Ť La semana política en Estados Unidos

Ť Fe cristiana, indispensable en el tiempo actual para ser candidato con posibilidades de triunfo
Ť Cinco aspirantes a la presidencia han pasado bastante tiempo reafirmando su creencia en Dios
Ť Cuando la religión sirve electoralmente, la separación entre Estado e Iglesia se borra bastante

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Nueva York, 25 de diciembre Ť Cinco candidatos a la presidencia, incluyendo a los favoritos de ambos partidos, han pasado estos últimos días reafirmando su fe en Dios, al tiempo que el presidente Bill Clinton cumplió con su muy pública obligación religiosa al presentarse a la misa de nochebuena, anoche en Washington. Todos ellos expresaron sus mejores deseos cristianos para la nación, concluyendo con el casi automático "Dios bendiga a América".

Sí: hay una separación entre el Estado y la Iglesia. Pero cuando la Iglesia sirve para fines políticos, esta división se borra un poquito, o más si es necesario.

Esta última ronda de fervor religioso expresado por los candidatos presidenciales se estrenó, según lo recuenta la revista The Economist, cuando al favorito para ganar la candidatura presidencial por el Partido Republicano, George W. Bush (metodista), se le preguntó recientemente quién fue el filósofo político que más influencia ha tenido sobre su desarrollo. Respondió: "Cristo, porque él cambio mi corazón".

Casi toda su competencia dentro del partido --los candidatos Orrin Hatch (mormón), Gary Bauer (bautista) y John McCain (episcopal)-- hizo referencias a su religiosidad, y con eso estalló un minidebate nacional sobre religión y política.

Para no quedarse fuera, el precandidato mas favorecido del Partido Demócrata, el vicepresidente Al Gore (bautista), reafirmó su "renacimiento religioso" y señaló que cuando toma decisiones importantes se pregunta qué camino tomaría Jesús.

Cabe recordar que su jefe, el presidente Clinton, siempre se ha refugiado en la Iglesia en momentos de crisis, como el que casi le costó la presidencia, y ha solicitado el consejo de líderes religiosos (entre los invitados en un momento, el propio reverendo Jesse Jackson).

De momento, el único político que busca llegar a la Casa Blanca y se ha negado a entrar en esta celebración religiosa es el principal contrincante de Gore para la candidatura demócrata, el ex senador Bill Bradley, quien afirmó que "yo marco la línea aquí", y agregó que la religión es "un asunto de privado y personal y no voy hablar de eso con el público".

En el pasado reciente la fuerza política de la derecha cristiana casi obligaba a los políticos republicanos a presentarse y ser bendecidos por ese movimiento, pero durante los últimos dos años grupos anteriormente poderosos como la Coalición Cristiana se han debilitado y fragmentado.

Sin embargo, políticos de ambos partidos aún enfrentan a diversos sectores religiosos que, en su conjunto, aún tienen un peso político extraordinario, y posiblemente, sin igual entre los países industrializados.

"La religión siempre ha jugado un papel más grande en la política en Estados Unidos que en casi todas las democracias ricas", señala The Economist, y agrega que ahora varios líderes y organizaciones religiosas coinciden en que hoy día hay más énfasis sobre la religión en la política que en décadas pasadas.

En parte, esto tiene que ver con una realidad nacional muy marcada en el país: según encuestas nacionales, 19 de cada 20 estadunidenses afirman su fe en Dios, cuatro de cada 10 dicen participar regularmente en ceremonias religiosas y sólo 10 por ciento de la población rechaza la idea de un ser supremo y divino.

Además de las sectas convencionales (las diversas sectas protestantes, la Iglesia católica, las sectas judías y musulmanas), continúan creciendo una amplia diversidad de "nuevas religiones" de todo tipo, desde las que esperan el fin del mundo en los próximos días hasta los Hare Krishna, y toda una serie de religiones new age.

Hasta el propio periódico The New York Times decidió publicar su editorial sobre la "Navidad milenial", como un intento bastante torturado para encontrar un sentido nacional a la celebración del nacimiento divino de Jesucristo.

Cabe recordar una vez más que Dios está por todas partes en este país, desde himnos patrióticos, en cada billete de dólar, a casi todo discurso político y en cada juego de balón profesional.

Este fin de semana, sin duda, jugadores multimillonarios profesionales de los equipos triunfantes de futbol o basquetbol serán entrevistados, como ocurre cada fin de semana, y dirán que la victoria fue gracias a Dios (nadie jamás pregunta esto mismo cuando pierden, porque Dios parece haberlos abandonado ese día).

En una temporada electoral, este contexto nacional, al parecer, tiene que tomarse en cuenta para realizar una campaña política con posibilidades, y casi sin excepción los políticos tienen que demostrar su fe religiosa como parte de su curriculum vitae para convencer al electorado de sus cualidades para gobernarlos.

Con ello, en esta Navidad dos aspectos definidos como esenciales de la vida nacional estadunidense se manifestaron: la celebración de la fe religiosa en este día, y la celebración del mercado, la otra parte fundamental de este día festivo.

De hecho, las dos notas periodísticas del día sobre la Casa Blanca fueron la presencia de la familia Clinton en la misa de medianoche, y su excursión de compras navideñas de cuatro horas de duración por varias tiendas de la capital.

Entre las notas principales del día 25, el nacimiento de Jesucristo, se encuentra la de los cálculos de cuánto dinero generó el aniversario del evento divino (se calcula que fue la mejor Navidad en términos económicos para los comerciantes del país en los últimos cinco años).

Para los candidatos, esto confirma que la economía sigue en auge, y para los estrategas políticos esto se traduce en que parte del plan de la batalla electoral estará en el terreno "moral" (considerado un aspecto políticamente vulnerable para la Casa Blanca de Clinton y Gore).

Con ello, mostrar cualidades "morales" incluye demostrar la fe religiosa de un candidato. La religión, así, se convierte en arma política (y viceversa).

Desde esta perspectiva, Ƒla humanidad ha avanzado mucho en este terreno durante los últimos mil años?