Ť Damos espectáculo igual que los hombres, dice


El boxeo femenil en México está progresando: Ana María Torres

Carlos Hernández Ť Si al principio las mujeres eran vistas con recelo en un gimnasio de boxeo, ahora son ellas las que crean el ambiente. Por lo menos en el Salvador Lutteroth, ubicado en plena calzada de Tlalpan, las damas ya son mayoría y son ellas las que dominan, hacen bromas y se desenvuelven como si nada en un medio que antes estaba reservado exclusivamente a los varones.

"Estar sola ante muchos hombres no significa nada", expresa Ana María Torres, quien ganó el título de Mejor Boxeadora de 1999, el primer nombramiento de este tipo que entrega la Comisión de Box Profesional del Distrito Federal (CBPDF), ya que el pasado fue el primer año en permitirse el llamado boxeo rosa.

*ana-maria-torres-box-3 Ana es una de las 12 boxeadoras que entrenan al mediodía, quienes le dan al inmueble Lutteroth una imagen más de gimnasio de aerobics que de boxeo. Hace dos años, cuando empezó a practicar esta disciplina, era la única mujer del D'Vick, ubicado en ciudad Neza.

"Entrenar sola o con varias es algo que nunca me importó, aunque ahora sí me da gusto que haya más mujeres, porque eso significa que el boxeo femenil está progresando", expresa, y dice que eso se está viendo en su propia familia, donde al principio no le apoyaron en su decisión de intercambiar golpes arriba de un cuadrilátero, pero ahora sus hermanas Socorro (15 años) y Silvia (9), además de su prima Guadalupe Herrera, siguen su ejemplo en el pugilismo.

Asimismo, dice, es más el público que asiste a las arenas Coliseo y México cuando se presentan batallas femeniles. "Por eso deberían pagarnos un poco más", expresa, e indica que ganan igual que los peleadores novatos de 4 rounds, mil 400 por pelea. Espera que, por lo menos, les suban a mil 600, lo que gana un púgil de 6 asaltos.

En cuanto a su nombramiento, Ana María dice estar "muy emocionada", ya que es un premio a sus 2 años de boxeadora, en una carrera de siete peleas amateurs y cuatro profesionales, éstas con tres triunfos y un empate. Ante los buenos resultados que ha obtenido, dejó su trabajo en una mercería y sus estudios en el primer año de preparatoria y ahora se dedica totalmente al deporte.

"Pero lo que he ganado no me permite mantenerme y necesito el apoyo de mis padres", admite y por eso sueña ahora en conseguir un título nacional, lo que es difícil porque no existen clasificaciones, y luego en ir a pelear al extranjero y en buscar un campeonato mundial, con lo que espera obtener más reconocimiento y, por supuesto, dinero.

"Porque el boxeo es un trabajo como cualquier otro y si al principio tuvimos problemas, este año ya demostramos que podemos dar un espectáculo similar al de los hombres", dice la peleadora, quien el próximo día 25 cumplirá 20 años, y espera que las mujeres de las bandas de su colonia, Ampliación Vicente Villada, se dediquen mejor al deporte y, de preferencia, al boxeo.