PARABOLA Ť Emilio Lomas M.
Aún es todo incierto
El proceso electoral que se avecina, la debilidad de los precios petroleros, la recurrente volatilidad de los mercados accionarios, una economía estadunidense pujante que significa incrementos de intereses, y la entrada en vigor del tratado comercial con la Unión Europea, conforman el escenario que deberá equilibrar el famoso blindaje financiero que, de acuerdo con el gobierno, garantizaría la transición sexenal sin mayores conflictos. Aunque pareciera que en el escenario mexicano del 2000 el único protagonista es el proceso electoral del 2 julio, previsto como el más competido en la historia del país, no hay que olvidar que persisten factores de riesgo nacionales y externos que podrían echar por la borda la obsesiva meta de exceptuar al gobierno zedillista de las crisis sexenales. En lo interno, baste recordar que hay que enfrentar las consecuencias graves del rescate bancario no sólo a nivel monetario (equivale al 21 por ciento del PIB de 1999, según la calificadora Standard and Poor's), sino productivo. El desempeño de la banca sigue siendo insuficiente para reactivar la inversión en el sector privado y público a fin de reactivar la productividad.
Por otro lado, el incremento de 10 por ciento a los salarios mínimos no parece significar nada contra el aumento en los productos y servicios ya anunciados por el gobierno, los cuales ya comenzaron a achicar los bolsillos de la gente. El caso de la tortilla es más que ilustrativo: primero baja el costo del maíz en detrimento de sector agropecuario, y luego se eleva el producto de consumo final, por las alzas en servicios.
Respecto a los tratados comerciales, además de la amenaza que hoy representa la competencia desigual para la producción nacional (hoy resulta que es menos costoso importar que producir), el esfuerzo por mantener la actual paridad peso-dólar a fin de controlar la inflación se perfila como una factor contra el sector manufacturero que deberá enfrentar una competencia mayor con productos foráneos, subsidiados por un tipo de cambio sobrevaluado. Así una depreciación del peso estaría latente para finales del año, lo que impediría alcanzar la meta gubernamental de una inflación del 10 por ciento. Así el panorama, el festejo por haber obtenido el blindaje financiero y haber alcanzado las metas macroeconómicas propuestas en déficit fiscal, inflación y paridad, augura una resaca inevitable por el descuido de sectores productivos y sociales.
Melée
El panorama económico es del todo incierto aún con blindaje, pues la corrupción al interior de las estructuras sigue siendo una de los mayores amenazas que el país enfrenta. Pasado el sainete de las pensiones tempranas, que donadas temporalmente o no, nadie ha justificado, hoy los funcionarios se han instalado en ''dimes y diretes'' sobre las declaraciones patrimoniales, y hasta el momento ninguno (ni ninguna) a hecho efectivos sus retos tirando la primera piedra al presentar su declaración sin condición ni protagonismo, sólo por el hecho de reconocer que ello debiera ser un requisito para todo aquel que se desempeña como servidor público... El gobierno federal parece haber encontrado la justificación para lavarse las manos en caso de que la transición se le salga del control, ahora resulta que los diputados que apoyaron las modificaciones al presupuesto cargarán con el muerto al fin del sexenio porque si bien ampliaron el techo presupuestario del Distrito Federal, parecen no haberse enterado del costo que está decisión implicará para los estados más pobres, los que ahora se verán más afectados, según señaló el jefe del Ejecutivo de gira en Zacatecas en lo que más que una advertencia pareció la preparación de un colchón por si acaso el blindaje no llegará a ser suficiente.