Ť Con mentiras, la CIA logró sacar de Cuba a miles de niños en los 60
El caso de Elián, resabio de la operación Peter Pan
Alejandra Dupuy Ť Con apenas seis años de edad, Elián González está en el centro de las tormentosas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, a punto de cerrar el siglo con un nuevo pico de tensión. La batalla por su custodia ha llevado a las calles de toda Cuba a más de 2 millones de personas, pero al otro lado del estrecho de la Florida la comunidad cubana advierte que realizará una cadena humana alrededor de la casa donde vive Elián si el Servicio de Naturalización e Inmigración (SIN) intenta devolver el niño a su padre en Cuba.
Por lo pronto, el caso ha servido para poner nuevamente sobre la mesa el tema de la política migratoria estadunidense y traer a la memoria a miles de niños y adolescentes cubanos que hace casi cuatro décadas también fueron separados de sus familias.
Poco después de la frustrada invasión de exiliados cubanos en Bahía de Cochinos, respaldada por la CIA, "un llamado consejo que agrupó a ex políticos y terratenientes asumió la tarea de divulgar una falsa ley", según la cual La Habana pondría bajo la tutela de Moscú a todos los menores.
"En hojas impresas hicieron circular el apócrifo documento, con fecha 3 de agosto de 1961, supuestamente sustraído del despacho de Fidel Castro, quien el 20 de septiembre denunció la falsificación", recuerda ahora la agencia cubana Prensa Latina.
Así comenzó la operación Peter Pan o Pedro Pan, atribuida por Castro a la CIA. De 1961 a 1962, poco más de 14 mil cubanos de entre cinco y 16 años, en su mayoría habaneros, de familias de clase media y alta, y estudiantes de colegios religiosos fueron enviados hacia Estados Unidos por sus padres, temerosos ante la posibilidad de perder la patria potestad.
Para la operación, en la que participaron, entre otros, el sacerdote católico de Miami Bryan O'Walsh, hoy obispo, se emitieron visas especiales enviadas clandestinamente a Cuba para permitir salir a los niños, aunque no hubo visas para los padres.
Ya en Estados Unidos, algunos de los menores eran reclamados por parientes o por parejas estadunidenses, pero otros iban a orfelinatos o campamentos, que unos recuerdan con nostalgia pero que otros describen casi como campos de concentración donde reinaba la ley del más fuerte.
Uno de los miles de pedropánicos fue Nelson Valdés, quien en contra de lo que piensa la mayoría de los cubanoestadunidenses se manifiesta a favor de devolver a Elián a "su padre, su familia y su cultura".
Quienes argumentan que el niño tendrá una vida mejor y acceso a bienes materiales que no hay en Cuba, "no tienen idea de la importancia de la familia y menos aún del importante rol que ésta tiene en la cultura cubana", sostiene el hoy profesor de sociología de la Universidad de Nuevo México, quien aconseja que toda la "energía, esfuerzo y atención" que concita Elián también sea brindada a los miles de niños de la calle, que están solos o son maltratados en Estados Unidos.
Para las autoridades de La Habana, Peter Pan fue el comienzo de una operación de estímulos a la emigración que continúa hoy con la Ley de Ajuste Cubano, que desde 1966 ofrece trato especial a los emigrantes de la isla, a diferencia de los miles de indocumentados que llegan de República Dominicana, México, Haití y otros países.
Bajo esta política Pies Mojados, Pies Secos --que continúa pese a los acuerdos migratorios que contemplan que Estados Unidos otorgue unas 20 mil visas anuales a los cubanos--, quienes llegan a costas estadunidenses pueden quedarse, en tanto que la vía legal implica numerosos trámites o quedar a merced de las loterías de visas.
Entre tanto, el fenómeno de los contrabandistas de ilegales, que cobran hasta 8 mil dólares por pasajero, se ha incrementado: Dan Geoghegan, vocero de la Guardia Costera estadunidense, llegó a decir que el nuevo tráfico "no tiene nada que ver con la libertad, tiene que ver con comida".
Arianne Horta y Nivaldo Fernández, sobrevivientes del naufragio en el que murió la madre de Elián, admitieron haber pagado al novio de ésta para viajar en el bote que partió de Cárdenas. Elián fue encontrado por pescadores dos días después, el 25 de noviembre, en las costa de Fort Lauderdale, amarrado a un neumático en el que lo colocó su madre, Elizabeth.
La razón de la sinrazón
Los acuerdos migratorios establecen que los cubanos encontrados en alta mar deben ser repatriados. Elián fue trasladado a la costa para recibir atención médica, pero al salir del hospital fue dado en custodia temporal a sus tíos abuelos, que residen en Miami y que presentaron una petición de asilo político en su nombre.
El reclamo del padre del niño, quien ha sostenido en declaraciones a la prensa extranjera que Elián fue sacado sin su conocimiento ni su consentimiento, es apoyado por el gobierno cubano y el propio Fidel Castro encabeza la campaña por la devolución del menor "secuestrado".
Entre tanto, Elián aparece casi diariamente en fotografías de prensa rodeado de sus primos, sus nuevos juguetes, sus nuevas ropas, incluyendo una camiseta de una organización anticastrista. O visitando una escuela privada de Miami que ha ofrecido costear sus estudios.
"Están tratando de deslumbrarlo con todas esas cosas", denunció Castro, mientras el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, llegó a considerar una "crueldad" que el niño fuera llevado a una atracción acuática durante su también fotografiada visita a Disney World.
Sicólogos citados por la prensa cubana insisten en la repercusión negativa que tendrán para Elián los cambios bruscos a los que está sometido, tras haber sido probablemente testigo de la muerte de su madre y separado de su padre y sus cuatro abuelos, quienes también reclaman su regreso.
Juristas en Miami han sostenido que si Juan Miguel González demuestra que mantiene una buena relación con su hijo Elián, la ley estadunidense no puede ignorar la patria potestad, reconocida por convenios internacionales.
Pero aunque la Casa Blanca ha dicho que la política no tiene que ver con el caso, esto parece imposible en un país donde Cuba es tratada como un tema interno en las campañas electorales, al menos en Florida, y donde ya cinco legisladores republicanos han pedido al presidente estadunidense, Bill Clinton, que otorgue la ciudadanía a Elián para evitar que sea devuelto a Cuba "contra su voluntad".
Otros argumentan, como Frank Calzón, director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre, en un artículo en el Nuevo Herald, que el tribunal estadunidense que decida el futuro de Elián debe tomar en cuenta que "los padres cubanos no pueden tomar decisiones sobre la educación de sus hijos".
También en el Nuevo Herald, la escritora cubanoestadunidense Ileana Fuentes opinó que "lo que está en juego no es la patria potestad", como sucedió en la operación Peter Pan, sino "si se violarán los derechos inalienables de un niño de seis años si éste es devuelto a Cuba, territorio del cual salió huyendo con su madre".
El SIN, a cuyos funcionarios el padre entregó el pasado 13 de diciembre en la localidad cubana de Cárdenas documentos que acreditan su vínculo, no ha precisado hasta ahora cuándo tomará una decisión sobre el futuro de Elián, quien mientras tanto está bajo los reflectores como instrumento en una batalla que dejó de ser judicial para transformarse en política.