* Empate técnico entre los dictámenes de PRI-PT y PAN-PRD


El Presupuesto de Egresos se aprobará en un periodo extra

* La decisión provocó malestar entre legisladores, quienes ya anticipaban la salida vacacional

Ciro Pérez Silva y David Aponte * A las 23:35 horas de ayer, los coordinadores de los cinco grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados acordaron convocar a un periodo extraordinario de sesiones para ese órgano a fin de aprobar el Presupuesto de Egresos del año 2000, a pesar de los esfuerzos para evitar que la discusión del paquete económico se ampliara y la confianza de los operadores del PRI que recomendaban a sus correligionarios "no cambiar su boleto de avión" y "confirmar las reservaciones" para el inicio del periodo vacacional.

La fecha prevista para desahogar el último capítulo del paquete económico se fijó para el 21 y 22 de diciembre, provocando en el grueso de los diputados un profundo malestar, luego que festejaban la conclusión del periodo de sesiones con la aprobación del Presupuesto de Egresos este 15 de diciembre.

"El PRI no cede y nos deben al menos ese gustillo de fastidiarles la fiesta", comentó el panista Alberto Cifuentes. El perredista Miguel Alonso Raya aseveró que este hecho demuestra la "soberbia" del presidente Ernesto Zedillo frente a la determinación de las oposiciones por modificar el presupuesto para el año próximo.

En conferencia de prensa conjunta, Arturo Núñez Jiménez, coordinador priísta y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara, y los coordinadores del PRD, Pablo Gómez; del PAN, Carlos Medina Plascencia; del PVEM, Jorge Emilio González Martínez, y del PT, Ricardo Cantú, aseguraron que a más tardar el miércoles próximo "habrá Presupuesto de Egresos" y que el hecho de informar esta determinación tiene como fin dar un "mensaje de certidumbre y seguridad al país".

Los líderes informaron que de prevalecer las diferencias, se presentarían al pleno, previo acuerdo parlamentario, dos dictámenes, para que cada legislador vote de acuerdo con sus convicciones y preferencias.

Antes del anuncio conjunto, los priístas argumentaron que tenían consensuado "80 por ciento" del Presupuesto de Egresos con PAN y PRD, pero éstos sostenían a su vez que lo que realmente les interesaba "es el 20 por ciento restante", que contiene las modificaciones sustanciales a la propuesta del Ejecutivo y que enfatizan el control de los recursos y las reasignaciones a programas de carácter social.

De tal suerte que los 256 "votos blindados" que anunció el vicecoordinador priísta, Fidel Herrera Beltrán, para aprobar en el pleno el dictamen priísta, tendrán que esperar hasta la semana próxima, ya que en comisiones el documento elaborado por el PRI y apoyado por el PT y el redactado por PAN y PRD contaban con 15 votos cada uno, en un empate que no se pudo romper en favor de ninguna de las partes.

La propuesta opositora incluía disposiciones que obligan al Ejecutivo a hacer públicas las reglas de operación, calendarios, padrones de beneficiarios y distribución por entidad, municipio y localidad de diversos programas de gasto y otros que determinan la publicación trimestral de las reglas de operación. Limitarían el otorgamiento de estímulos al desempeño de servidores públicos y se evitaría el uso electoral de recursos destinados al combate a la pobreza. Asimismo, se precisa el uso que habrá de hacer el gobierno de los ingresos públicos excedentes y la fórmula para dar a conocer de manera detallada el destino de esos recursos.

En torno a estos rubros se habían alcanzado "acercamientos importantes", pero las diferencias eran acerca del monto de los recursos reasignables y su destino.

A lo largo del día, ambas partes tensaron hasta el último minuto las negociaciones. PAN y PRD obligaron a la "alianza social" a debatir un esquema en el que se discutieran dos dictámenes. Uno, el de los priístas, que consideraba gasto adicional y reasignaciones por 11 mil millones de pesos para estados y programas sociales. Otro, en el que panistas y perredistas presionaban para que esa cantidad se elevara a 17 mil millones de pesos, con énfasis en el apoyo a jubilados, universidades y educación básica.

En comisiones la votación se dividió. Hasta las 23 horas, 60 minutos antes del cierre constitucional del periodo ordinario de sesiones, persistían las 15 firmas para cada una de las resoluciones y las dos partes acercaban posiciones para que el debate en el pleno "fuera más ágil" y permitiera concluir la discusión y votación respectiva a tiempo.

El priísta Guillermo Barnes informó que para entonces la diferencia era de "más de 20 mil millones" de pesos, "que no nos cuadra con los ingresos", pero que ya negociaban un "acuerdo político" para resolver el "escollo legal" que impide presentar simultáneamente al pleno dos dictámenes, luego de que las diferencias resultaron insuperables.

"La lucha la queremos dar en el tablero, aunque sabemos que la teníamos perdida, pero queremos dejar constancia de nuestro esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos", enfatizó el panista Gerardo Buganza, uno de los operadores del PAN ante Hacienda.

 

Minicrisis parlamentaria

 

Desde la madrugada de ayer, luego de finalizar la sesión del martes en la que se aprobó la Ley de Ingresos sin debate previo y con la dispensa de los trámites legislativos, las cinco fracciones legislativas maniobraron en sus respectivos ámbitos para incorporar o mantener sus propuestas. Se repitieron las reuniones entre los subsecretarios de Hacienda y diputados de las diferentes bancadas para acercar posiciones, pero pasadas las 17 horas se partieron nuevamente las alianzas.

