* Raúl Vera: la garantía para el futuro de la paz en Chiapas es la Iglesia


Sería catastrófico dividir a la diócesis sancristobalense

* Prevé posible fractura, si en el futuro se aplica una línea pastoral radicalmente opuesta a la actual

Blanche Petrich y Elio Henríquez /II y última, San Cristóbal de las Casas, Chis., 20 de enero * En la diócesis de San Cristóbal el Consejo de Consultores ųintegrado por seis sacerdotesų prepara la transición del obispado que a la fecha encabeza Samuel Ruiz. Mientras tanto, el coadjutor que ya no asumirá la sucesión tan esperada, Raúl Vera, alerta sobre los riesgos de tensión e incluso fractura que pudieran darse si el futuro obispo pretende aplicar una línea pastoral ''radicalmente opuesta'' a la actual.

''Venga quien venga, si tiene ojos para ver lo que yo vi, necesariamente evitará una fractura interna''. Y lo que vio, según su testimonio, es que a pesar de la imagen de conflictiva o violenta que le han fabricado los medios de comunicación ''no honestos'', esta diócesis ''ha caminado justo en sentido contrario, en el sentido de la unidad y la reconciliación''. Romper esta unidad, dividir esta Iglesia, ''sería una barbaridad''. El resultado sería ''catastrófico''.

 

Llama al pan, pan, y al vino, vino

 

Guanajuatense, igual que Ruiz, asignado ahora a Saltillo, Vera llama al pan, pan, y al vino, vino, cuando habla del conflicto chiapaneco. Habla de la Iglesia ''perseguida y acosada'', de la estrategia contrainsurgente, de la situación de guerra en las comunidades militarizadas. Pero es cauteloso cuando toca el tema de la institución eclesiástica.

Así vislumbra él la transición:

ųComo he dicho muchas veces, la situación en Chiapas siempre ha sido delicada. Mientras aquí se viva una situación de guerra, cualquier ingrediente puede aumentar la tensión. Al llegar a esta diócesis me propuse no hacer algo que dividiera. Aquí ya hay dos ejércitos, hay confrontaciones que poco a poco me fui dando cuenta que son propiciadas como parte de una estrategia. Lo hemos denunciado varias veces, la confrontación es uno de los métodos para justificar la presencia militar.

ųSi de algo yo he tenido cuidado desde que llegué es de no ser un factor de división. Don Samuel y yo juntos hemos creado condiciones que han llevado a más de un grupo a encontrarse con la diócesis. He visto cómo la pastoral se ha ido incrementando en las cabeceras, cómo las estructuras diocesanas se han venido articulando y esto permite que la diócesis tenga mucho más capacidad de ser un instrumento de reconciliación. El sínodo ha sido un fermento de unidad extraordinario.

ųLo que pido y desearía es que la Iglesia no llegue a ser un centro de contradicción. Siempre existirán detractores, pero esto no quiere decir que la Iglesia está dividida. En Ocosingo yo vi un signo estupendo que sí me gustaría que lo transmitieran: aquel día yo tenía confirmaciones, pero al mismo tiempo estaba citada una manifestación de apoyo al gobernador Albores y de repudio contra los estudiantes de la UNAM y contra Ofelia Medina. La gente estaba citada en la plaza a las 10 de la mañana y las confirmaciones (eran) a las 11, en la iglesia. Pensamos que todo se iba a retrasar y que la gente, los padrinos y los papás llegarían hasta que terminara la manifestación. Pero šsorpresa! Toda la gente estaba en la iglesia y la famosa manifestación se tuvo que cancelar. Ahí se vio el verdadero rostro de la Iglesia, que no es, como quieren mostrar medios de comunicación no honestos, enemiga de la paz y promotora de la violencia.

ųPor eso yo espero que continúe este proceso de unidad que la Iglesia ha logrado. Así creo que debe ser el futuro. No hay que irse con la finta. Este trabajo de unificación tiene que continuar. También debe dársele continuidad al sínodo. No hacerlo será una barbaridad.

En ese momento, don Raúl descruza la pierna y vuelca la taza de chocolate que hace rato se había enfriado sobre la mesita de centro de su sala. ''ƑYa ven? Ahora fui yo el que hizo una barbaridad''.

Salvado el desaguisado continúa: ''Hoy por hoy puedo decir, y con mucho énfasis, que la garantía para el futuro de la paz en estas regiones es la Iglesia, sin excluir el trabajo de muchas personas de buena voluntad y de una grande generosidad que están desde varios sectores trabajando. Pero necesariamente vemos a la Iglesia como un punto de referencia para la paz, se quiera o no''.

ųEsto no conjura el peligro de una ruptura, en caso de que se adopte una línea diocesana opuesta a la que ha existido ųse le hace notar.

ųClaro, ya lo dije. Pero tendría que ser algo demasiado radical, demasiado contrapuesto.

ųƑNo cree que sectores de la Iglesia, como el llamado Club de Roma, estarían dispuestos a hacer eso?

