Ť Confirmó ante el Parlamento su intención de liberar al senador vitalicio


Niega Jack Straw que su decisión sea de orden político

Reuters, Dpa, Afp y Ap, Londres, 12 de enero Ť El ministro británico del Interior, Jack Straw, confirmó hoy ante el Parlamento de su país que Augusto Pinochet está demasiado enfermo para soportar un juicio en España, y negó que su intención de liberarlo se haya basado en consideraciones de orden político.

Ante las críticas de los laboristas, Straw aseguró que se mantendrá "abierto" sobre el caso y que sólo tomará una decisión final sobre la extradición a España o su regreso a Chile después de que haya escuchado a todas las partes, conforme a su plazo de siete días que dio durante la víspera para que le presenten los argumentos requeridos.

En paralelo, el gobierno del primer ministro británico, el laborista Tony Blair, emitió un reporte en el que aclaró que fue "informado" pero no está implicado en la recomendación de Straw, quien está en favor de la liberación del ex dictador chileno por razones médicas.

Un vocero del gobierno de Blair justificó por imperativos legales la negativa del ministro de divulgar el informe médico hecho al ex militar chileno por un equipo considerado independiente, e indicó que esto no podía hacerse sin un acuerdo con los abogados del acusado.

En tanto que algunos sectores del exilio y de organismos de derechos humanos reclamaban ver los exámenes médicos que justificarían la imposibilidad de Pinochet de enfrentar un juicio, en Madrid se informó que el juez Baltasar Garzón --que instruye el caso Pinochet en España-- dio 24 horas a las partes para que le envíen sus observaciones para presentar a su vez sus alegatos ante Londres.

Los reportes indican que Garzón recibió de la cancillería española el informe de Straw sobre su intención de interrumpir el proceso de extradición, y pese a esto se considera "satisfecho de haber hecho lo que tenía que hacer".

No obstante, dijo, siempre barajó la posibilidad de que Gran Bretaña finalmente optara por liberarlo.

Fuentes cercanas al magistrado dijeron a la radio española Cadena Ser que él considera como un "éxito" el hecho de que la extradición haya sido aceptada por la justicia británica, incluso si ésta jamás se llevaba a cabo por razones médicas como las que ahora se alegan.

Garzón habría dicho que sólo el tiempo dirá si la decisión británica fue correcta.

"Habrá que darle la razón al ministro Straw" si Pinochet muere o su estado de salud empeora, pero el error sería flagrante si el ex dictador sana en cuando haya llegado a Chile", comentó el juez de 44 años, a decir de las fuentes.

El ministro español de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, subrayó que "después de tanto debate a favor o en contra de la extradición, no sería la situación más normal recurrir", y luego dijo que en este tipo de casos debería actuarse con reglas claras de un tribunal penal internacional para evitar polémicas estériles y repercusiones en las relaciones bilaterales entre países.

El fiscal general del Estado español, Jesús Cardenal, estimó por su parte que la posible liberación de Pinochet permitirá a los chilenos y a las víctimas de la dictadura "satisfacer su aspiración" de juzgar al ex general en su propio país.

Amnistía Internacional señaló que la decisión de Straw ha sido poco transparente y se declaró decepcionada. No obstante, dijo que la posible liberación del acusado no significará que el caso será sobreseído, pues confió en que esto no afectará las muchas acusaciones que pesan en su contra.

Human Rights Watch resaltó el precedente que se ha sentado con el caso Pinochet para acelerar el fin de la impunidad, y la Liga de los Derechos Humanos belga afirmó que la demanda de extradición de Bruselas sigue vigente.