Adelfo Regino Montes
Tesis equivocadas sobre el EZLN
Cuenta la tradición oral de nuestros pueblos que el mundo que vivimos está regido por la claridad del día y la oscuridad profunda de la noche. Que todo existe marcado bajo los signos de las ideas que sirven para construir, pero también aparecen marcadas por pensamientos que sirven para destruir. De modo tal que frente a la claridad del proyecto de reconstitución de los pueblos indígenas del país, empujado fuertemente por el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, tienen que darse aún las negras reacciones, que en muchos de los casos no hacen más que evidenciar la ignorancia, el dolor y la mala fe de quienes la emiten.
Con toda evidencia, este es el papel que asume el periodista Sergio Sarmiento en su escrito titulado Cirila, publicado recientemente en el diario Reforma. Actitud que no es nueva para muchos de nosotros, en virtud de que él se ha declarado en abierta oposición al régimen propio que tienen los municipios de Oaxaca para elegir a sus autoridades municipales. Ahora, usando las afirmaciones de Cirila Sánchez, indígena priísta del pueblo Chatino, Sarmiento realiza algunas de las siguientes críticas, que enseguida respondo:
1."Senadora subraya constantemente la necesidad de generar proyectos productivos... Esta posición se enfrenta con la del EZLN y la de otros grupos radicales que consideran los 'proyectos productivos' como 'economicistas'. No tiene caso, desde este punto de vista, tratar de mejorar el nivel de vida de los indígenas dentro del sistema político y económico actual: primero hay que destruir el sistema, hay que acabar con el neoliberalismo o hay que eliminar al PRI". La anterior afirmación no está basada en la realidad, y por lo tanto es totalmente falsa. Lo que los pueblos indígenas y el EZLN han planteado son demandas de carácter integral. Esto lo podemos apreciar con toda claridad en los acuerdos de San Andrés cuando se afirma "El Estado debe impulsar la base económica de los pueblos indígenas con estrategias específicas de desarrollo acordadas con ellos, que aprovechen sus potencialidades humanas... que coadyuven a generar empleo a través de procesos productivos... y que mejoren la dotación de servicios básicos de las comunidades y su entorno regional" (Pronunciamiento conjunto que el gobierno federal y el EZLN enviarán a las instancias de debate y decisión nacional). Lo que los pueblos indígenas y el EZLN hemos cuestionado claramente es la política asistencialista e integracionista que el gobierno mexicano está impulsando en las regiones indígenas. En este sentido, los programas de Procampo, Progresa, Alianza para el campo, entre otros, no son más que una "aspirina frente a una enfermedad que requiere de toda una operación profunda".
2.-"Cuando le pregunto a Cirila si piensa que el EZLN representa verdaderamente a los indígenas mexicanos, ella responde tajante: Definitivamente no, porque sí verdaderamente tuvieran esa representatividad estaríamos viendo otro momento en nuestro país.. el problema que estamos viviendo aún en Chiapas tiene otros intereses, no necesariamente los intereses de la comunidad indígena". Frente a esta aseveración dolosa, vale la pena recordar que el EZLN nunca se ha declarado como representante de los pueblos indígenas del país. Más bien, quienes tienen la costumbre de arrogarse la representatividad indígena nacional son los llamados consejos indígenas del PRI, y que normalmente salen a relucir en tiempos electorales. Lo que sí podemos afirmar con mucha humildad es que gracias al levantamiento armado del EZLN, los indígenas mexicanos fuimos visualizados en el escenario nacional e internacional. Gracias al levantamiento zapatista la sociedad volteó hacia nosotros, y desde entonces las demandas indígenas han sido parte de la preocupación nacional. Como nunca ninguna organización nacional lo hizo antes, el EZLN centró su interés en la dignificación integral de los indios. Y para eso convocó a las organizaciones más representativas de los pueblos indígenas y de la sociedad civil mexicana, a fin de que participaran con sus planteamientos en los diálogos de San Andrés. Los acuerdos de San Andrés sobre derechos indígenas son producto de esta amplia participación de la ciudadanía mexicana. Por eso, son totalmente falsas las afirmaciones de Sarmiento en el sentido de que "El propio gobierno de la República quiso negociar en San Andrés Larráinzar una nueva legislación de derechos indígenas solamente con una organización, el EZLN".
En fin, Sarmiento y Cirila faltan a la verdad. Cirila Sánchez sabe bien que la pobreza, la marginación y la exclusión que sufren nuestros pueblos no son producto de la coyuntura actual, sino constituyen problemas de carácter estructural con raíces profundas de hace más de 500 años. En este sentido, las soluciones deberán ser de carácter integral, y para ello se requiere de una profunda reforma del Estado mexicano en los términos acordados en San Andrés y en la propuesta de reformas constitucionales de la Cocopa.