Ť Abrirán exposición en el Museo de Arte Moderno
Diego Rivera. Arte y revolución exhibe el premuralismo del pintor
Ť En Estados Unidos itineraron 90 obras y ahora son más de 120
Raquel Peguero Ť Más que ''descubrir el hilo negro", la exposición Diego Rivera. Arte y revolución busca ''recuperar un discurso que se perdió" y tiene que ver con la carrera internacional ''consistente y ascendente" que tuvo el pintor guanajuatense antes de ser un reconocido muralista. Ello, asegura el curador de la muestra Luis-Martín Lozano, permitirá revalorar no sólo la ''perspectiva cosmopolita que tuvo Rivera, sino también la que tiene el arte moderno de México y que el nacionalismo de la Revolución prefirió acallar para, obtusamente, reforzar la originalidad de las propuestas mexicanas, negando así la dimensión universal que el arte nacional siempre procuró en la primera mitad del siglo XX".
Diego Rivera. Arte y revolución llegará este jueves al Museo de Arte Moderno (MAM) de nuestro país, después de recorrer tres museos de Estados Unidos: Cleveland, Los Angeles y Houston, que la exhibieron en los pasados meses, con una recepción de más de 500 mil visitantes. Y si bien es la misma muestra, ésta no es igual. Creció numéricamente ųde 90 a más de 120 obrasų y no exhibirá diez de los cuadros que se presentaron en algunas de las tres sedes anteriores; en cambio, se enriquece con 25 nuevas piezas, además de dos frescos ''exentos de muro", Represión y Soldadura eléctrica, realizados por Rivera allende el Bravo en los años treinta y que, a pesar de que se encontraban en México, es la primera vez que se exponen y sólo se verán aquí junto con dos dibujos preparatorios originales de otros murales que están en el extranjero, El Zapata ųque posee el MoMaų y La liberación del peón, que se encuentra en Filadelfia. Otro atractivo, explicó Lozano, es que 48 piezas que aquí se mostrarán no se incluyeron en la exposición de 1977 en Bellas Artes y que podremos ver, también como primicia, al igual que una obra proveniente del Ermitage,''si llega", dos de Dinamarca y una de Holanda.
Esteta inovador
Cincuenta por ciento de lo que se expondrá corresponde a su etapa premuralística, antes de regresar a México para pintar La creación, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, y que muestra no sólo una amplia carrera sino que es ''la base que explica su propuesta de madurez". Aquí, señaló Lozano, no se trata de exaltar ''el mexicanismo pintoresco de Rivera como un valor nacionalista, sino mostrar la capacidad universal de México, al dialogar con lo externo, hacerlo nuestro y proponer lo propio".
Lozano, curador de la muestra junto con Agustín Arteaga y William Robinson, sostuvo que esta retrospectiva es una propuesta totalmente mexicana, ''propositiva a la reflexión sobre Diego Rivera y al proceso del arte moderno en México". De ahí que sea opuesta a la magna exposición que se ofreció en el centenario del natalicio del muralista, en 1986, ''que fue curada y dirigida por estadunidenses" y cuya selección estuvo siempre supeditada a lo que ellos consideraban que Rivera debía aportar a la historia del arte universal, por lo que se enfatizó, sobre todo, su tarea muralística, ''una afirmación tendenciosa" a la luz de las investigaciones más recientes en México.
Dijo que si bien los murales de Rivera fueron su obra de ''mayor compromiso ideológico, su pintura de caballete fue el vasto campo de experimentación que no conoció más límites que la inquietud y el tiempo de su vida" y, aunque bien merece el calificativo de revolucionario, ''no porque haya sido un firme creyente de los alcances sociales de la Revolución mexicana, sí por el hecho de que fue un profundo reformador del sentido que podía tener el arte en la sociedad, así como un esteta inovador y un feroz crítico de la pintura sin compromiso social, por más que se le critique a él haber pintado retratos de sociedad".
De ahí que el objetivo central de Diego Rivera. Arte y revolución sea poner en evidencia su carrera premuralística que a lo largo de 24 años ųdesde 1897, cuando ingresó a la Academia de San Carlos, hasta 1921 que pintó su primer muralų representa 40 por ciento de su trayectoria como pintor y que en exposiciones anteriores ''sólo han mostrado la fase introductoria", salvo la retrospectiva de 1949, en la que el mismo Rivera escogió las obras que habrían de participar, mostrando su faceta europea en toda su dimensión".
Búsqueda de identidad y dignidad
Con esta exposición, agregó, lo que se hace es retomar un discurso perdido que muestra en toda su dimensión ''la carrera cosmopolita de Rivera, sus luchas por encontrar un estilo propio, su inteligencia para descifrar las propuestas del arte de vanguardia, y la sensibilidad para no quedarse en un simple imitador de formas extranjeras, sino de convertirlas en la teoría y en la práctica, en el ejercicio plástico de un pintor, que siendo mexicano buscaba un lenguaje que lo representara y le diera, a la vez, identidad y dignidad ante el resto de las naciones del orbe".
Indicó que sólo en la medida en que aportemos objetividad al discurso de las exposiciones ''y que analicemos de manera crítica cuáles han sido las aportaciones y los vicios del arte mexicano del siglo XX, podremos acceder a estudiar la trayectoria de los artistas, libre de las manipulaciones ideológicas del nacionalismo y con la perspectiva de poder dialogar, nuevamente, con el arte universal".
Las salas en las que se colgará esta obra fueron remodeladas ex profeso y sin duda será una muestra controvertida, que está acompañada por un catálogo.
(Diego Rivera. Arte y revolución será inaugurada este jueves, a las 19.30 horas, en el Museo de Arte Moderno y estará abierta al público desde el viernes 17.)