* BALANCE INTERNACIONAL

Paradojas de la globalización

* Eduardo Loría *

 

Ahora que entramos a un nuevo siglo y que la globalización económica ha adquirido tintes muy específicos, comienzan a elaborarse análisis prospectivos y retrospectivos interesantes, tratando con ello de encontrarle sentido a la trayectoria de crecimiento y al modelo seguido desde fines de los años setenta.

Hay cosas sorpresivas que pocos imaginaban, como por ejemplo la abrupta caída de los tigres asiáticos, pero menos aún su impresionante y rapidísima recuperación. Por ejemplo, después de la fuerte crisis que sufrieron en 1998, Hong Kong, Malasia, Singapur y Corea, vienen creciendo en 4.5, 8.1, 6.7 y 12.3 por ciento, con inflaciones menores al 2 por ciento y con superávits en sus cuentas corrientes (en miles de millones de dólares) de 0.6, 9.4, 19, 28.1, respectivamente. Proyecciones recientes del Banco Mundial, aseguran que este ritmo de expansión continuará en los próximos ocho o 10 años.

Otro hecho sorpresivo es la continuación del dinamismo de la economía estadunidense y ante el cual desde hace varios años muchos vienen pronosticando su terminación. En días pasados el prominente economista Paul Krugman (quien fue de los pocos que en 1993 se atrevió a pronosticar que en corto tiempo esa región de Asia sufriría de una fuerte crisis) ahora prevé una drástica caída ("corrección") del mercado accionario de Estados Unidos y, en consecuencia; de todo el mundo. Eso, a su vez, llevaría a una devaluación del dólar y muy probablemente de otras monedas importantes, como el yuan chino. Las consecuencias de esto son imprevisibles, debido a que la proporción más alta del déficit comercial estadunidense se encuentra en esa región, por lo cual seguramente este país tomaría medidas proteccionistas muy diversas que atentarían contra la inercia misma de la globalización.

Krugman ha vaticinado que en este año la burbuja especulativa del mercado de valores de Estados Unidos podría comenzar a desinflarse para acercarse a su valor real. De cumplirse con todo este escenario, la consecuencia natural sería una fuerte desaceleración de la economía mundial, con lo que se acentuarían las diferencias sociales que han crecido a pesar de esta fase de crecimiento económico.

Por lo que toca a la región latinoamericana, de cumplirse con lo anterior el efecto sería devastador, sobre todo al considerar que durante la presente década el crecimiento medio por habitante apenas fue de 1.2 por ciento y, particularmente en 1999 de menos 1.5 por ciento. Esto se debió en parte a que la crisis asiática deprimió muchísimo los precios de las exportaciones de la región, así como a la irrupción de problemas políticos en varios países. Lo peor de todo es que a pesar de la recesión latinoamericana del año pasado, se transfirieron al exterior alrededor de 50 mil millones de dólares.

Nuevamente los ojos del mundo están puestos en la decisión de la Reserva Federal sobre el movimiento que tendrán las tasas de interés y sus efectos sobre sus mercados accionarios. La reelección de Greenspan, sin embargo, es una buena noticia a pesar de todo este mar de complicaciones.

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