El coordinador verde, Jorge Emilio González Martínez, ingresó en el salón de sesiones, y declaró con insistencia que no votaría con el PRI "ni en comisiones ni en el pleno" la propuesta oficial de Presupuesto de Egresos, a menos que incluyera "importantes modificaciones en materia de medio ambiente".

Sin embargo, al concluir una serie de entrevistas, se dirigió a su curul, cercana a la del coordinador priísta Arturo Núñez, y le mostró un documento, que después se sabría era un aviso para anunciar la remoción del diputado independiente Marcelo Ebrard de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública, que tiene a su cargo la aprobación de dictamen de Presupuesto de Egresos, y que en su lugar se incorporaría la verde Verónica Velasco.

Minutos después, la mesa directiva dio cuenta de ese documento, generando una nueva crisis en San Lázaro.

De acuerdo con la estrategia del PRI, la sustitución de Ebrard les garantizaba la aprobación en comisiones de su propuesta, ya que sumarían a los 14 miembros que la integran el voto del representante del PT y el de la verde.

Fue el propio Ebrard quien impugnó el procedimiento para removerlo, cuestionando el repentino interés del ecologista de recuperar el puesto que desde el inicio de la Legislatura le había cedido. "Están más que amarrados con el PRI, porque de otro modo no tiene sentido que quieran cambiarme a unas horas de que concluya este periodo", enfatizó.

Los priístas, por su parte, movieron a sus juristas, operadores y mejores oradores "para defender el derecho del coordinador del PVEM de cambiar a Ebrard". Las oposiciones resistieron también con sus mejores cuadros, mientras que el presidente de la mesa directiva, el panista Francisco José Paoli Bolio, intentó sin éxito encauzar un debate que acabó por irritarlo, ofreciendo luego de casi una hora de discusiones un breve receso para resolver el conflicto.

Airado, el coordinador enfrentó entonces a Paoli Bolio, a quien le reclamó que no le concediera el uso de la palabra, a pesar de que tenía casi 15 minutos solicitándola, pero Paoli apenas se disculpó.

"Imagínate que llegara al poder", comentaban sus propios correligionarios luego de presenciar ese "fraternal" enfrentamiento, "está ensoberbecido, se siente Napoleón", lamentaban quienes junto con el PRI le aseguraron el sitio que ahora ocupa y en el que, a su pesar, se mantendrá hasta el término de la legislatura.

Los coordinadores se dirigieron entonces tras banderas, al salón que se ubica en la parte posterior del recinto legislativo, para resolver el debate que suscitó el intento de remoción del independiente Marcelo Ebrard.

"šA rajarse a su tierra!", le reclamó en un grito el coordinador del PAN, Carlos Medina Plascencia, al coordinador verde, quien había comprometido su voto con el PAN. "ƑEs eso un cambio a tu palabra?", le preguntó al joven diputado que no acertaba siquiera a mirarlo a los ojos. Sin acabar de recomponerse, el diputado verde en todos los sentidos alcanzó a responder entre balbuceos que retiraría su propuesta, pero pidió una oportunidad para justificar este cambio ante el pleno.

Entre asustado y molesto, el coordinador del PRI, Arturo Núñez Jiménez, intervino para cuestionar esa petición del verde. "šNo! šPor qué! šQué va a decir!", le recriminó Núñez para tratar de detenerlo, antes de que los diputados de PAN y PRD le recordaran al priísta que en el pleno defendió el derecho de González Martínez para cambiar a Ebrard de la Comisión de Hacienda. "Ahora resulta que le quieres quitar el derecho a expresarse", ironizaron. El coordinador verde terminó por retirar su propuesta y conjuró con ello una más de las crisis parlamentarias de los últimos días. A dos horas de terminar el periodo, ambos bloques PRI-PT y PAN-PRD-PVEM trataron de llegar a un acuerdo político para someter al pleno los dos dictámenes para sin debate sacar el presupuesto del 2000.

Sin embargo, los tiempos y la voluntad no alcanzaron. Los coordinadores salieron de sus curules y pasaron atrás de las banderas, atrás de la tribuna para pactar el periodo extraordinario de sesiones, única y exclusivamente para tratar el gasto federal del próximo año.

A las 11:35 horas, ofrecieron una conferencia de prensa para dar a conocer la postura: cierre de periodo ordinario, sesión de Congreso General, instalación de la Comisión Permanente y convocatoria del periodo extraordinario.

En la mesa principal del salón de conferencias estaban Núñez, Medina, González y Gómez. El coordinador del PT no llegaba. Los periodistas hacían bromas de que Cantú estaba en el "cajero automático", por aquello de la negociación con el PRI.

Otros decían que estaba en el hospital, convaleciente de un "cañonazo" de regulares dimensiones.

Los minutos pasaban y el petista no llegaba para el anuncio del extraordinario. Núñez le dijo a Fidel Herrera Beltrán, el operador del acuerdo con el PT: "Ve por él, tú que sabes dónde está".

Los coordinadores de las bancadas soltaron la carcajada. "šSeñor!", respondió Fidel Herrera, el político veracruzano de la frase "en política todo lo que tiene precio es más barato".