* Más de 6 mil estudiantes marcharon por Reforma hacia el Zócalo


Volvieron los huelguistas a la embajada de EU

* Demandaban la liberación de sus 73 compañeros detenidos el sábado pasado; no hubo incidentes

Karina Avilés, Roberto Garduño y Georgina Saldierna * La convocatoria estudiantil para demandar la liberación de los 73 alumnos detenidos el sábado anterior hizo eco en dos organizaciones populares que conformaron los contingentes más números en la megamarcha de seis mil personas convocada por el Consejo General de Huelga (CGH). Acompañados por el Frente Popular Francisco Villa y el Frente Popular Francisco Villa Independiente, los paristas protestaron frente a la embajada de Estados Unidos y el edificio del Gobierno capitalino.

La descubierta avanzó desde la Secretaría de Relaciones Exteriores a la sede diplomática estadunidense por Paseo de la Reforma. Posteriormente llegaron al Zócalo de la ciudad de México. Desde el inicio de la manifestación la Secretaría de Seguridad Pública montó el operativo donde participaron sólo 400 elementos resguardando el edificio diplomático del vecino país del norte.

Antes de llegar a la embajada, los estudiantes alertaban sobre la presencia de infiltrados: "Seguro hay provocadores. šNo les facilitemos el trabajo! Marchemos en un solo bloque, no en el camellón (de avenida Reforma) demostrémosle a ese embajador que no pudo golpear al movimiento; estamos ya a un paso, evitemos que la marcha se disgregue".

A las 17:00 horas se plantaron frente a la embajada, que era custodiada por cientos de uniformados que rodearon las calles aledañas. Integrantes del Frente Popular Francisco Villa Independiente y de la Asamblea General de Padres de Familia, que sujetaban banderas rojas de la organización referida, formaron una valla.

El mitin duró 15 minutos, tiempo suficiente para quemar dos banderas de las barras y las estrellas y un monigote de cartón con la efigie del Tío Sam. En ese momento comenzó el nerviosismo entre los asistentes, al recordar, inevitablemente, los hechos ocurridos el sábado 11 de diciembre frente a ese mismo lugar, que terminaron en un enfrentamiento entre policías y estudiantes.

Sobrevino la catarsis, la avalancha de improperios y reclamos contra el imperialismo: "šuno, dos, tres, apunten.... güevos!; šSantos desmadres... Batman!; šDavidow, chinga tu madre!; šChe Guevara, pinches gringos, a la chingada!; šEstados Unidos: racistas y asesinos...!".

Ante el desbordamiento verbal, los padres de familia pedían calma, y gritaban "švamos hombre!". Y los estudiantes molestos, porque ahí detuvieron a sus 93 compañeros, respondieron, šZócalo, Zócalo, Zócalo!

Lentamente, los contingentes reiniciaron el avance hacia el Angel de la Independencia para continuar rumbo a la Lotería Nacional sobre el mismo Paseo de la Reforma. A su paso por esa arteria, los estudiantes arremetieron contra todo: los gobiernos de Ernesto Zedillo y Rosario Robles. El rector Juan Ramón de la Fuente también sirvió de blanco, lo mismo que PRI, PAN, PRD y PT, este último por haber negociado la Miscelánea Fiscal en la Cámara de Diputados. Tampoco quedaron exentos, una vez más, los medios de comunicación: "špinches corruptos, digan la verdad. Reporteros cabrones, pedorros!".

De la catarsis devino la calma, quizá porque aún desconocían que la juez 45 en materia penal del fuero común, Elsa del Carmen Arzola, había dictado el auto de formal prisión a los 73 estudiantes consignados ųlibres bajo fianza. Así transcurrió la llamada megamarcha.

La descubierta enfiló hacia su parada final: el Zócalo. Según los organizadores eran más de 10 mil participantes; para la policía sólo asistieron 4 mil 400. No se registraron incidentes. Algunos estudiantes se dedicaron a recolectar la propaganda del Partido del Trabajo con el rostro de Cuauhtémoc Cárdenas para hacer una hoguera al pie del edificio del Gobierno del Distrito Federal.

Ahí, en la plancha de la Plaza de la Constitución, los integrantes del CGH rodearon el camión proporcionado por el Movimiento Proletario Independiente (MPI), desde donde Gonzalo Rodríguez Montes de Oca, estudiante de la Facultad de Derecho, dio lectura a un pronunciamiento que denunció una maniobra gubernamental para golpear la huelga en la UNAM:

"El pasado 11, el Estado mexicano montó un escenario, planeado quirúrgicamente para realizar un gran acto de provocación en contra del CGH. Elementos vestidos de civil, distinguidos por cachucha blanca (sic) se infiltraron en el contingente de estudiantes y vendedores del Chopo desde que partió la marcha.

"En la embajada más resguardada en todos los países del mundo no había más de 20 granaderos al frente y 20 a un costado; mientras los camiones del cuerpo policiaco y decenas de patrullas esperaban la orden de ataque, escondidos a unas cuantas calles.

"Cuando los marchistas arrojaron un jitomate, los infiltrados lanzaron piedras ųque llevaban cargando desde antesų pues en la Zona Rosa no había de donde sacarlasų se les indica que no lo hagan, se intenta detenerlos, pero de nada sirvieron los llamados", esa fue la explicación.

El texto reseña los acontecimientos del sábado 11, pero también refiere el interés del CGH porque "se solucione de inmediato la huelga". El movimiento estudiantil demanda que el conflicto encuentre una salida real y no con trampas: "šresuelvan cabalmente los seis puntos del pliego petitorio, entonces, la huelga termina de inmediato!, šHáganlo!, šYa no alarguen más este conflicto!".

Los huelguistas también criticaron la doble cara del gobierno y de rectoría, porque muestran un rostro amable y tolerante, "buscando engatusarnos, y con el otro "el rostro que los golpea y encarcela".

"No nos engañan. No nos van a engatusar, y no nos van a doblar a golpes. No hemos resistido estos ocho meses para levantar la huelga con una trampa y heredar el problema a otra generación".

Después, la hoguera se consumió. Y, poco a poco, los integrantes del CGH y de las organizaciones sociales que los acompañaron se retiraron del Zócalo. (Rolando Medrano).

 

Suspenden entrega de visas

para evitar enfrentamientos

 

La embajada de Estados Unidos en México decidió suspender ayer la entrega de visas a las 13 horas para evitar un posible conflicto entre los solicitantes de este documento y los paristas de la UNAM, que este jueves volvieron a manifestarse en las afueras de la sede diplomática.

Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno capitalino reforzó el dispositivo de seguridad que rodea la sede diplomática.

En la Secretaría de Relaciones Exteriores también fueron apostados varios contingentes de granaderos. Los integrantes del cuerpo de vigilancia se colocaron en la vieja torre de Relaciones y en las nuevas instalaciones de la cancillería, que se encuentra en Tlatelolco. La manifestación se realizó sin incidentes en ambos puntos.