* La comitiva priísta bailó danzón al término de Aventurera, en Los Angeles


Las frases de Carmen Salinas sonrojaron al candidato

José Gil Olmos * Fueron horas de esparcimiento y también de elogios presidenciales prematuros. A media luz, El Kumbala abrió pista para que Francisco Labastida diera los primeros pasos de un danzón arrabalero. La cintura regordeta de Carmen Salinas lo esperaba y una sonrisa lo llevó hasta el centro del salón Los Angeles, donde fue ovacionado bajo la plegaria de la cómica: "por eso le pedimos a Dios que sea presidente, porque usted tiene la mano dura y se va a chingar a esos cabrones".

La sonrisa del candidato presidencial estaba congelada y su mirada se clavó en las cámaras que lo grababan, lo fotografiaban. A su lado, su esposa María Teresa Uriarte, era llevada por el comandante Treviño a otro lado de la pista, siguiendo las notas de la orquesta. Más forzada, apenas sonreía, aunque minutos antes había festejado a la actriz cuando se refirió a los paristas de la UNAM -El Roco, El Diablo y El Mosh- como unos "fósiles" que bloquean la ciudad. "Que no mamen los hijos de la chingada".

El candidato del PRI llegó el miércoles por la noche al salón de la colonia Guerrero para develar la placa de las 600 representaciones de la obra Aventurera. Labastida arribó con todo su equipo e invitados especiales y la función se transformó en una celebración anticipada del 2 de julio del 2000.

Al filo de la pista el sinaloense presenció la puesta en escena de una historia de telenovela: la de una mujer inocente -Itati Cantoral- que al cruzar con engaños el pantano de la vida no sólo se mancha sino que es víctima de las bajezas más espantosas, hasta caer en la prostitución en Ciudad Juárez. Pero la historia poco importó; durante poco más de tres horas, los actores se esmeraron para agradar al aspirante priísta, dándole un trato presidencial. "Este sí tiene güevos, es el que va a llegar, los otros cabrones no tienen con qué", exclamó la Salinas al sonrojado Labastida.

Sobre la duela bailaron y cantaron los personajes de la obra ante la mirada y la sonrisa de los priístas Esteban Moctezuma, Dulce María Sauri, Rafael Rodríguez Barrera, Roberto Campa, Mayolo Medina y Adolfo Orive, entre muchos otros que se confundieron entre el público. Algunos hasta bailaron cuando terminó la representación, fundiéndose entre los actores, que dejaban caer la máscara del teatro.