Ť Sale en defensa del obispo Raúl Vera


Rechaza el Episcopado las observaciones de Gobernación

Ť Llama a los religiosos a ser cuidadosos en sus declaraciones

Claudia Herrera Beltrán Ť El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Abelardo Alvarado, salió ayer en defensa del obispo de Saltillo, Raúl Vera, al señalar que las declaraciones que motivaron el llamado de atención por parte de la Secretaría de Gobernación no pueden interpretarse como proselitistas, pues se trata de expresiones que ni son novedosas ni irresponsables.

"Decir que los partidos políticos están influyendo en el proceso de paz (en Chiapas) es obvio", señaló el jerarca católico en torno a lo dicho por Vera, en el sentido de que la solución al conflicto en la entidad implica la caída del poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

No obstante, admitió que ante la proximidad de las elecciones del 2 de julio, los jerarcas católicos y los sacerdotes deben ser cuidadosos de sus hechos y sus declaraciones, porque pueden prestarse a confusión y división.

Luego de una reunión con reporteros en la sede de la CEM, el también obispo auxiliar de la ciudad de México, dijo que la posición de Vera ųrecientemente removido de la diócesis de San Cristóbal de las Casasų es muy respetable y proviene de un obispo que conoce muy bien la situación de Chiapas.

Poco días antes de ser trasladado a la diócesis de Saltillo, el obispo declaró al periódico francés LƀHumanité Hebdó que "mientras el PRI siga en el poder, una mediación nacional no tiene perspectivas" para poner fin al conflicto con el EZLN.

Alvarado dijo que no iba a juzgar ni a opinar lo dicho por el prelado, pero consideró que está en su derecho de referirse a la situación chiapaneca. "Hablar sobre el problema de la paz en Chiapas tiene implicaciones políticas muy serias, porque los responsables del proceso de paz son todos los actores políticos y sociales y, obviamente, que uno de los actores es el gobierno y los partidos".

Decir eso, añadió, no es hacer proselitismo en contra o a favor de ningún partido político ni intervenir en política, sino analizar la situación que se da en determinado lugar. Además que Vera "conoce muy bien la situación de Chiapas y sabe todo lo que sucede allá", insistió.

Al siguiente día que la Secretaría de Gobernación reconviniera al obispo, porque su declaración "puede ser interpretada como una expresión de proselitismo en contra de un partido", Alvarado aceptó que es una buena ocasión para recordarle a los ministros que deben tener cuidado en sus declaraciones.

Señaló que para evitar confusiones los jerarcas católicas van a hacer un llamado a los sacerdotes y religiosos para que cuiden con especial detalle todo lo que hagan y lo que digan en relación con el momento que vive México en época electoral.

Explicó que de esa forma, el sector eclesiástico cumple con sus deberes cívicos y contribuye al bien de Méxicoñ sin embargo, defendió el derecho que tiene la Iglesia católica de orientar al pueblo porque ųconsideróų es su deber guiarlo desde la fe y desde la visión de pastores.

En ese sentido, enunció los temas que sí pueden abordar los religiosos: de la importancia que tiene el ejercicio del voto y la transición democrática que vive el país; de los criterios morales y éticos que un ciudadano debe considerar al elegir al candidato de su preferencia, y de la relevancia que tiene conocer las propuestas de los políticos.

Pero, insistió, enfático: "La Iglesia no busca sacar provecho de determinado candidato; eso sería como decir que la Iglesia sólo pensara en su propio interés y en su conveniencia de un candidato que la beneficie".

La Iglesia católica además, explicó, tiene algo que decir y es una voz reconocida por el pueblo, pues cuenta con la riqueza de la sabiduría y con signos de compromiso con el pueblo.

No magnificar las críticas del diputado en contra del clero

Por otra parte, calificó como un incidente menor las ofensas que el diputado priísta en el Congreso local de Yucatán, Gaspar Xiu Cachón, profirió en contra de los sacerdotes, a quienes llamó homosexuales. "Es un desahogo personal", expresó.

El jerarca de la Conferencia del Episcopado Mexicano señaló que no valía la pena magnificar este incidente, que se suscitó en días pasados en la capital yucateca, durante una discusión sobre el asesinato del ex gobernador Felipe Carrillo Puerto, y que derivó en las aseveraciones del legislador, en el sentido de que los sacerdotes son "homosexuales y degenerados", y que luego fueron respaldadas por la presidenta de la Gran Comisión del Congreso, Myrna Hoyos.