Ť Casa Alianza atiende a menores seropositivas


La mayoría de niñas de la calle con sida sufrieron abuso sexual

Ť Embarazada e infectada, una de las víctimas de violación

Sandra Palacios Zarco Ť Lo último que recuerda María Luisa son las amenazas de dos policías que desgarraban su ropa. "Más vale que no grites ni digas nada, porque si no, te va ir muy mal", le ordenaban a gritos los agentes, quienes minutos antes la habían subido a su patrulla cuando caminaba sola y de noche en calles del sur de la ciudad.

ųMe metieron a la patrulla dizque por vagancia, pero no estaba haciendo nada malo; lo que pasa es que cuando inhalo activo me da por andar sola para no meterme en broncas con mis compañeros de la calle ųcuenta María Luisa, quien después de aquella violación, cuando tenía sólo 12 años, quedó embarazada e infectada por el virus de inmunodeficiencia humana, VIH-sida; no obstante, ese producto no pudo nacer porque la menor sufrió un aborto.

Los siguientes días a la fecha en que se enteró de que tenía el virus fueron los más difíciles de su vida, pues entró en depresión. "Me volví agresiva con los cuates y empecé a envolverme más en las drogas, nada me importaba porque pensaba que en cualquier momento iba a morir y seguí en la calle, con la banda, el relajo y así anduve mucho tiempo".

El coraje que tenía con la vida se le calmó cuando conoció a un joven, también de la calle, de quien se enamoró y tuvo un hijo; pero volvió a deprimirse cuando aquél la abandonó, precisamente tras el nacimiento del pequeño.

Y regresó a las drogas. Años más tarde, los gritos, el forcejeo y las caricias no deseadas se repitieron, pero en esta ocasión el escenario fue sobre avenida Reforma, frente al Metro Garibaldi.

"Estaba sentada y sólo me acuerdo que un hombre grande y de chamarra blanca me jaló, me insultó y nuevamente un cuerpo extraño sobre el mío. Cuando esa persona se fue, me dijo que acostumbraba abusar de las niñas de la calle, y pensé: ƑCómo le dices a alguien que te violó que estás infectada de sida? Ojalá no contagie a nadie."

De esa última violación, María Luisa quedó embarazada de nuevo; sólo faltan dos meses para que nazca su bebé. Decidió abandonar la calle y refugiarse en Casa Alianza porque tras la última agresión sufrió mucho y quiso empezar otra vida.

Actualmente, María Luisa tiene 20 años; lleva ocho con el VIH. "En Casa Alianza van a empezar a darme el tratamiento por la enfermedad que tengo y aquí me quedaré hasta que esté lo suficientemente rehabilitada para trabajar y ofrecer un patrimonio a mi hijo porque no quiero que sufra".

Casos como el de María Luisa se presentan con frecuencia en la calle. Trabajadoras sociales de Casa Alianza aseguran que la mayor parte de las niñas que viven en la calle con ese mal fueron objeto de abusos sexuales, y debido a que muchas no saben que tienen sida, infectan a otras personas.

En tanto, Onésimo Hernández Cruz, director de las etapas residenciales de Casa Alianza, asegura que las relaciones de las autoridades capitalinas con los niños de la calle han mejorado; no obstante, asegura, los cuerpos de seguridad siguen agrediendo a ese sector de la población.