Ť EU les proporcionaba vivienda y vigilancia


Habitantes de la antigua Zona del Canal, con nuevos problemas

Ť El reto, mostrar excelencia administrativa: nuevas autoridades

Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 25 de diciembre Ť El representante del corregimiento de Ancón, Joaquín Vásquez, no había nacido aún cuando su padre, Ramiro, fue herido por la soldadesca estadunidense, el 9 de enero de 1964, en momentos en que junto con el pueblo desarmado enfrentaba la peor de las 19 agresiones militares que se habían contando en lo que iba del siglo.

La gesta patriótica de enero de 1964, en la que murieron 21 panameños y otros 500 resultaron heridos, dio el aldabonazo a la conciencia nacional e internacional que obligó a Estados Unidos a iniciar las negociaciones de nuevos tratados que eliminaran el concepto de perpetuidad y la ominosa Zona del Canal.

Al entrar en vigor los nuevos tratados, los Torrijos-Carter, el 1o. de octubre de 1979, nacieron dos nuevos corregimientos, Ancón en el Pacífico y Cristóbal en el Atlántico, formados con asentamientos de la antigua Zona del Canal.

Las comunidades que integran el corregimiento de Ancón llevan nombres provenientes del Canal o de las bases militares, Paraíso, Pedro Miguel, Corozal, Clayton, Diablo, Albrook, Balboa, Curundu, y sus poblaciones son de dos tipos: los que vivían en ellas cuando formaban parte de la Zona del Canal, y los "nuevos colonos" que pasaron a ocupar las viviendas que fueron dejando progresivamente los estadunidenses.

Los "viejos colonos", nos explica Vásquez, tienen un doble y contradictorio sentimiento: se perciben discriminados y abandonados por los estadunidenses, y afectados por las nuevas reglas de Panamá.

"Se acabó el silver roll y el gold roll" (sistema discriminatorio de pago en oro, para los que eran estadunidenses, y plata para los que no lo eran), pero ahora "se nos está cayendo la calidad de vida", nos dice un viejo jubilado de la comunidad de Paraíso.

Los trabajadores de la Comisión del Canal gozaban de una serie de subsidios y privilegios, aun si se trataba de comunidades para negros ųcomo Paraíso y Pedro Miguelų, con menores estándares de vida, ya que pagaban diez dólares mensuales de renta por sus viviendas, lo que que incluía los servicios de agua y energía eléctrica.

Según Washington, el Canal de Panamá no podía generar ganancias, se debían gastar todos los excedentes, para lo cual se utilizó una forma de organización económica en la que todos los bienes, incluidas las viviendas, eran propiedad de la Comisión del Canal, dependencia de la Secretaría de Defensa, que se encargaba de proveer de todos los servicios a la población.

Al desaparecer "el sistema socialista" de la Comisión del Canal, el gobierno panameño ha ofrecido a estos colonos la oportunidad de comprar sus casas en una fracción de su valor comercial, que es empero un precio muy superior al que pagaban, en momentos en que sus ingresos disminuyen y sus subsidios desaparecen.

"Nuestro reto, como país y como ciudadanos, es demostrar excelencia administrativa en el manejo de estas áreas, para que luzcan igual o mejor que cuando eran administradas por los estadunidenses"; como representante de corregimiento, "un vecino elegido para gestionar ante las autoridades proyectos comunales", tenemos el deber de promover la organización para que (en especial las familias de menos ingresos) no sean "testigos inermes del gran desarrollo que se está produciendo en las áreas revertidas".

"Por vivir en sus áreas aledañas ųcontinúa Vásquezų somos centinelas del Canal, del legado producido por el intercambio cultural, de su patrimonio histórico y de su valioso patrimonio ambiental, para lo cual hay que mantener el concepto de ciudad jardín existente".

Agregó que quienes habitan el corregimiento de Ancón conmemorarán la "gesta patriótica del 9 de enero" por primera vez sin la presencia de los estadunidenses, lo que implica, según él, que "hemos cumplido con los mártires, con todos los que antes de nosotros lucharon y se sacrificaron para ver cumplido este anhelo".