Ť Priístas de esa comunidad huyen a Altamirano; temen ''ataque zapatista''
En Ejido Morelia, el ánimo no está para fiestas
Ť Constantes, los sobrevuelos de naves militares en la zona, a unos días del aniversario del levantamiento
Hermann Bellinghausen, Ejido Morelia, Chis., 30 de diciembre Ť En vísperas del sexto aniversario del alzamiento del EZLN, aquí la quietud es excesiva. Serán rumores o lo que sea, el hecho es que nadie anda en plan de celebrar. Los priístas de la comunidad anunciaron que se marchan a la cabecera de Altamirano, para no estar aquí en Año Nuevo. Temen un ataque del EZLN, ''o más posible, del Ejército federal''.
''No se han ido la mayoría, pero a saber'', dice Simón, vocero del municipio autónomo 17 de Noviembre. ''Están empacando maíz y leña, no como para vender, sino para ellos''.
En los últimos tres días, los sobrevuelos de helicópteros y aviones militares sobre la comunidad han sido constantes, y rasantes.
En el Aguascalientes, semivacío luego de que lo abandonan varias decenas de niños y niñas que vienen aquí a la escuela, Simón dice: ''Sabemos que en los otros Aguascalientes van a celebrar el 1o. de enero, pero aquí no''.
Las bases de apoyo del EZLN en esta comunidad no sienten que haya condiciones. ''Sabemos que son rumores, pero se los andan diciendo a los priístas para espantarlos'', agrega el vocero zapatista.
Relata que los campesinos de un poblado, montaña adentro, en la sierra de Corralchén, ''que son priístas'', vinieron a avisar que los soldados dicen ''que van a llegar por el aire, pero en aviones que no necesitan aterrizar, que se van a tirar en paracaídas''.
El efecto de los rumores es evidente. La mayor parte de las puertas en el centro de Morelia se encuentran cerradas. Los hombres andan recogiendo el café que estaba puesto a secar. Se ve gente a pie cargando costales de mazorcas (no de grano) y hatos de leña, con dirección a Altamirano. Gente que lleva bolsas de ropa. No mucha. Como señala Simón, las familias priístas en su mayoría no se han ido, sólo algunas. Pero todas parecen listas.
La tensión de Morelia se transforma en nerviosismo en la vecina ciudad de Altamirano. Un cordón de Seguridad Pública y un agrupamiento de la Policía Judicial del estado custodian, como quien no quiere la cosa, el palacio municipal. A la entrada del poblado, frente al Hospital del IMSS, el Ejército federal, en aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, controla el acceso.
ƑSerá que aquí no se enteraron que el procurador Montoya Liévano se desdijo de sus predicciones para fin de año, luego de que lo desmintieron todos sus jefes? Las ''fuerzas vivas'' de Altamirano, o sea, los dueños, también están atentos, impenetrables, hostiles.
La ingeniería del desasosiego
"Un señor priísta de la comunidad me dijo que ya sabe que los zapatistas no quieren la guerra, pero que el gobierno sí'', refiere Simón.
Luego describe el comportamiento extraño de un grupo de priístas, de los más beligerantes contra el municipio autónomo. ''Todas las noches salen de sus casas, pasan aquí por el camino y se meten al monte. Regresan a la mañana. Nosotros pensamos que van a entrenarse, que son paramilitares. Tienen tiempo así, unos seis meses''.
Como se sabe, la inversión social del gobierno alborista ha sido intensa en este ejido tzeltal, símbolo importante del zapatismo. Esto ha significado una desigualdad evidente, grosera, en los niveles de vida de quienes reciben ayuda y proyectos productivos, y quienes se mantienen en la resistencia.
Paralelamente, se ha hecho un amplio trabajo de delación, o al menos de eso presumen los agentes del gobierno que visitan continuamente la comunidad para supervisar las obras.
Los zapatistas han denunciado repetidamente la presencia del MIRA, grupo armado promovido por el PRI en las cañadas de Ocosingo. Juan Villafuerte, ex diputado y actual responsable regional de la Secretaría de Gobierno, a quien se asocia con la paramilitarización en Taniperlas, Trinidad y otras partes de las cañadas, ha sido el responsable de la inversión social en Morelia.
