* Se retracta nuevamente del ultimátum que vencía hoy


Impide Masjadov que los civiles abandonen Grozny, señala Rusia

* Nube tóxica sobre la ciudad, tras estallar un depósito químico

* Rechazan Pekín y Moscú el intervencionismo en asuntos internos

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 10 de diciembre * El gobierno ruso se retractó hoy, aparentemente, del ultimátum que lanzó hace unos días y que obligaba a todos los civiles de la capital chechena de Grozny a salir de la ciudad antes de este sábado, pues de lo contrario serían considerados "terroristas" por las tropas rusas. El ministro de Protección Civil ruso, Serguei Shoigu, afirmó que es el gobierno del presidente checheno Aslan Masjadov el que impide la huida de los civiles, y afirmó que Moscú está "dispuesto a negociar" la salida de los habitantes de Grozny.

Los civiles se encuentran refugiados en sótanos de lo que queda de la capital, mientras que la ciudad sigue siendo castigada por intensos bombardeos. A la falta de alimentos, agua, electricidad y calefacción que padecen se sumó, este viernes, el peligro de morir intoxicados con sustancias químicas, luego de que explotó un vagón cisterna que contenía 60 toneladas de una mezcla de amoniaco, cloro y gasolina, provocando una nube que quedó suspendida sobre parte de la ciudad.

Altos mandos militares rusos afirmaron que los rebeldes hicieron estallar el depósito para culpar de la misma a los soldados rusos, para provocar nuevas condenas internacionales contra la operación militar rusa en Chechenia. Los chechenos, por su parte, aseguran que la explosión fue causada por un comando especial ruso para causar pánico en la ciudad y forzar la rendición de sus defensores, sin tener que recurrir a los bombardeos masivos una vez expirado el ultimátum.

En una conversación off the record con La Jornada, un funcionario del Estado Mayor ruso insistió en que las tropas federales no perpetraron la explosión de la cisterna. Su argumento principal fue este: "No nos conviene un escándalo internacional en la víspera del vencimiento del ultimátum. Si quisiéramos aniquilar a la población civil, que no es nuestra intención, ya hubiéramos utilizado las llamadas bombas de vacío, armamento de nuevo tipo que al caer no explota pero libera un gas inflamable capaz de penetrar en cualquier sótano. Luego haría falta un solo misil para que no quedara ningún ser humano vivo en Grozny".

Preguntado sobre si se llegará a ese extremo, respondió: "Depende de las circunstancias".

Al margen de quién haya provocado la nube tóxica, sigue siendo dramática la situación de la población civil de Grozny. En escenas captadas por las cámaras de televisión se veía cómo unos pocos civiles salían de la ciudad, pero otros regresaban para avisar a sus vecinos sobre el ultimátum.

Según estimaciones, aún permanecen en la capital chechena entre 15 y 20 mil personas. Quizás, por ello, el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguei Shoigu, dio a entender que Rusia no comenzará este sábado los bombardeos masivos de Grozny con la intención de prolongar el plazo para que los civiles puedan abandonar la ciudad.

"Masjadov, si eres hombre, deja salir a la gente", conminó Shoigu al presidente de Chechenia y dijo estar dispuesto a negociar "con él o con el mismísimo diablo" la salida de la población de Grozny.

Pero el primer ministro ruso, Vladimir Putin, reveló que ha sostenido, desde hace tiempo, conversaciones secretas con emisarios de Masjadov. Pero señaló que estos contactos no han dado resultados porque "quienes dicen ser el gobierno checheno, incluido Masjadov, no ha dado ninguna muestra de estar dispuestos a aceptar nuestras condiciones".

Putin recordó que dichas condiciones incluyen el que Masjadov condene el terrorismo en todas sus formas; libere a las víctimas de secuestros (se calcula que distintos grupos wahabitas mantienen entre 400 y 500 rehenes), y entregue a Moscú, para ser juzgados, a "criminales" como son los comandantes rebeldes Shamil Bassaiev y Jattab. Sin el cumplimiento de nuestras condiciones, reiteró Putin, carece de sentido hablar de negociaciones para un arreglo político en Chechenia.

Entretanto, reunidos en Helsinki, Finlandia, los líderes de los países que forman la Unión Europea decidieron no aplicar sanciones económicas contra Rusia, aunque expresaron su preocupación por el ultimátum lanzado contra los habitantes de Grozny y exhortaron a la dirigencia rusa a suspender los bombardeos de Chechenia.

Enterado de la noticia, el presidente Boris Yeltsin se recluyó en su residencia de las afueras de Moscú para recuperarse del esfuerzo físico que representó su viaje de dos días a China. De acuerdo con el comunicado conjunto sobre la visita, emitido este viernes en Pekín, Rusia y China se comprometieron a trabajar estrechamente para "establecer un mundo multipolar sin potencias hegemónicas" y rechazaron "el intervencionismo bajo el pretexto de defender los derechos humanos".

Ayer Yeltsin "recordó" a su igual estadunidense, Bill Clinton, que Rusia es una potencia nuclear, al exigir al mandatario a dejar de criticar las operaciones militares rusas en Chechenia.

En tanto, autoridades estadunidenses dijeron hoy estar investigando si personal propio fue el que ayudó a instalar un aparato de escuchas en una sala de reuniones en el edificio del Departamento de Estado, luego de que el jueves fue detenido y expulsado el segundo secretario de la embajada rusa en Washington, Stanislav Gusev, tras ser sorprendido oyendo conversaciones confidenciales en su automóvil. Según fuentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Gusev pudo haber escuchado hasta 100 conversaciones secretas antes de ser detenido, y ser declarado persona non grata por el gobierno estadunidense.