Ť Otorga mayor autonomía a sus personajes


Consolida Héctor Manjarrez su método personal de escritura

Ť El otro amor..., su más reciente novela, tiene un modelo teatral

César Güemes Ť En el paso de la gravedad a la comedia, Héctor Manjarrez elaboró su personal método, a fin de conceder la autonomía a los propios personajes. De esta manera, su más reciente novela, El otro amor de su vida (Era), es resultado de anteriores búsquedas que comenzó con libros como No todos los hombres son románticos, Canciones para los que se han separado, Pasaban en silencio nuestros dioses y Ya casi no tengo rostro, pero también se diferencia de ellos de una forma si no radical por lo menos notoria.

ųƑA qué atribuyes el ritmo pausado con el que das a conocer tu producción literaria?

ųEscribo mucho pero publico poco. Una buena cantidad de páginas las descarto o las guardo. Hago recortes muy severos de la obra. O tiro lo que no me gusta o hago lo equivalente: guardarlo en un cajón que nunca abro.

ųEn ese sentido, ƑEl otro amor de su vida es un libro rescrito?

ųSí, como casi todo lo que hago. Al escribir varias veces voy aumentando la producción de cuartillas y al mismo tiempo las recorto. No hay página que no haya escrito cinco o seis veces a mano, por lo menos, antes de pasarla al procesador de palabras. Y todavía la versión final es leída por personas cercanas a mí y que me dan puntos de vista que tomo en cuenta. Hasta que hay un momento en que me percato que ya terminé con el libro. En ocasiones es una etapa de cansancio pero también de felicidad.

Influencias teatral y cinematográfica

ųLa estructura de El otro amor... hace suponer que no fue pensada nada más como novela. ƑQué sucedió?

ųLa hice sobre un modelo teatral y cinematográfico. La escribí al mismo tiempo que leía y releía mucho teatro. Iba al cine para fijarme en el guión, en la estructura narrativa. Ahí me percaté de los buenos guiones y de los malos, y también observé que eran mecanismos implacables. El otro amor de su vida trata de sostener detrás a uno de estos mecanismos que no tienen vuelta de hoja. Es una novela escrita en clave de comedia que intenta rendir homenaje al teatro en tanto que todos los personajes tienen un final. Hay muchas novelas, sobre todo las hechas de 1950 para acá, en las que no sabemos qué les sucedió a varios personajes secundarios, algo que no pasaba en el siglo XIX. Para El otro amor... quise que todos tuvieran un desenlace. Le hice un guiño muy fuerte al teatro y al cine. Cuando me di cuenta que los personajes hacían cosas que no preví, que la protagonista era una mujer y tomaba ciertos caminos, fue cuando busqué el tono teatral. Era como una actriz que aparece en el escenario e invita a varios personajes a participar en la obra.

ųƑHubo versiones enteramente dialogadas o guiones cinematográficos de esta historia?

ųNo exactamente, sólo traté de emular recursos como el de la voz en off de una película, que en este caso corresponde al narrador. No hice algo específicamente teatral o para cine, pero incluí algunos de los recursos que se emplean en esas áreas.

ųNo es común emplear a este tipo de narrador que opina.

ųBueno, no es omnisciente pero sí omnipresente. Se permite libertades que en efecto no son usuales.

ųLuego, si bien el narrador tiene un peso importante para que la historia transcurra, lo cierto es que la novela es la de una mujer. Habla de este desdoblamiento del autor en esos dos personajes distintos.

ųEn cierta forma hay que tener un especial cuidado cuando como varón escribes lo que le pasa interiormente a una mujer, y en ocasiones es precisa hasta una cierta forma de la paranoia a fin de no meter la pata en detalles. Pero por el otro lado hay un momento que es muy gratificante: cuando el personaje femenino requiere de mi participación sólo como amanuense. Hubo un lapso en la novela en que ya no tenía que preocuparme por cuidarla, ella se ponía a caminar como personaje con sus propias fuerzas.

ųY para ello debiste encontrar primero la voz de la mujer, o visualizarla.

ųEn ocasiones me funciona retomar de personas que conozco algunas características para los seres de ficción. Después de ese paso, cuando lo superan, dejan de ser esos conocidos para convertirse en desconocidos que al final son muy conocidos para mí, pero que ya hablan por sí, tienen su propia existencia.

ųSi los personajes cobran esta autonomía, Ƒqué tanto guardas para ti el control de lo que sucede en la novela?

ųPor un lado tengo control de la historia y por otro lo pierdo. Esto último pasa cuando suceden los errores de verosimilitud, que por cierto no tienen mucho que ver con la realidad. A veces sucede que por tener mucho control como autor, los personajes se asfixian. Llega a haber pleitos serios entre los personajes y el autor. Conflicto que tienen que ganar los personajes para que la obra avance.

ųEn El otro amor... por ese tipo de conflicto entre personajes y autor, Ƒhubo pasajes que desechaste?

ųMuchísimas páginas, pero no sabría cuáles son. Las rescrituras son como hacer un claro en un pastizal muy crecido. Quizá la novela termina cuando ya podaste todo el pasto alrededor. Se crea un espacio limpio, pero ya todo el pasto que se cortó no hay manera de volver a colocarlo ni de saber dónde iba cada fragmento de él.

ųƑEscribes bajo un método?

ųTrabajo de noche, aunque tomo notas durante el día.

ųƑEso le imprime algún carácter a los textos?

ųPuede ser que sí. A lo mejor me sucede como a los pintores o los músicos, que buscan un clima y una luz específica. Antes era muy maniático para escribir, pero últimamente me he liberado de esas ataduras. Escribo por ejemplo con plumas desechables, que son buenísimas. Lo que no he cambiado son las libretas de trabajo. Tampoco escucho música porque me estorba si estoy trabajando. Me di cuenta que le imprimía un ritmo a lo que narraba y que no era precisamente el necesario. A veces le atinas, pero es muy raro. Lo mismo me pasa con el cine. Creo que ya los escritores no podemos pensar en las funciones narrativas si no son como imágenes cinematográficas, aun cuando sea para descartarlas. Algo similar pasa con el teatro, sólo que no se puede repetir sino con la lectura.

ųƑQué teatro leías durante la escritura de la novela?

ųSobre todo comedia griega, latina y teatro de enredo español y francés.

ųLa trama de la novela es ciertamente como de comedia de enredos. ƑLa solucionaste desde el principio?

ųNo, hasta que llegué al final, lo cual me despertaba gran angustia. Esperé hasta que los personajes me dijeron cuál era el capítulo último.

ųƑCuál es el balance del cierre respecto de tu relación con los personajes que se vuelven autónomos?

ųMe llevo muy bien con ellos. Somos buenos vecinos.