Ť Podría seguir cerrada o entrar la fuerza pública


Incierto futuro de la UNAM, tras el plebiscito: eméritos

Ť De la Fuente, a punto de derrotar al CGH: Cristina Gómez

Alma E. Muñoz Ť Después del plebiscito convocado por las autoridades de la UNAM hay el riesgo de que la máxima casa de estudios se mantenga cerrada hasta después de la jornada electoral de julio, o "peor aún", que entre la fuerza pública a rescatar las instalaciones, consideraron algunos profesores eméritos.

En un foro celebrado en el auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras, donde se analizaron los rumbos que sigue el conflicto en la UNAM, se lanzaron críticas hacia el Consejo General de Huelga por su rechazo hacia la propuesta institucional y su falta de visión para reconocer que Juan Ramón de la Fuente "hace política y con política está a punto de derrotar al movimiento", como dijo la académica Cristina Gómez.

La intervención de profesores eméritos marcó la pauta para conducir la posición de académicos y estudiantes de la Facultad de Filosofía en contra de la postura que mantienen los huelguistas, quienes, según las intervenciones, no toman en cuenta que la realización del congreso universitario es un triunfo de su movimiento, así como la suspensión del Reglamento General de Pagos y la renuncia de Francisco Barnés de Castro.

Adolfo Sánchez Vázquez, a través de un documento leído ante los asistentes, simpatizantes con la huelga o no, planteó el sentir de una gran parte de la comunidad: aceptar el plebiscito a que convoca la rectoría como base para la realización del evento que permita la reforma en la UNAM.

El plebiscito, para Sánchez Vázquez, "no puede servir contra su propia naturaleza para legitimar democráticamente el recurso de la fuerza. No creo en modo alguno que haya sido convocado con ese fin, sino justamente para lo contrario, para descartar la falsa solución impuesta por la fuerza. Por ello, no puede ser descalificado de antemano, como hace el CGH, atribuyéndole una intencionalidad perversa".

A nombre del Colegio de Profesores de la Facultad de Filosofía y Letras, el profesor emérito Alfredo López Austin sostuvo, a unos cuantos días de "la culminación de dos actos políticos que alterarán cuantitativa y cualitativamente las relaciones de fuerza entre los dos contendientes" en el conflicto universitario --los plebiscitos--, que es necesario cuestionarse qué viene después de la consulta de rectoría.

"No es sólo el desconcierto porque ignoremos los siguientes pasos que por separado, posiblemente hayan planeado en secreto los contendientes, sino porque podemos suponer que serán medidas de mucho peso y de considerable riesgo. El destino de la universidad está en juego y conjeturamos que el juego es demasiado azaroso".

Dicha inquietud, refirió, produjo el inusitado efecto de reunirnos hoy aquí, "más allá de la diferencia ideológica, de la pluralidad de proyectos de universidad que cada uno de nosotros se ha forjado, del grado de participación en el conflicto, de simpatías, alianzas y recelos".

A la unión de la comunidad apeló López Austin, al igual que Luis Villoro. "No ignoremos nuestras diferencias; no pretendamos ocultarlas pero aprendamos que desde la heterogeneidad, y tal vez gracias a ella, podemos construir realidades que sean verdaderamente útiles a la comunidad, a la institución y al país a los cuales nos debemos. La universidad tiene por esencia su carácter aglutinador de lo diverso".

Desde la UNAM, sostuvo, "pueden derrotarse la intolerancia, el fanatismo, la imposición hegemónica, la falacia del mesianismo, el paternalismo, la supuesta exclusividad en la posesión de la verdad única, todos estos vicios que propicia la reducción forzada a una sola ideología, un solo credo o un solo proyecto de país. Defendamos por tanto, nuestra particularidad, las posiciones personales a las que la razón y el sentimiento nos han conducido.

" Seamos más que tolerantes, conscientes de que nuestra solidez moral y científica sólo puede proceder del debate racional y respetuoso con quienes adoptan, con igual derecho, posiciones diferentes a las nuestras. Desechemos al menos por hoy, nuestros impulsos por convencer o derrotar al contrario con pirotecnias verbales".

Luego de que un estudiante nombrado El Oso criticó que Juan Villoro se pronunciara porque después del referéndum se recuperaran las instalaciones de la UNAM, el profesor emérito lamentó que sus palabras dieran pie a malas interpretaciones.

Tengo la oportunidad de aclarar el sentido de mi propuesta: "quiero hacerlo porque se refería a un punto que no ha sido tratado suficientemente, Ƒqué vamos a hacer después del plebiscito? Sólo queda una medida, que los resultados se lleven al CGH y sean la base de una negociación. Pero no seamos ingenuos, pensemos que esa solución no tiene lugar. Desgraciadamente hay un grupo del CGH que se empeña en mantener una posición de rechazo a los resultados del plebiscito y una continuación mayor de la huelga. ƑQué va a pasar entonces?, Ƒcuál debe de ser nuestra actitud?".

En ese momento, dijo, tal vez "habría una provocación obvia para que el conflicto se solucionara desde allá arriba, y se resolviera mediante estas dos vías posibles: que se mantuviera cerrada la universidad sin ninguna resolución hasta después de las elecciones, lo cual daría lugar a un desprestigio total en la universidad y a un deterioro enorme de nuestra institución, y segunda posibilidad, que entrara la fuerza pública y esto sería lo peor que nos pudiera pasar".

Para el segundo caso, mencionó, "huelguistas o no huelguistas, de derecha o izquierda, profesores, investigadores y alumnos, podríamos evitar que entrara la fuerza pública uniéndonos, para ser nosotros los que ocupáramos nuestra institución. La universidad no es de un puñado de huelguistas ni de las autoridades, la institución es de la comunidad universitaria".

Además, apeló a que los asistentes al foro consideraran que "la formación de una comunidad sería también la única posibilidad de que triunfemos en el próximo congreso.

Creo que hay una coincidencia entre nosotros, a pesar de las discrepancias muy grandes que pueda haber en otros detalles, todos queremos una universidad pública, una universidad que no se privatice, una universidad que dé oportunidad a todos los mexicanos por pobres y desamparados que estén, de seguir, de obtener un servicio; una universidad que sea académica y una universidad que sea una auténtica comunidad democrática y participativa".