A la entrada de la comunidad hay pintas, que se repiten en Altamirano, que dicen ''fuera Juan Villafuerte'', con trazo apresurado.
Recientemente, según Simón, el funcionario estuvo en San Miguel, cerca de aquí, por el asunto de la clínica tomada, en Puebla Nueva, por campesinos inconformes. ''La ayuda a fuerzas del gobierno'', la llama Simón. ''Y allí dijo Villafuerte que la clínica era para el municipio autónomo''.
Hace una pausa. ''Según así dijo ųprosigueų. Pero lo decía burlando".
Una cosa es segura, según el vocero del municipio autónomo: ''Los rumores de la guerra los hacen todos en el Ejército y el gobierno''.
En los meses recientes han sido reiteradas las amenazas y rumores de que los priístas de Morelia destruirán el Aguascalientes. De que intervendrán la policía y el Ejército Mexicano.
Las agresiones contra los autónomos han sido repetidas. Ya hubo seis zapatistas ''detenidos'', una oficina destruida, un campamento de paz desmantelado a la fuerza.
Lo mejor para mantener encendida a una población ya encarrerada en el enfrentamiento, como sucede con algunos priístas de Morelia, es meterle miedo, ofrecerle protección y dejarla temblando.
El salario del miedo
Entre que sí o no, la maquinita de rumores no se detuvo por completo este fin de año. Los efectos de las alarmantes declaraciones del procurador estatal al inicio de las vacaciones, en relación con una ''alerta'' militar y policiaca tuvieron además otros efectos.
Los prestadores de servicios turísticos, en particular hoteleros y agencias de viajes en San Cristóbal de las Casas y otros destinos chiapanecos, han expresado malestar e inconformidad, pues sus pérdidas han sido considerables. Tras la alarma, se cancelaron casi todos los grupos de turistas europeos; los hoteles están semivacíos, con tarifas bajas pese a la temporada alta.
Circo y maroma ha hecho el gobierno para controlar a los quejosos y ocultar el escándalo. No obstante, por la radio los hoteleros, digamos independientes, han dicho que demandarán al gobierno estatal por daños y perjuicios.
La Cámara de Comercio en Tuxtla se apresuró a declarar 1999 como un buen año para el comercio. ''Somos un pueblo consumista, los chiapanecos'', dijo el presidente de la cámara para contrarrestar la indignación de hoteleros, restaurantes, guías de turistas y comerciantes.
No se descarta que reciban alguna indemnización. Total, en cuánto puede salir, comparada con el gasto que se hace para instalar, pertrechar y mantener en continuo movimiento a las fuerzas armadas, por aire y tierra, en la ''zona de conflicto''.
Todo cuesta dinero, menos los rumores, que circulan gratis.
No está de más recordar que, apenas la semana pasada, no lejos de aquí, la Coalición de Organización Autónoma de Ocosingo (COAO) y el Frente de Partidos Políticos de Ocosingo (Freppo), en voz de sus principales dirigentes, manifestó que, a pesar de las declaraciones del secretario de Gobernación y del gobierno estatal, negando la ''alerta'' en Chiapas, el Ejército Mexicano ''activa por su parte''.
Los denunciantes son miembros de ARIC Independiente, Aric Unión de Uniones, ORCAO, Xinich, CNPI, FZLN, PAN, PRD y PVEM. Y asientan que las Fuerzas Armadas actúan ''incrementando su presencia y operativo en estos días, en la aplicación de una estrategia político militar conocida como yunque y martillo. O están tratando de ganar nuevas posiciones militares en nuestras comunidades para meter terror frente a las próximas elecciones federales y estatales del 2000, para empezar a inhibir el voto opositor, así como la utilización de recursos públicos de compra y coacción de votos, vía instituciones estatales, federales y municipales''.
Todavía ayer, la dirigente perredista, Emma Toledo, aseguraba que la militarización de la selva es alarmante, a la vez que el PRI improvisaba, a nivel nacional, una pamba al candidato panista Vicente Fox, por andar diciendo que el sacaría al Ejército. Aprovecharon para exaltar la pertinencia y la necesidad de mantener al Ejército Mexicano en Chiapas.