CIUDAD PERDIDA Ť Miguel Angel Veláquez
Ť El asesinato de Abraham Polo
Ť Limpieza en el PRD desde adentro
El magistrado Abraham Polo Uscanga escarbó entre los hechos y los dichos con respecto de la Ruta 100 y decidió, al fin, cambiar su decisión acerca del futuro inmediato de la camionera.
Las presiones tanto del gobierno de Oscar Espinosa Villarreal, regente de la ciudad, como de Saturnino Agüero, presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, no sirvieron para que el magistrado cambiara su juicio, fueron los hechos y así lo anunció a un grupo de camioneros.
Después fue asesinado. Durante más de cuatro años el crimen quedó impune. Se dijo de todo, incluso se habló desde la propia Procuraduría de Justicia del Distrito Federal de un suicidio auxiliado, pero el caso quedó abierto.
Samuel del Villar decidió desempolvar el caso y Margarita Guerra, una amiga entrañable de Polo Uscanga, se dio a la tarea de desentrañarlo.
La hoy magistrada había comentado en cículos cercanos que no renunciaría a la PGJDF si no tenía resuelto el caso, y así lo cumplió. A principios de diciembre del año pasado la investigación había concluido y se giraron las primeras órdenes de aprehensión.
Pero aquel DF de 1995 no se parece al actual. La organizaciones sociales no son las mismas, los líderes no son los mismos ni el gobierno pertenece al partido que dominó en la capital por décadas.
Para resover el caso, la justicia priísta fabricó una lista interminable de "líneas de investigación" como si deliberadamente se tratara de confundir para proteger, es decir, desintegrar, desconectar los hechos para hacer imposible la conclusión del caso y, de esa manera, dejar impune al criminal.
Una vez más, en apariencia, la justicia se hallaba comprometida con el juego político. Ruta 100 desaparecería y sus líderes, encarcelados en aquel momento, quedarían en libertad.
Pero hoy resolver el asesinato fue como darle un golpe al avispero. Ruta100 dejó de existir y el Frente Popular Francisco Villa, parte de la organización de los camioneros, se dividió. Uno de sus segmentos, el más allegado al PRD, resultó el más afectado, Alejandro López es parte de ese grupo.
Pero no sólo allí, entre los universitarios en paro también hay nerviosismo pues aún faltan órdenes por cumplir y parte del FPFV está involucrado en el movimiento estudiantil.
En muchos ámbitos del PRD se ha cuestionado la actuación de la PGJDF. Se ha recordado, por ejemplo, cómo fueron los villistas quienes llenaron la parte superior del Foro Sol el pasado 18 de diciembre en un acto a favor de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República.
Y como eso, se ha hecho mención de algunas otras acciones que dentro del supuesto juego de las fidelidades políticas deberían obligar a unos y a otros a "pasar por alto" el ejercicio de la justicia.
Pero ni el PRD en su calidad de partido, y menos aún Cárdenas, se han planteado obstaculizar el accionar de la ley y en eso radica la gran diferencia entre el gobierno durante el cual sucedieron los hechos y el que ahora ejerce la justicia aún dentro de casa.
De nada serviría a la gente haber sufragado a favor de un partido diferente al PRI si las cosas más importantes como ésta permanecen dentro de la línea de la impunidad.
Hacer justicia a favor y en contra de quien sea, pero ejercerla, es una de las demandas más sentidas de la población de la capital. Sí, es verdad, la PGJDF habrá de sufrir reclamos, presiones, insultos, pero tendrá que cumplir con la ley.
Por eso los abogados del acusado por el crimen en contra de Polo Uscanga tratarán de probar con cuando menos tres testigos que Alejandro López Villanueva no estuvo en el despacho del MPI la noche del 19 de junio; sin embargo, en sus primeras declaraciones el presunto asesino del magistrado confirmó su presencia en la reunión citada por Ricardo Barco desde su lugar de reclusión.
Ahora que si se quiere ver desde el cristal político, la actuación de la PGJDF podrá llevar más votos a las urnas a favor del PRD que todos los Panchos juntos, pero hoy, aunque no se entienda, aunque no se acostumbre y vaya más allá de los acuerdos y las fidelidades políticas, se hará justicia. Que así sea.
La UNAM
En una mesa de café, el tema del conflicto universitario saltó al debate. Se dijeron muchas cosas, hubo opiniones encontradas y hasta enconadas, pero todos, los cinco o seis de la discusión, al hablar del rector actual, simpre lo llamaron Barnés.
Será que las cosas no han cambiado, será que se camina con el mismo rumbo, será que De la Fuente es Barnes, o sería un simple lapsus.