ųSectores dentro y fuera de la Iglesia visualizan de un modo distinto lo que se debe hacer por desconocimiento, porque simple y sencillamente no han entendido el Concilio, o porque parcializan la doctrina social de la Iglesia, la misma doctrina que el santo padre ha predicado y defendido respecto a los pobres y a los indígenas. Y con esto, les aclaro, no califico a ese Club de Roma, eso lo dicen ustedes. Estoy hablando de sectores que incluso desde aquí, Chiapas, desconocen totalmente el proceso o defienden intereses de otro tipo. Gente que antes calificaba a los sacerdotes de marxistas o comunistas, ahora habla de Teología de la Liberación. Usan ese mote como los integristas que en los 60 calificaban a alguien que tenía un compromiso social como comunista. Eso no es leal ni justo. Están queriendo frenar una nueva evangelización que lo abarque todo, que toque todo lo humano, que comprenda la evangelización de la cultura y la integración desde las raíces y la fe de las culturas originales.

''Ya no se vale estar justificando la injerencia de intereses totalmente ajenos a la verdadera promoción del hombre acusando a la Iglesia, uniéndose los poderes económicos y políticos para que la Iglesia no desbarate toda la estructura injusta que está beneficiando a unos cuantos'', advierte.

ųEl cardenal Norberto Rivera dijo que el obispo que venga tendrá que ser incluyente, no excluyente, no solamente para los indígenas sino para todos.

ųNo soy quien para decir si realmente eso fue lo que dijo un hermano mío en el Episcopado. Pero de ninguna manera ha sido excluyente el trabajo de la diócesis, que también ha atendido las zonas mestizas y urbanas.

ųSus compañeros de la diócesis y usted mismo han acatado la orden del Papa de no permitirle acceder al obispado de San Cristóbal con una actitud de obediencia crítica. ƑEso lo satisface?

ųLa obediencia no está peleada con la verdad, es meritoria cuando se realiza libremente. El hecho de que yo haya obedecido no quiere decir que yo haya dejado de ver que el papel de la Iglesia aquí es seguir defendiendo a los pobres y sobre todo seguir trabajando para que los indígenas lleguen a alcanzar una vida digna, como quiere Dios que alcancemos todos sus hijos. Es absurdo hacer una evangelización por encima de las injusticias que sufre la gente, sin contribuir al orden social dentro de la justicia y la equidad. Yo libremente acepté ser sacerdote, libremente acepté ser obispo, libremente acepto mi cambio. Pero no dejo de ver, esté donde esté, el compromiso de esta diócesis con el camino verdadero a la paz y la dignidad de toda esta gente. Y tampoco dejo de ver que, en un contexto nacional, los problemas se deben a un ordenamiento mal hecho de un país que debe revisar sus estructuras de impartición de justicia, de participación política.

 

ƑSe puede desobedecer al tatik Papa?

 

Recientemente, Samuel Ruiz y Raúl Vera concelebraban una solemne misa en una comunidad, ante miles de indígenas de diversas zonas. Los prelados ya habían explicado de manera prolija la decisión vaticana y las consecuencias sobre la diócesis. Entonces, uno de ellos interrumpió la celebración para insistir: ƑPor qué el tatik Papa castigaba al tatik Raúl mandándolo a ''otro país'' (Saltillo)? ƑSerá que se pueda evitar el cambio de obispo? ƑSerá que se pueda ignorar la orden del tatik Papa?

Raúl Vera respondió: ''Tatik Samuel y yo hemos estado muy unidos al tatik Papa. El no me cambia de acá con regaño. Sólo él puede dar la orden a los obipos a dónde deben ir. Y esto tiene que quedar muy claro: es al Papa a quien yo obedezco''.

En otros municipios, en otras comunidades, también han ocurrido expresiones muy dolidas e indignadas por el hecho. Decenas de grupos han dirigido cartas al Papa con estas reacciones. Vera las entiende así:

''Desgraciadamente, esta es una diócesis acosada, perseguida. He sido testigo de cómo la diócesis es vista dentro de una estrategia militar contrainsurgente, precisamente porque trata de ser un obstáculo a los métodos de fuerza violatorios de los derechos humanos para tratar de doblegar ya no solamente a los indígenas que abiertamente se levantaron en armas, sino a todos aquellos indígenas y no indígenas que simpaticen con las causas de justicia que ha enarbolado este movimiento. Desde ese punto de vista estratégico, esta es una diócesis que hay que controlar. Y lo hacen por medio de calumnias, expulsión o encarcelamiento de sacerdotes, obstaculización del trabajo de los catequistas a quienes se les ponen órdenes de aprehensión o se les amenaza, cerrando templos. No es extraño que haya este enojo, porque no se deja que la diócesis tenga continuidad. Ese sentimiento se explica por todo lo que ha sufrido esta diócesis, que ha visto a sus obispos calumniados, perseguidos a sus sacerdotes. La lectura inmediata de la gente es: bueno, este es otro ataque más.

''Cuando yo llegué aquí, y con todo y que don Samuel hizo un gran trabajo para que yo fuera recibido, hubo voces que dijeron: Oiga, estamos tristes porque creemos que usted viene a obstaculizar el trabajo de nuestro tatik. Don Samuel me dijo con mucha sencillez: Raúl, no te ofendas que te digan eso, están habituados a ver una serie de acciones contra su Iglesia. Eso no quiere decir que ellos dejen de reconocer que debemos obedecer, que tenemos un superior que es el que manda.

''Hemos visto que en la Santa Sede se delinea ya un trabajo para el siguiente obispo, que tendrá que comprometerse con la paz y con el compromiso del santo padre con los indios. Don Samuel (Ruiz García) y yo hemos recalcado esto, pero ese sentimiento nadie se los puede quitar'', concluye el obispo saliente.