La Jornada lunes 3 de enero de 19100

CIUDAD PERDIDA Ť Miguel Angel Velázquez

Ť Una entrevista inesperada
Ť Vivas a un cansado tiempo nuevo

Y después de la euforia, entre sonrisas y llantos, y los buenos propósitos que nunca se cumplen (ahora sí dejo de fumar, ahora sí bajo de peso, ahora sí dejo el trago), encontré una buena entrevista. Les relato cómo va:

--Y tú, Ƒqué haces aquí? --le pregunté sin dar crédito a mis ojos. Se le veía tan cansado, con tantos males heredados que la pregunta de pronto me pareció un ataque a mansalva, alevoso, pero ya la había soltado y... ni modo.

Volvió los ojos hacia mí como queriendo obtener algo de comprensión y, sin embargo, era una mirada dura, fría, sin presagios.

--Ni tú ni nadie tienen el derecho a reclamar nada. Ya sé qué quieres decirme, pero te advierto: no tienes derecho, aún no. Y, Ƒsabes qué? Cuando sea el tiempo del reclamo ya no lo podrás hacer, así que trata de no molestar con preguntas sin sentido.

El tono fue rasposo, pero por eso más atractivo, retador.

--ƑEntonces?, si no eres destino ni camino, Ƒqué jijos eres?

--Soy lo que ustedes querían: que mayor atención a mi favor, que mayor cobertura periodística, que mayor júbilo por mi advenimiento. ƑEso te parece nada? En política se llama esperanza y eso, eso es triunfo. Todos lo saben. Hay veces que no se tiene que hacer nada para llegar, simplemente llegas y ya.

--Y luego pasa como con todos o casi todos. Llegan, se apoderan de todo, prometen y, sí, esperanzan, pero se derrumban a la mera hora. Han abusado del tiempo y eso no se vale.

--Ese tiempo ya no cuenta. Soy nuevo, nuevecito. Es una lástima que no se quiera entender, pero no hay precedente. Allí están los datos, las controversias a mi favor. El tiempo es olvido, ya se ha dicho, y ni quién se acuerde de lo anterior. Ahora es pura vida, regocijo. Todo es nuevo.

--Eso no quita ni tantito las herencias. Aunque tuvieras buena voluntad, aunque quisieras, Ƒqué vas a hacer con los mañosos de siempre, con los ladrones, con los sucios?; es decir, con tu gente. A ver, Ƒqué vas a hacer?

--A mí no me reclames. Ustedes hicieron lo que está hecho. Muchas veces pudieron cambiar los rumbos, pero no quisieron, se aferraron a lo corrupto, a lo sucio, y van a repetir. Esa no es mi culpa, yo soy nuevo. ƑQué no has visto los comerciales? Por todos lados se dijo, se habló, se repitió hasta el cansancio. Yo soy nuevo.

--Nuevo, Ƒpor qué? Porque así te anuncias. No hay quién crea en eso. Después de la borrachera de tu nacimiento vamos a lamentar tenerte aquí. Creo que lo mejor era cumplir la profecía. Todos pronosticaron, en su momento, la gran debacle, y tal vez hubiera sido mejor.

--Te vuelves a equivocar. Nadie quería la destrucción total. Ni los honestos ni los corruptos. Entiende que, a fin de cuentas, soy el alucine, por eso soy nuevo, por eso acabo de nacer.

--Eso se llama cinismo. Así que aceptas no ser verdad ni realidad. Engaño, otro engaño, más de lo mismo.

--Dilo como quieras, pero vas a oír mi nombre, lo vas a escribir y lo vas a decir por el resto de tus días. Eso sí te lo puedo asegurar. Me voy a quedar un buen rato.

--Y entonces, Ƒcuál es el futuro?

--Bueno, mira, de eso no te puedo hablar mucho. Hay tiempo, las cosas se irán transformando sin cambios bruscos, y terminaré sin sobresaltos, como ahora...

--Otra vez con el engaño y nada más.

--Te repito, nacer es brillar e irse opacando. Así aparece la cosa en el comercial. Este nacimiento aún no llega a sus mejores momentos.

--Es decir, Ƒhabrá más raterías, más delincuencia, más impunidad?

--Más refinamiento. Las cosas se harán mejor. Sin huellas que culpen a nadie. Para eso la tecnología será aliada.

--Cómplice, querrás decir.

No quería escuchar más. Tenía ganas de seguir preguntando, pero tuve miedo a las respuestas.

El tipo ni se movía para responder. Una sonrisa de vez en vez, siempre que la pregunta le parecía ingenua, pero ya no había como pararlo.

--Ya me han dicho que la inseguridad, la pobreza, son las asignaturas pendientes, las que no pudieron resolverse con mis antecesores, pero tampoco conmigo. Esto va a ser para unos cuantos. Para eso tendré la suficiente flexibilidad. Yo tendré definiciones muy claras. No se va a permitir que nadie pase por encima de la ley, pero la ley será sólo para los letrados, para quienes la entiendan. Los otros sólo la van a sentir. En esto no habrá cambios.

--šYa! --grité y lo dejé hablando solo.

Para esos momentos estaba rodeado de una muchedumbre que le aplaudía y le decía los mejores augurios al decir su nombre. šViva el 2000! šViva el 2000!, que apenas acababa de nacer.