Ť Diferencias por el proyecto de la coordinadora


Realiza la disidencia asamblea paralela al congreso de la CNTE

Ť Seis contingentes de Michoacán desconocen el acto de Chiapas

Claudia Herrera Beltrán, enviada, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 20 de diciembre Ť La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tuvo visos de división, luego de que seis contingentes encabezados por el magisterio michoacano desconocieron el quinto Congreso Nacional que se realiza en esta ciudad e hicieron una asamblea paralela en la que reivindicaron a la CNTE, pero al margen del grupo que continuó sesionando, al que calificaron de "intolerante" por no aceptar posiciones divergentes.

La crisis generada el lunes pasado por el abandono del acto por parte de 34 por ciento de los delegados se agudizó hoy, cuando los maestros que permanecieron en el recinto y que representaban el restante 66 por ciento --aglutinado en torno a la sección 22 de Oaxaca y la 9 del Distrito Federal-- instalaron el congreso y continuaron con los trabajos en un ambiente de aparente normalidad, pese a la ausencia de sus compañeros.

La protesta de los que prácticamente se convirtieron en "disidentes de los disidentes" se dio a raíz de que los maestros de la sección 22 y de la 9 le negaron el acceso al acto a la dirigente de esta sección, Blanca Luna Becerril, pero sí permitieron la participación del Comité Central de Lucha de Michoacán, que no es reconocido por la directiva del magisterio de ese estado.

Pero en el fondo estaba la disputa de dos proyectos del movimiento disidente magisterial, como reconocieron después ambos bandos, particularmente el que fue blanco de críticas. Pedro Hernández, de la sección 9 y miembro del Colectivo Magisterial Independiente, que es señalado por tener las posiciones más radicales, señaló que en la CNTE hay dos proyectos distintos desde hace tiempo, el de los que se declaran militantes como el magisterio de Oaxaca y del Distrito Federal, y el de Michoacán y Tlaxcala, que "han jugado con la política de tener un pie adentro y afuera de la coordinadora para formar otra instancia"

Finalmente se instala el congreso

Después de 43 horas de lo programado, en la madrugada del martes aproximadamente 260 profesores iniciaron el quinto congreso de la CNTE. Se encontraban los representantes de las secciones 22, 9 y la 7 de Chiapas --con algunas reservas--, además de pequeños grupos de Michoacán sin peso en las votaciones, así como grupos minoritarios de la secciones 15 de Hidalgo, 33 de Puebla, 34 de Zacatecas y 55 de Tlaxcala.

El inicio de los trabajos se complicó mucho porque se había discutido la posibilidad de instalar el congreso hasta llegar a un acuerdo con los profesores descontentos; sin embargo, al final ganó la propuesta de integrar una comisión de maestros para que intentaran negociar el regreso de los contingentes de Michoacán, Guerrero, Tlaxcala, parte del Valle de México, así como los de Morelos e Hidalgo, los cuales de última hora se retiraron del lugar por considerar que no había condiciones para seguir sesionando.

Pero pasaron las horas y los puentes entre los dos grupos no se tendían y por el contrario, la fractura se iba haciendo más evidente, sobre todo cuando por la tarde, los profesores que protestaban se reunieron en asamblea e hicieron un análisis sobre la situación de quiebre que enfrentaba la coordinadora al cumplir su 20 aniversario y se plantearon hacer un acto exclusivo para ellos el próximo año.

La dirigente de la sección 9, Blanca Luna Becerril --a quien la pretenden destituir las corrientes hegemónicas en esa fracción--, se unió al grupo de inconformes y participó en la mesa de los debates en la "asamblea paralela" que se realizaba en la secundaria técnica número 79, ubicada a 10 minutos de la secundaria número 59, donde se desarrollaba el quinto congreso de la CNTE.

La situación se tornó tan conflictiva que hasta el dirigente de la sección 7 de Chiapas, Víctor Ancheyta, declaró en entrevista que esa delegación continuaba en el congreso porque era anfitriona y porque no había consenso al interior para abandonarlo, que calificó de "trámite" debido a que las posiciones divergentes se habían retirado.

En el caso de los profesores de Hidalgo, quienes se salieron del acto cuando ya había comenzado, se declararon neutrales al señalar que seguían reivindicando a la CNTE y que no iban a participar en reuniones paralelas; sin embargo, dijeron no había condiciones por los desacuerdos internos y propusieron que se hiciera un nuevo congreso.

Pese a la salida de los maestros morelenses e hidalguenses (estos últimos se retiraron poco después del mediodía), el congreso continuó con mesas de discusión sobre temas como la relación de la coordinadora con los partidos políticos y la situación de la CNTE a 20 años de su fundación. Esta última fue el lugar propicio para discutir los problemas internos y ahí, por ejemplo, se mencionó la posibilidad de establecer una coordinación con los "disidentes de los disidentes", debido a que aparentemente reclamaban, encabezados por los michoacanos, espacios propios dentro del movimiento disidente.

Sin embargo, el problema al interior de la coordinadora no se redujo a las protestas de los profesores de Michoacán y Tlaxcala, que no son abiertos militantes de la CNTE, porque en el grupo de mentores molestos estaban los guerrerenses, que han tenido una importante presencia en la disidencia magisterial y que en voz de la profesora Soledad Romero, manifestaron su insatisfacción por el estilo con el que se condujeron los profesores oaxqueños y capitalinos y por eso consideró que debería realizarse el "verdadero quinto congreso de la CNTE" porque el actual "es ilegítimo".

El quinto congreso y la asamblea paralela continuaban hasta el cierre de esta edición y se esperaba que ambos grupos concluyeran sus actos en la madrugada para retornar de inmediato a sus estados.