Ť Necesario, un sistema nacional de salud, dicen
Elogian médicos de EU baja de la tasa de mortalidad cubana
Ť Se redujo a 6.4 por mil niños nacidos vivos, destaca La Habana
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 12 de enero Ť El anuncio del gobierno cubano de que la tasa de mortalidad en la isla se ha reducido un punto, que resulta ser menor que la tasa nacional equivalente del país más rico del mundo, es "un éxito notable" que brinda una nueva evidencia sobre la necesidad de un sistema de salud comprensivo en Estados Unidos, señalaron varios profesionales médicos entrevistados por La Jornada esta semana.
El ministro de Salud de Cuba, Carlos Dotres, anunció recientemente que la tasa de mortalidad infantil en su país se redujo a 6.4 por mil nacidos vivos en 1999, una reducción importante del nivel de 11 muertes por mil nacidos hace una década.
"Es un logro muy notable" declaró el profesor Richard Garfield, especialista en salud en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Columbia en Nueva York.
"La mayoría de los países del mundo, en particular aquellos con el mismo nivel de desarrollo económico de Cuba, tienen tasas de mortalidad infantil de entre 20 y 60 muertes por mil nacidos", agregó.
Garfield, quien ha trabajado como asesor de la misión de la Organización de Naciones Unidas en Irak y es experto en el impacto de sanciones internacionales sobre la salud, también ha examinado el sistema de salud cubano.
Señaló que aunque el embargo niega el acceso a muchas medicinas para el pueblo cubano, el gobierno ha logrado usar programas de alimentación, como la leche gratis en las escuelas, para abatir la tasa de mortalidad infantil.
Pero Garfield subrayó que el sistema de salud de Cuba ha sufrido bastante bajo las sanciones internacionales, lo que se manifiesta, entre otras cosas, en el bajo peso de los recién nacidos.
No obstante, Garfield dijo que la comparación con Estados Unidos es impactante. Un vocero del Centro Nacional de Estadísticas de Salud del gobierno estadunidense informó esta semana a La Jornada que la tasa de mortalidad infantil a nivel nacional en Estados Unidos es de 7.2 muertes por mil nacidos vivos.
Garfield agregó que la tasa de mortalidad estadunidense oscila dramáticamente en torno a la raza de la madre y el nivel de pobreza de diversas regiones del país.
Por ejemplo, señaló que las últimas cifras indican que la tasa de mortalidad en Harlem, en la ciudad de Nueva York, es de 27.8 muertes por mil nacidos vivos, en tanto que el Centro Nacional de Salud reporta que la tasa de mortalidad en la capital nacional es de 13.6.
La raza es un factor fundamental al explicar las tasas de mortalidad estadunidenses, afirmó Martha Teitelbaum, investigadora del Fondo de Defensa de los Niños, la principal organización no gubernamental del país dedicada a los derechos de los niños.
"Nuestra tasa entre negros está a un nivel compartido con la mayoría de los países del Tercer Mundo, y nuestra tasa nacional general es la más baja entre los países industrializados. Nuestra tasa entre blancos está bastante bien", comentó.
Aunque Teitelbaum dijo que no sabía mucho de las estadísticas cubanas, explicó a este diario que tal vez el factor individual más fundamental al explicar las diferencias entre las tasas cubanas y las estadunidenses es la existencia de un sistema de salud nacional gratuito.
"Creo que un sistema universal de salud marca la diferencia", dijo.
Países relativamente pobres como Cuba pueden bajar las tasas de mortalidad infantil mediante un sistema de salud nacional.
Teitelbaum informó que un condado en Florida con un alto índice de pobreza y desempleo, logró hace años bajar de forma sustancial su tasa local de mortalidad infantil al establecer clínicas gratuitas de salud pública para todos sus residentes.
"Lograron reducir el nivel sólo al ofrecer mejor cuidado de la salud", indicó, y agregó que este tipo de experiencias comprueban aún más la necesidad de un sistema de salud nacional con acceso universal en Estados Unidos.
"Estamos instando a favor de la cobertura de salud para todos los niños, para todas las madres, para todos", concluyó.
Tal vez el gobierno cubano podría asesorar al estadunidense sobre cómo reducir su tasa de mortalidad, y mejorar la salud de este pueblo del país considerado el más desarrollado del mundo.