió a Atlixco, donde fue recibido por unos 4 mil poblanos. En la plaza principal de Izúcar, donde se encuentra en pésimas condiciones la casa que habitó el cura Miguel Hidalgo, un orador de la Mixteca poblana le dijo: "Es ahora o nunca, señor Cárdenas".