La Jornada martes 18 de enero de 2000

Alberto Aziz Nassif
El candidato de los escándalos

Desde hace tiempo la vida política en México se ha poblado de escándalos. No hace mucho las campañas electorales eran meros rituales sin competencia: los resultados se conocían con anterioridad, lo importante era conocer al candidato oficial, lo demás, era un ritual. Para la oposición se trataba de tener presencia y dar testimonio, otro ritual. Ahora la incertidumbre se ha instalado en el escenario político: los partidos y candidatos están dedicados a ganar votos; los medios de comunicación son los espacios de debate; las reglas electorales establecen los movimientos permitidos, y la dinámica es radicalmente diferente a la que hubo hasta 1994. Con todos estos ingredientes también llegaron los escándalos políticos a la opinión pública y un candidato como Vicente Fox.

En cualquier país democrático es normal que las campañas electorales estén salpicadas de declaraciones escandalosas para ganar votos; el único límite es lo que prohíbe la ley expresamente. Cada sistema político tiene mecanismos y hábitos culturales con los cuales procesa los discursos de los políticos. En México esos mecanismos se encuentran sometidos a cambios importantes y, por lo que hemos visto en los últimos meses, serán parte de nuevos debates públicos, como el vínculo entre las Iglesias y la política. El campo del poder está en pleno reacomodo: hace unos años las posiciones oficiales eran dominantes y la oposición estaba marginada, ausente; el acceso y la difusión en los medios eran completamente inequitativos. Hoy en día el acceso y la receptividad se han vuelto más equitativas; las posiciones oficiales no necesariamente son las dominantes y la oposición puede ganar la pelea.

Dentro de este contexto se puede situar la polémica que desató el hombre de la Alianza para el Cambio, Vicente Fox, quien puede ser evaluado como "el candidato de los escándalos": rompe las reglas convencionales del discurso político, se mueve en el filo de la navaja, es el polo heterodoxo de la contienda. Para sus críticos es el ranchero que va de escándalo en escándalo, provoca molestia, lastima intereses, arriesga demasiado, abre flancos innecesarios, provoca; es una especie de chivo en cristalería, por todo lo cual es peligroso. Entre algunas de sus últimas incursiones escandalosas se atrevió a portar una imagen de la Virgen de Guadalupe; quiso poner su foto en el emblema de la Alianza para el Cambio; comparó a la Iglesia con el PRI. Para sus seguidores, es el personaje que se atreve a desafiar al sistema priísta, el político no tradicional que tiene una voluntad de poder incuestionable, que es honesto y puede ser la oportunidad de cambio para el país. El polémico candidato de la Alianza para el Cambio logra con sus escándalos de opinión una posición relevante en los medios, sigue al pie de la letra la máxima del político: "más vale que hablen mal de mí, a que no hablen".

Al arranque formal de las campañas presidenciales hay una paradoja: mientras los escándalos son la nota de cada día, el debate de los programas pasa a segundo plano. En este sentido resulta claro que en la última semana la declaración de Fox sobre la Iglesia y el PRI fue mucho más importante, en términos de opinión y cobertura, que la pasarela en el ITAM, donde tres candidatos (Cárdenas, Fox y Labastida) plantearon un esbozo de su proyecto económico. ƑTendremos que acostumbrarnos a que en las campañas veremos muchos escándalos y pocas propuestas?

Entre los escándalos y los debates de proyectos hay otro elemento importante que los candidatos tendrán que conquistar: la credibilidad. De forma independiente a las propuestas y los partidos, hay valores culturales compartidos por amplias franjas de la ciudadanía, como la imagen de un presidente con la cual están asociados factores como la prudencia y la mesura, lugar que quiere ocupar el candidato del PRI. Podemos preguntar: Ƒqué tanto la audacia, el escándalo, la sinceridad de banqueta están también asociadas con una imagen presidencial? Este será un dilema que tendrá que resolver Vicente Fox en las próximas semanas, cuando arrecie la propaganda sucia. Hasta el momento actual las encuestas de opinión dan una pequeña ventaja a Labastida; Fox le pisa los talones; y en un lejano tercer sitio se encuentra Cárdenas.

ƑQué hará Fox para pasar de los escándalos de opinión a una imagen confiable que aumente sus votos? ƑQué hará Cárdenas para no repetir una tercera vuelta con más de lo mismo y salir del lugar en el que se encuentra? ƑPodrá Labastida mantener su ligera ventaja y lograr credibilidad en sus propuestas? Veremos...