* Motín, daño en propiedad ajena y lesiones, cargos
Enfrentan procesos penales los 73 paristas libres bajo fianza
* Podrían ser condenados o absueltos en tres meses: Arzola
Gustavo Castillo García * Los 73 integrantes del Consejo General de Huelga que permanecieron presos durante 48 horas en el Reclusorio Norte y que el pasado miércoles obtuvieron su libertad bajo fianza, enfrentarán procesos penales por los delitos de motín, daño en propiedad ajena y lesiones agravadas.
Este jueves, la juez 45 en materia penal del fuero común, Elsa del Carmen Arzola, les dictó auto de formal prisión y les informó que el proceso judicial será sumario, por lo que a más tardar --en caso de no promoverse recurso legal para un juicio ordinario, es decir en plazo no mayor a un año-- los estudiantes podrían ser condenados o absueltos en tres meses, aunque nunca perderán su libertad pues los delitos de que son acusados no están considerados como graves.
Sin embargo, con esa decisión de la juez, en caso de ser hallados culpables no tendrán otro recurso que pedir un amparo directo contra la sentencia y que al mismo tiempo los absuelva de los cargos.
En el caso de daño en propiedad ajena, podrían obtener una sentencia de 5 a 10 años de prisión o una pena conmutable de entre 100 y 5 mil días de salario mínimo; además de un castigo de 6 meses a 7 años de cárcel o el pago de hasta 300 días de salario mínimo por el delito de motín y de 3 a 8 meses de privación de la libertad o una sanción económica de 30 a 50 días de salario mínimo por lesiones agravadas.
La juez consideró que en el pliego de consignación y en el expediente la Procuraduría del Distrito Federal aportó elementos suficientes para presuponer que los 73 son culpables de motín, diversos delitos de lesiones calificadas, "por cometerse con ventaja contra agentes de la autoridad", y en flagrancia "en el acto de daño en propiedad ajena".
La determinación judicial tomó por sorpresa a padres e integrantes del CGH. Confiaban que se les declarara libres por falta de elementos para procesarlos. La mayor muestra de ello fue el equívoco cometido por un estudiante, quien tras haber escuchado el dictamen, levantó el dedo pulgar de su mano izquierda en señal de triunfo creyendo que se les declaraba libres de culpa.
Pero su sonrisa y la de quienes lo observaban desde otro ventanal se desvaneció cuando el secretario de acuerdos les repitió: "están sujetos a proceso al haberse encontrado elementos de culpabilidad". La mano del estudiante hizo el mismo ademán pero con el dedo hacia abajo. Luego se llevó ambas manos a la cara y se mesó los cabellos.
Sin detener la lectura del dictamen, el secretario de acuerdos procedió a informarles que el juicio será sumario, pero que si quieren un proceso ordinario tienen tres días para solicitarlo al juzgado y también que cuentan con el mismo tiempo para apelar al auto de formal prisión y el mismo plazo para presentar pruebas de descargo.
Libier Estévez, de la Facultad de Filosofía y Letras, afirmó tras conocer el auto de término: "Nos falló la defensa, teníamos un abogado laboral y no un penalista. Ahora nos queda unirnos. Nuestro error fue no cuidarnos de provocadores".
A las 14:05 el grupo enfiló hacia el juzgado. Ahí estaban ya seis elementos del Grupo de Especial de Reacción e Intervención Inmediata (GERI), portando armas y cartuchos de gas lacrimógeno. La orden dada por la juez era intervenir en caso de violencia y delimitar la zona donde los funcionarios judiciales leerían el auto de formal prisión a los estudiantes en grupos de 15.
A las 16 horas, poco antes de que se diera lectura al auto de formal prisión, los padres que acompañaron a los primeros 15 estudiantes empujaron a los reporteros y camarógrafos en demanda de que salieran, aduciendo que no "era a ellos a quienes debía leerse la decisión". Sin embargo los periodistas permanecieron en sus lugares.
El secretario de Acuerdos fue tajante: "De no comportarse serán sacados por los elementos policiacos". A las 16:30 los informadores, presionados por los padres, se retiraron. En medio de gritos. "Ya tienen lo que querían... Ya tienen la nota... ya lo lograron ...váyanse".
Para entonces, quienes desde los ventanales que dan justo enfrente del juzgado estaban enterados de la decisión de procesarlos cambiaron sus sonrisas por enojo.
Por ello, al pasar los reporteros y camarógrafos a su lado, se escuchó: "Vendidos"..."ojetes"..."lárguense hijos de...". La situación derivó en un conato de agresión. Una madre se abalanzó sobre un camarógrafo, pero no pudo golpearlo gracias a la intervención de policías, estudiantes y padres de familia que estaban en el lugar.
La notificación a los demás estudiantes se realizó en calma.