Alberto Aziz Nassif
ƑPartidos bananeros?
La filigrana de las alianzas en el Congreso llevó a los diputados a un período extraordinario para aprobar el presupuesto del año 2000. Hay dos propuestas, la del PRI y la de la oposición, PAN y PRD, pero ninguno de estos dos bloques tiene los votos necesarios para sacar adelante su proyecto, por lo cual los partidos chicos se han vuelto oro molido para tener la mayoría. Sin embargo, el famoso bloque opositor se ha fragmentado y los partidos chicos han entrado al mercado político del pragmatismo y ahora venden caro su apoyo. Tanto el Partido del Trabajo (PT), como el Verde Ecologista (PVEM), se han convertido en los fieles de la balanza. Pero en esta ocasión ambos forman parte de una alianza para las elecciones del año 2000, y lo más lógico es que su voto se sume a sus aliados, el PAN y el PRD, y no con su adversario, el PRI, como ha sucedido hasta este momento. ƑSe trata de otra operación perversa de un sistema que mueve la vida política mediante la compra de votos?
La diferencia de las dos propuestas es que la oposición quiere subir el gasto social en educación, vivienda, sector agrícola, salarios para pensionados y gastos para los estados y municipios; en cambio, el gobierno federal y el PRI se niega. Resulta curioso que en un año electoral la lógica del gobierno sea la de un presupuesto austero; tal vez la razón se encuentre en que el PRI no necesita ya de este tipo de recursos para poder ganar votos, porque tiene montada una maquinaria electoral de compra y coacción del voto muy costosa, pero que funciona de forma paralela al gasto social. Lo paradójico de esta situación es que el país tiene ya tres sexenios seguidos de gobiernos tecnócratas que han puesto en práctica programas neoliberales de gobierno, con los cuales se ha empobrecido el país de forma preocupante y, sin embargo, siguen con un apoyo electoral importante de la sociedad. El presupuesto para el año 2000 es una expresión clara de este tipo de gobiernos, en los que lo importante es mantener los equilibrios macroeconómicos y lo secundario es la respuesta del gobierno a sus obligaciones sociales en este país empobrecido.
La oposición no pudo establecer una gran alianza político electoral para el año 2000 y lo que ha hecho es dividirse en dos bloques, con lo cual le ha dado la ventaja estratégica al PRI, que sólo es mayoría si la oposición permanece dividida. Después de haber fracasado el esfuerzo de una alianza, casi como una casualidad política, la oposición logró consensar un presupuesto en el cual se incrementan algunas partidas del gasto social. Este consenso opositor es importante, incluso si el PRI logra sacar adelante su proyecto con la ayuda del PT, porque muestra que las definiciones de política pública sobre el gasto social y el federalismo son coincidentes entre PAN y PRD; consenso que contradice los discursos de que esos partidos son incompatibles.
En los sistemas pluripartidistas los partidos chicos suelen jugar funciones definitivas en las conformación de una mayoría, pero en este caso, cuando además hay alianzas electorales vigentes, es incomprensible que estos partidos voten con su adversario. El caso más estridente ha sido del PT, que por su "alianza" con el PRI está a punto de perder su lugar en la Alianza por México, porque la directiva perredista prácticamente pide un rompimiento si los petistas votan con el tricolor. En el caso de los verdes, que también coquetearon con la misma posibilidad, su aliado panista ha tratado de sumarlo, pero su voto no está definido. ƑQué les ofreció el PRI a los partidos chicos para sumarlos? Sería difícil explicar el caso desde el punto de vista de una definición de política de gasto porque no existen razones para que los petistas y los verdes no quieran más gasto social y más recursos para estados y municipios.
En las siguientes horas podremos ver la definición de esta lucha presupuestal. En caso de que el PRI logre la mayoría con el PT y con los verdes, el castigo social continuaría como en los años anteriores y los partidos chicos podrían entrar a una nueva clasificación de "bananeros", es decir, monoproductores y dominados desde el exterior. En este episodio además tendrán la marca de haber vendido su voto y perder su poca autonomía frente al partido gobernante. Si se suman a la oposición, conservarán su lugar de autonomía y un poco de dignidad, ingrediente escaso en esta épocas navideñas.