Ť Muchos huevos, mucha harina y miles de manos, en la Rosca del 2000


Robles sacó premio en el colofón de los festejos

Ricardo Olayo Ť El punto final a las llamadas fiestas del milenio lo puso la multitud que acudió al acto la Rosca del 2000, efectuado en calles del Centro Histórico.

Ahí se distribuyeron 300 mil porciones de pan y leche, en un acto encabezado por la jefa de Gobierno del DF, Rosario Robles, quien recibió peticiones de los asistentes para mejorar el monto de las jubilaciones, implantar la pena de muerte, abaratar el precio de los productos básicos, acabar con la corrupción, quitar al PRI del gobierno federal y, de paso, le solicitaron autógrafos y tomarse fotos con ellos.

Como si se tratara de una lista anticipada de buenos deseos por la llegada de los Reyes Magos, Robles Berlanga recogió las solicitudes y en algunos casos precisó que no estaba en su ámbito de competencia dar respuesta, "porque sólo tenemos un pedacito del país", el Distrito Federal.

Pero no perdió oportunidad para instar a los ciudadanos a luchar por lo que creen, y les dijo que todo cambiará cuando el 2 de julio Cuauhtémoc Cárdenas gane las elecciones presidenciales.

Con las mujeres, las más activas en el acto, bromeó e intercambió frases y abrazos.

Una señora que la esperaba le mencionó lo bajo de los salarios, y la funcionaria, además de coincidir con su punto de vista, le preguntó si recordaba aquella consigna de algunas marchas: "Salario mínimo al presidente, paƀque vea lo que se siente"; ambas sonrieron.

La jefa de gobierno estuvo en su elemento: la gente. Y a pesar de que no faltaron esporádicos gritos en contra, como el de dos jóvenes del grupo de voluntarias encargadas de repartir la rosca, todo acabó en orden.

Estrechó miles de manos y dio abrazos a quien se lo pedía por el inicio del año. Le solicitaron apoyar a los menores, a los ancianos, citas para exponer problemas, su intervención en el caso de pérdida de la patriapotestad, autógrafos en libros, y también hubo felicitaciones, "porque están trabajando muy bien, y Dios quiera que no se vayan".

Ella les regresaba a los asistentes: "La responsabilidad es de todos, y es importante su participación y que disfruten de las actividades de la ciudad".

Robles Berlanga estuvo acompañada por el presidente de la industria panificadora del país, Antonio Novoa, quien repasaba en cada entrevista la lista de ingredientes de la rosca: muchos huevos, mucha harina, azúcar, frutas secas y miles de manos que trabajaron desde la madrugada.

Acudieron, además, representantes de Alpura, pues ambas empresas donaron la rosca y la leche que se distribuyeron.

El mismo personal que acompañó a Robles Berlanga en el recorrido coincidió que el acto fue más tranquilo que el año pasado, cuando Cárdenas partió la rosca.

Esta vez hubo menos gente y mejor organización, según explicaron, además se distribuyeron 300 mil porciones, un número superior al de 1999.

La rosca midió más de 2 mil metros de largo y se colocó sobre la avenida 20 de Noviembre y una pequeña porción de la plancha de la Plaza de la Constitución.

En punto de las 13:30 Rosario Robles partió la rosca y le tocó muñequito, por lo que se comprometió que al igual que el pasado 2 de febrero en cada delegación habrá una fiesta, con tamales y atole.

El objetivo del acto, explicó, es la convivencia y dejar un mensaje de paz.

La gente que estuvo en las largas filas esperando la rosca le pidió que siguiera luchando contra la corrupción.

"Sígale echándole ganas", "Adelante, en su línea, preciosa", "Usted sí tiene pantalones", le decían, aunque hubo algún silbido de inconformidad porque todavía no les daban su pedazo de rosca y su leche.

En los edificios de Gobierno del DF se desplegaron ayer mantas con el deseo de trabajo y honestidad en las tareas de los funcionarios, y un nuevo lema: "Tu corazón está a la izquierda. Feliz año 2000".