Ť La compañía actuará en el Metropólitan
Ser intrépido e improvisar, entre los requisitos que pide Pilobolus
Ť El programa incluye las obras The practical zoo y Day two
Ť La danza no es un fósil de museo y tiene que cambiar: Kent
Merry Mac Masters Ť Ser intrépido, causar asombro, poderse divertir, torcer el cuerpo de modo extraño e improvisar, además de ser un buen bailarín y un artista interesante, son los requisitos para pertenecer a la compañía de danza estadunidense Pilobolus. Bueno, si es que hay una vacante porque su formato es sólo de cuatro hombres y dos mujeres. Suficientes, diríamos, para crear sus coreografías escultóricas. Y si tiene facilidad para estar ''de cabeza" de todas las maneras posibles, mejor todavía.
Nacida hace 29 años en las aulas de danza del Colegio Dartmouth, en Connecticut, como un lado más ligero de la danza moderna que en ese entonces se hacía, la actual Pilobolus ha visto muchos cambios en su elenco. El que llega a México para presentarse del 18 al 20 de enero, en el teatro Metropólitan, es multicultural y tienen año y medio trabajando juntos. Gaspard Louis, por ejemplo, nació en Haití, Josie Coyoc en Belice, mientras que la familia de Benjamin Pring es de Filipinas. Otis Cook, Matt Kent y Rebecca Anderson, por su parte, son oriundos de Estados Unidos, aunque de lugares tan ''distantes" y de ''distinta visión" como lo son Atlanta, Pittsburgh y California. Lo que permanece inalterable es su punto de partida acrobático y teatral.
Mujeres y hombres, fuertes para aguantar el peso
Para lograr sus esculturas humanas, los integrantes de Pilobolus necesitan de mucha fuerza. Como dijo Josie Coyoc ayer, en conferencia de prensa, las mujeres tienen que ser tan fuertes como los hombres y aguantar el peso de los otros.
Las mujeres, que por lo general tienen antecedentes en ballet, danza moderna, yoga y gimnasia, en principio necesitan ser ''muy flexibles", apuntó.
Si bien es cierto que hay coreografías que se remontan a diez y quince años, también lo es que están en continua evolución, apuntó Rebecca Anderson, quien en otro momento de la plática dijo estar embarazada.
Así que cada vez que las vuelven a montar, incluso con nuevos bailarines, las piezas son depuradas e incorporan nuevos elementos. Los ensayos consisten en salir a ''jugar".
Otra característica de su trabajo es que el movimiento viene primero, luego se compone la música con la finalidad de que se ajuste al aspecto teatral que se pretende. A veces, sin embargo, echan mano de las composiciones de personajes como Astor Piazzola o David Byrne. El programa que Pilobolus ofrecerá en su primera visita a la ciudad de México comprende The Practical Zoo, Duet, Uno, dos, tray, Orangotango y Day Two, que implican la participación desde una pareja hasta todo el elenco.
Entrevistado aparte, Matt Kent explicó que los diferentes movimientos son seleccionados por su ''eficacia".
Anotó, sin embargo, que a veces los movimientos ''más poderosos" son los más sencillos como la mano que roza un cachete o un beso. En cuanto al nombre de la compañía, proviene de un hongo ''de unos centímetros" y que es muy sensible.
Kent indicó que dicho hongo cuenta con un ''ojo" que sigue al sol. También tiene la capacidad de lanzar sus esporas muy altas. Recordó que cuando el grupo fue instituido en los años setenta, lo que hacían no era considerada danza.
Para Kent, quien practica artes marciales y mediante éstas se involucró en el movimiento, ''la danza no es un fósil de museo, pues tiene que cambiar".
La compañía estadunidense también cuenta con el denominado Instituto Pilobolus que imparte talleres, y Pilobolus TOO que se dirige a públicos con poco acceso a la danza.