Ť Inicia el presidente su última semana de gobierno
Crecen escándalos de corrupción y narcotráfico ligados a Menem
Ť Acusan a ministra de tener cuentas en Islas Caimán por 200 mdd
Ť Investigan lavado de dinero en finanzas y bienes raíces argentinos
Stella Calloni, corresponsal/ II y última, Buenos Aires, 6 de diciembre Ť El gobierno del presidente Carlos Menem comienza su última semana de gobierno en medio de escándalos de corrupción y lavado de dinero, con una de sus funcionarias preferidas denunciada ante la justicia, al revelarse que tiene cuentas bancarias de unos 200 millones de dólares en las Islas Caimán.
La denuncia contra la polémica secretaria de Medio Ambiente, María Julia Alsogaray, fue presentada ante el juez federal Juan José Galeano por un diputado de la Alianza que asumirá el viernes el poder, Juan Pablo Cafiero. La cuenta está en el Midland Ofshore Bank de las Islas Caimán a nombre de la empresa Cyrclic Consult, y habría recibido sólo entre octubre de 1992 y febrero de 1993 cien millones de dólares.
El juez Galeano ya tiene abierta una causa por enriquecimiento ilícito contra Alsogaray, ya que sus gastos suman millones de dólares y tiene un patrimonio confesado de dos millones, sin que haya explicado su origen. También está acusada por la sospechosa privatización de la telefónica ENTEL y de poseer un dúplex en el Hotel Essex House de Nueva York, a nombre de Purple Cross Corporation, una compañía con sede en las Islas Vírgenes de la que admitió ser socia.
Alsogaray, hija de un ex ministro conservador y cuestionada también por evadir responsabilidades durante los incendios forestales que acabaron con parte del sur en los últimos años, no formuló comentarios.
El legislador Cafiero se refirió además a una investigación de la estadunidense DEA sobre el empresario Alfredo Yabrán, quien presuntamente se suicidó, por lavado de dinero. El embajador de Estados Unidos aquí entre 1993 y 1996, James Cheek, sostuvo hoy en declaraciones a una radio argentina que su gobierno siempre consideró "sospechoso" a Yabrán, a quien veían con "el perfil de un hombre lavando dinero".
Justamente, la prensa local señalaba a mitad de este año que la precipitada salida del país en ese entonces del jefe de la DEA aquí, Abel Reynoso, que habría sido pedida por el propio secretario de la Presidencia, Alberto Kohan, sería otro indicio de que se estaba llegando muy lejos en la investigación sobre lavado de dinero.
Cabe recordar que la reciente detención de la viuda del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria originó un enorme revuelo y las contradicciones gubernamentales estuvieron a la orden del día: mientras el ministro del Interior y el canciller Guido Di Tella decían no saber nada de la presencia de la mujer en el país, Menem sostenía desde Miami que María Victoria Henao de Escobar estaba en Argentina desde hace un año por razones humanitarias.
Se especula además con que Argentina podría tener dinero lavado no sólo en el circuito financiero, sino también en negocios inmobiliarios, que en los últimos tiempos crecieron en fastuosidad y cantidad pese a la fuerte crisis económica. Esto habría sido el origen de la intervención aquí de la Interpol de México en busca del dinero del cartel de Juárez y según cita el diario Página 12, su director dijo que "las operaciones de blanqueo que se investigan en Argentina está impulsadas por los narcos mexicanos".
En tanto, Aldo Ducler, ligado al menemismo y directivo de la financiera Mercado Abierto, allanada la semana pasada por la sospecha de lavar dinero del cartel de Juárez, aseguró que sólo recibía dinero proveniente de Estados Unidos, ahora habrá que esperar a ver si Washington colabora en ese caso.
La información sobre este tema estaría en la United State General Accounting Office (Gao), una superauditoría que depende del Congreso y que investigó el lavado de dinero en el caso de Raúl Salinas, hermano del ex presidente mexicano Carlos Salinas.
El caso Yabrán
Por su parte, la prensa local informó que la DEA comenzó a investigar desde 1991 a Yabrán, amigo de Menem y a quien muchos sindicaron en su momento como testaferro de funcionarios del gobierno. Sobre su suicidio, en mayo de 1998, existen severas dudas, ya que pocos pudieron ver el cuerpo.
La Nación menciona por lo menos cinco documentos a los que habría tenido acceso en Estados Unidos, todos ellos como pedidos de informes sobre las actividades de Yabrán y de Amadeo Juncadella, de la empresa de transportes de caudales que lleva su apellido, acusado de realizar lavado de dinero. Se cita que entre 1993 y 1995 se blanquearon millones de dólares a través de falsas ventas de oro en lo que se conoció como "la mafia del oro".
Durante todo ese tiempo, Yabrán fue celosamente protegido por el entorno de Menem, al igual que cuando fue acusado --el jefe de su custodia está detenido por esa causa-- del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, ocurrido en enero de 1997. Curiosamente la DEA admitió el suicidio de Yabrán, sin otra prueba que el certificado de defunción.
En este baile de nombres aparece también citado el ex embajador del ex presidente estadunidense George Bush en Argentina, Terence Toddman, quien se habría reunido en algún momento con la plana mayor del menemismo por el caso Yabrán. Analistas de prensa sospecharon que una buena parte de la actuación de Estados Unidos contra Yabrán estuvo determinada por el interés de romper el monopolio de éste en los correos privados y en aduanas, para introducir aquí a Federal Express.
En varias oportunidades el gobierno de Menem negó cualquier vinculación de Yabrán con la droga. Y el empresario, a su vez, advirtió que la campaña en su contra quería sacarlo del negocio del correo.
El escándalo roza también al Exxel Group, que se ha apoderado en pocos meses de una gran cantidad de empresas argentinas, luego de comprar en 1997 a un acorralado Yabrán --a punto de ir preso por el caso Cabezas-- varias compañías claves, como correos privados y servicios en los aeropuertos.
Terence Toddman, llamado durante su gestión como embajador aquí El Virrey por sus intervenciones políticas locales, llegó en ese año para poner a girar al Exxel Group en base a inversoras de dudoso origen argentino-uruguayas, con base en las islas Cayena, utilizando dinero proveniente del petróleo de un pozo apenas descubierto. Aunque algunos hombres de la Alianza consultaron en la embajada el origen de esos fondos, nada se aclaró. El gobierno de Menem no podrá argumentar que nada sabía de todo esto y menos aún cuando cada día saltan nuevos nombres en su entorno ligados a este escándalo. Pero tampoco cierra las "relaciones carnales" de Estados Unidos, tan exigente con otros gobiernos, con una administración argentina que deja tantos flancos débiles.