Ť La paradoja: lo recibirán partidos que defendieron la presencia de Washington
En Panamá, el Canal significó algo más que "ocupación"
Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 28 de diciembre Ť La existencia del Canal interoceánico en Panamá no sólo significó la ocupación de parte de su territorio, sino también mediatizó su independencia, porque el Tratado de 1903 dio a Estados Unidos no sólo el control de la posición geográfica a perpetuidad, sino también el derecho a intervenir militarmente cuando a su juicio las autoridades locales no estuvieran en capacidad de garantizar el orden.
Desde entonces, afirma el historiador Luis Navas Pájaro, casi todos los partidos políticos soslayaron de sus objetivos la lucha por la recuperación de la soberanía. La paradoja es que son los partidos que defendieron la presencia estadunidense los que ahora van a recibir el Canal, mientras el movimiento social queda relegado.
Navas ųuno de los más curtidos dirigentes populares, ex líder estudiantil y legislador del Partido Revolucionario Democrático la década pasadaų no dice que en las celebraciones del próximo 31 de diciembre habrá muchos ausentes: los hombres y mujeres que sufrieron encarcelamiento, tortura y muerte a manos de aparatos represivos que por décadas fueron dirigidos directamente por las agencias estadunidenses de inteligencia.
Pero él lo sabe en carne propia: su hermano Juan, herido por el ejército estadunidense durante la gesta estudiantil del 9 de enero de 1964, había regresado de recibir un tratamiento médico de la Unión Soviética el 30 de mayo de 1966 a la ciudad de Colón, y el 31 fue detenido por la policía secreta de entonces para ser interrogado. Muere al no soportar la tortura. La rebelión espontánea estalla y tres colonenses mueren en la violenta represión que sigue.
En los primeros 50 años de vida republicana, la vanguardia de las luchas sociales fue el movimiento obrero, para ser remplazado luego por el movimiento estudiantil, sostiene Navas. Estas luchas sociales, en las que se destacaron los comunistas como formadores de cuadros, permitió que en la década de los sesenta se planteara formalmente la modificación del Tratado de 1903.
En 1962, el gobierno de John F. Kennedy accede a que los panameños puedan izar su bandera en algunos sitios públicos de la Zona del Canal, pero el ejército estadunidense se opone rotundamente. Esa resistencia, pese a una orden del Departamento de Estado, provocó los primeros enfrentamientos que derivaron en tres días de agresión contra un pueblo indignado, pero totalmente desarmado, que salió a las calles.
En cambio, recuerda Navas, en 1968 Arnulfo Arias, dirigente populista que fundó el hoy gobernante Partido Arnulfista, se refugia en la Zona del Canal tras el golpe que lo depuso el 11 de octubre, para solicitar a Estados Unidos que intervenga.
Para el historiador, son tres las principales razones por las cuales el movimiento social llega ahora, a la entrega del Canal a manos panameñas, sin aliento: la derrota del 20 de diciembre de 1989, con la invasión estadunidense; la ausencia de una vanguardia capaz de reagrupar a estas fuerzas, y el "diversionismo" que introdujo la directiva del Partido Revolucionario Democrático que, tras ganar las elecciones de 1994 gracias a una gran simpatía popular en favor de impedir que las fuerzas comprometidas con la invasión pudieran reelegirse, coqueteó abiertamente con la posibilidad de que Estados Unidos mantuviera una presencia militar después del año 2000.
Con el pretexto de la globalización, concluye Navas, se llegó a decir que las propuestas "populacheras" habían pasado de moda y que, en un mundo unipolar, había que aceptar las pretensiones de Estados Unidos de instalar aquí el llamado centro antidrogas, y eso "nos fue desgastando". Quizá por eso ahora será el gobierno liderado por la viuda de Arias, Mireya Moscoso, el que reciba el Canal, mientras algunas declaraciones de uno que otro de sus funcionarios sobre los peligros a la seguridad del Canal levantan sospechas de una prolongación, sutil, de la presencia colonial.