Ť Su nombramiento como el mejor del 99, "un reconocimiento a mi trabajo"


Mi vida ha sido como un sueño: Erik Morales

Ť Espero asegurar el futuro de mi familia y no terminar loco, dice el campeón supergallo CMB

Carlos Hernández, enviado, Temoaya, Méx., 13 de enero Ť Erik Morales anda en los gimnasios de boxeo desde que tenía 6 años. Hijo de un mánager que fue peleador, el tijuanense se la pasaba más tiempo entre peras y costales que entre libros y juguetes. Y si en el estudio llegó a la preparatoria, en el pugilismo sus bonos van en ascenso: ocho defensas del título mundial supergallo del CMB, invicto en 35 combates, contrato de miles de dólares con el promotor Bob Arum y, en breve, otro más atractivo con la poderosa cadena televisiva HBO.

Más: se le considera el sucesor del ya legendario Julio César Chávez; expertos estadunidenses lo ubican entre los 10 mejores peleadores de la actualidad, ha sido tres años consecutivos el mejor púgil del país y este miércoles el Consejo Mundial de Boxeo lo nombró como su mejor campeón de 1999.

"Si me preguntas cómo ha sido mi vida te voy a responder: yo no esperaba tanto, me ha ido muy bien, mi vida ha sido perfecta, como en un sueño... pero precisamente eso me da mucho miedo, el que hasta ahora no haya ningún problema, prácticamente lo que he querido lo he conseguido", expresa El Terrible durante su concentración en el Centro Ceremonial Otomí.

--ƑTe marea el éxito?

--No, porque estoy consciente de que si dejo de trabajar me voy a ir para abajo. Me ha costado mucho trabajo llegar hasta aquí y no quiero perder todo lo que he ganado. Creo que a mí me ha ayudado que he visto peleadores desde que tenía seis años, y vi muchos cuyas carreras se fueron al hoyo, cuando pudieron ser campeones. No quiero que a mí me pase eso.

Erik habla con una serenidad mayor que sus 23 años. Su hija menor nació el 4 de enero y él sólo la pudo ver media hora, porque tenía que iniciar su preparación para el duelo unificatorio del peso supergallo ante Marco Antonio Barrera, monarca OMB, en el combate más atractivo que pueda presentarse actualmente entre los monarcas mexicanos. "Otros a lo mejor se hubieran quedado más tiempo, pero yo tengo que ser disciplinado".

Disciplina es, dice, su palabra favorita. Por eso no le perjudica estar concentrado mes y medio o dos meses en el CCO. "Lo más difícil es estar lejos de mis hijos (cuatro). Las fiestas y lo demás vendrán después, luego del 20 de febrero, cuando de una vez le tape la boca a Barrera. El problema en esta soledad del Otomí es no saber qué hacer con el tiempo libre", dice, y añade que estudia inglés, navega en Internet, juega billar y futbol, y diario se comunica a Tijuana para saber de su hija.

En cuanto al hecho de haber sido nombrado el mejor boxeador del año para el CMB, cuando en 1998 había sido calificado como "la sensación", expresa: "es sólo una motivación para seguir trabajando, es un gran orgullo y una satisfacción, porque están reconociendo mi trabajo. Nada más".

Molesto por el intercambio verbal que mediante la prensa ha sostenido con Barrera, el tijuanense dice que ya no hablará más. "Vamos a tener 12 rounds para decirnos muchas cosas. A él lo tengo bien analizado: es un boxeador chico para la división y siempre va para adelante sin mucha técnica. Una vez lo tiré durante un entrenamiento, y cuando lo conecte se va a caer y mejor que ya ni se levante. Lo único seguro es que voy a ganar", dice, y agrega que ni siquiera ha negociado su sueldo con Bob Arum, aunque aclara que no ganará el millón de dólares del que se ha hablado.

--ƑY qué esperas ahora del boxeo?

--Primero, noquear a Barrera. Luego, asegurar el futuro de mi familia y no recibir un golpe fuerte, para no quedar loco. Porque hasta ahora todo ha sido perfecto y quiero que siga así.