* Presentan libro de Hernández y Boltvinik


Con bonanza, en 15 años habrá 80 millones de pobres en México

David Zúñiga * Aun si la economía mexicana creciera a una tasa promedio anual de 4.8 por ciento y se mantuviera la bonanza de la economía estadunidense, el número de pobres en México seguiría en aumento hasta llegar a 80 millones en el año 2015, advirtió Enrique Hernández Laos, autor, junto con Julio Boltvinik, del libro Pobreza y distribución del ingreso en México.

Durante la presentación de la obra, los ponentes, entre ellos Clara Jusidman, secretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal, el investigador Alejandro Nadal y el historiador Lorenzo Meyer, señalaron que al gobierno no le interesa terminar con la pobreza sino administrarla, incluso con fines electorales.

Meyer afirmó que existe una estrecha relación entre el uso de recursos de programas gubernamentales como el Progresa y las votaciones favorables a Francisco Labastida Ochoa en las elecciones internas del PRI.

En el acto efectuado en El Colegio de México, Hernández Laos reconoció que la investigación presentada en el libro tiene limitaciones debido a la escasa disponibilidad de información; sin embargo, el acercamiento ofrece una perspectiva de lo que ha ocurrido con el país en los últimos 40 años.

Hace un par de meses, agregó, se elaboró un modelo de prospectiva económica para tratar de prever qué ocurrirá con la pobreza en México en los próximos 15 años. En un escenario ''muy optimista'', es decir, si se mantiene la bonanza económica en Estados Unidos, un crecimiento económico de 4.8 por ciento anual y los salarios suben 3 por ciento al año en términos reales, el mercado no podrá absorber la nueva fuerza de trabajo y en el 2015 habrá 80 millones de pobres. En cambio, de mantenerse la tendencia observada entre 1982 y 1996, el desempleo, el subempleo, la informalidad y la marginalidad serán ''apabullantes''. Las cifras y los modelos, admitió, pueden ser discutibles, pero dan una idea ''muy aproximada'' de la magnitud del problema.

 

INEGI, sujeto a conveniencia política

 

Clara Jusidman propuso democratizar la información estadística, permitir el acceso a los bancos de datos y dar autonomía al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. El INEGI, aseguró, está sujeto a criterios de conveniencia política que han privado a los mexicanos del acceso a la información que se recaba ''a costa de los impuestos que todos pagamos y de los datos que proporcionamos''. El ''subdesarrollo político'', lamentó, impide conocer con precisión qué ocurre con la economía y con la sociedad de México, salvo ''por las lecturas selectivas que nos hace la nomenklatura oficial''. Este acceso limitado a los datos es una prueba más de que los mexicanos ''aún no adquirimos la condición de ciudadanos de pleno derecho''.

En 1981, explicó, se dio marcha atrás a un modelo económico que ''mal que bien'' había permitido reducir la pobreza y la desigualdad. La constante pérdida del valor de los salarios ha llegado a tal punto que trabajar ya no resulta atractivo ni redituable para muchos jóvenes, que prefieren seguir dependiendo de sus padres, incorporarse a la economía informal y, en otros casos, a la delincuencia.

La pobreza en México, aseguró, no se debe a la escasez de recursos, sino a una distribución del ingreso cada vez más desigual; es un problema social y no, como supone el neoliberalismo, resultado de la incapacidad individual.

Vania Sales, también investigadora de El Colegio de México, sostuvo que el sistema de mercado ya ha demostrado su ineficacia como distribuidor del ingreso y ha agravado problemas de integración familiar y social, la insalubridad y enfermedades en todo el mundo. ''Es un hecho demostrado que la pobreza mata'', afirmó.

Mientras, el investigador Alejandro Nadal consideró que para algunos sectores del gobierno el crecimiento de la pobreza puede resultar "normal"; argumentarían que es parte de un periodo de ajuste y que los problemas terminarán cuando el modelo neoliberal se aplique a plenitud a través de más privatizaciones, desregulación y reformas laborales. Según Nadal, el modelo neoliberal no producirá resultados aunque se le dé más tiempo porque parte del supuesto de que el mercado asigna los recursos de manera eficiente. Esta teoría, seguida incluso por el premio Nobel de Economía Amartya Sen, "está prendida de alfileres".